Militares estadounidenses en Argentina: por decreto, Milei autoriza su desembarco y genera una nueva polémica

by 1 de octubre de 2025

El gobierno de Javier Milei dio luz verde al ingreso de militares estadounidenses a territorio nacional para la realización de ejercicios conjuntos. La medida, oficializada este martes a través de un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) publicado en el Boletín Oficial, autoriza la permanencia de unos 30 efectivos del Ejército de Estados Unidos por un lapso de 27 días, entre el 20 de octubre y el 15 de noviembre. La decisión, sin embargo, ya levantó polvareda política al eludir el tratamiento y la aprobación obligatoria del Congreso de la Nación, un requisito constitucional para permitir la entrada de tropas extranjeras.

El decreto 697/2025, que lleva la firma del presidente y su gabinete, detalla que el personal y los medios de las Fuerzas Armadas norteamericanas operarán en puntos estratégicos de la Armada Argentina. Las bases navales de Mar del Plata, Puerto Belgrano en Punta Alta y la de Ushuaia, en Tierra del Fuego, serán los epicentros de estas maniobras conjuntas, que también abarcarán «espacios destinados para instrucción militar marítimos y terrestres» bajo jurisdicción nacional. Este despliegue se enmarca en un creciente alineamiento geopolítico y de defensa con Washington, una de las piedras angulares de la política exterior de la gestión libertaria.

Un decreto que saltea al Congreso

La controversia principal no radica en la realización de los ejercicios en sí, una práctica relativamente habitual entre fuerzas armadas de países aliados, sino en el instrumento legal utilizado para autorizarlos. La Constitución Nacional Argentina establece en su artículo 75, inciso 28, que es atribución exclusiva del Congreso «permitir la introducción de tropas extranjeras en el territorio de la Nación, o la salida de las fuerzas nacionales fuera de él». Al recurrir a un DNU, el Poder Ejecutivo se arroga una facultad legislativa, argumentando razones de urgencia que, según la oposición, no estarían debidamente justificadas en este caso.

Desde diversos arcos opositores ya se anticipan críticas y posibles pedidos de interpelación en el Parlamento. Sostienen que no existe una emergencia imprevista que impida seguir los carriles institucionales normales, que implicarían el envío de un proyecto de ley para su debate y votación en ambas cámaras. La decisión de Milei se interpreta como un nuevo gesto de centralización del poder y un desdén por el rol del Legislativo, una tensión que ha marcado los primeros meses de su mandato. El ingreso de militares estadounidenses por esta vía sienta un precedente que podría ser utilizado en futuras ocasiones, debilitando los controles republicanos sobre un área tan sensible como la defensa y la soberanía nacional.

Militares estadounidenses: el detalle de los ejercicios

Según se desprende del texto oficial, el objetivo de la misión, denominada «Ejercicio de Intercambio de Fuerzas Especiales», es fortalecer la interoperabilidad entre las tropas de ambos países. El decreto especifica que la finalidad es «intercambiar procedimientos, técnicas y tácticas de entrenamiento entre Fuerzas Especiales para operar en escenarios complejos que exigen coordinación multinacional, capacidad de respuesta inmediata y el uso efectivo de tecnologías de avanzada». En este sentido, se destaca «el aporte doctrinario y técnico novedoso de la Armada de los Estados Unidos», lo que sugiere un foco en la modernización y actualización de las capacidades de las fuerzas argentinas.

Aunque el número de efectivos es reducido —unos 30 marines, según trascendió—, su especialización es de alto nivel. Se trata de unidades de élite, preparadas para misiones no convencionales, reconocimiento y acción directa. La elección de las bases navales de Mar del Plata, Puerto Belgrano y, especialmente, Ushuaia, no es casual. Esta última, por su ubicación estratégica como puerta de entrada a la Antártida y al pasaje bioceánico, es un punto de enorme valor geopolítico, y la presencia de militares estadounidenses en la zona es un mensaje claro del alineamiento estratégico con la Casa Blanca en el Atlántico Sur.

Alineamiento total con Washington

Esta movida militar no puede analizarse de forma aislada. Ocurre en un contexto de sintonía fina y explícita entre Javier Milei y su par estadounidense, Donald Trump. De hecho, la publicación del decreto coincidió con el anuncio de un nuevo encuentro entre ambos mandatarios, previsto para el próximo 14 de octubre en Washington, en plena campaña para las elecciones legislativas y municipales en Argentina. La relación personal y política entre ambos líderes es un factor clave que explica la profundidad y la velocidad de este acercamiento bilateral.

Hace apenas una semana, durante un encuentro en Nueva York, Trump había brindado su «completo y total» apoyo a la reelección de Milei, a quien calificó como un «muy buen amigo». En esa oportunidad, el presidente norteamericano culpó a la administración anterior de Joe Biden por el «desastre total» que, según él, heredó Milei, y elogió su gestión por haber «recuperado la estabilidad en la economía argentina». Este respaldo político se complementa con un fuerte apoyo financiero. El secretario del Tesoro, Scott Bessent, declaró que su Departamento «está dispuesto a hacer lo que sea necesario» para apoyar al país, poniendo «todas las opciones de estabilización sobre la mesa». Entre ellas, mencionó herramientas de alto impacto como líneas de swap, compras directas de divisas o incluso la adquisición de deuda gubernamental argentina. La llegada de los militares estadounidenses, por tanto, es una pieza más en un rompecabezas que entrelaza la defensa, la política y la economía, consolidando a Argentina como el principal socio estratégico de Estados Unidos en la región.

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