Cómo la presencia de microplásticos en el cerebro plantea dudas sobre la salud cognitiva
Un estudio de la Universidad de Rhode Island sugiere que la exposición a microplásticos puede inducir cambios conductuales y de memoria en ratones con predisposición genética al Alzheimer, lo que reaviva la discusión sobre riesgos ambientales y neurodegeneración.
La investigación, publicada en Environmental Research Communications y difundida por medios internacionales, observó diferencias claras entre animales portadores y no portadores del alelo de riesgo APOE4 tras una breve pero intensa exposición.
El experimento administró microplásticos de poliestireno en el agua de bebida durante semanas y analizó comportamientos y biomarcadores cerebrales, hallando partículas plásticas en tejido cerebral y señales de respuesta inmune.
Los autores advierten sobre las limitaciones de trasladar resultados de modelos animales directamente a humanos, aunque subrayan que los datos abren hipótesis relevantes sobre la interacción entre genes de riesgo y contaminantes ambientales.
APOE4 y vulnerabilidad ante microplásticos
El alelo APOE4, presente en una fracción notable de la población, es un factor de riesgo reconocido para la Enfermedad de Alzheimer y, según los investigadores, moduló la respuesta de los ratones a la exposición plástica en el estudio.
En los animales con APOE4 se registraron alteraciones conductuales diferenciales por sexo: los machos mostraron mayor apatía en pruebas de exploración y las hembras dificultades en reconocimiento de objetos, patrones que remiten a perfiles clínicos humanos.
Enfermedad de Alzheimer: señales en modelos animales
Aunque los cambios observados recuerdan marcadores tempranos asociados a Alzheimer, los especialistas insisten en que la evidencia en ratones no prueba causalidad en humanos y reclama estudios longitudinales y con diseños que simulen exposición real.
Las autoras apuntan además a la necesidad de incorporar envejecimiento y otros factores ambientales en futuros ensayos para evaluar la relevancia clínica de los hallazgos.
Contaminación Plástica y rutas de exposición
Investigaciones recientes han detectado micro y nanoplásticos en tejidos humanos, incluido el cerebro, lo que aumenta la urgencia por entender vías de ingreso, dosis acumuladas y efectos a largo plazo.
Los expertos proponen investigar vía digestiva, respiratoria y olfatoria, y comparar formas y tamaños de partículas: la morfología puede condicionar el transporte interno y la toxicidad.
Salud Cerebral: implicancias y límites del conocimiento actual
La presencia de microplásticos en el cerebro no implica automáticamente daño irreversible, pero sí obliga a reconocer un factor ambiental potencial que podría interactuar con vulnerabilidades genéticas para afectar la Salud Cerebral.
Mientras la comunidad científica desarrolla protocolos más robustos, las recomendaciones prácticas se centran en reducir la exposición personal y promover políticas que limiten la contaminación plástica a escala global.