Infartos en mujeres jóvenes: datos del estudio y cifras clave
El trabajo, publicado en Journal of the American College of Cardiology y basado en 15 años de registros del Rochester Epidemiology Project, analizó 1.474 episodios de infarto en personas hasta 65 años, según el propio informe. Los resultados desarman una suposición extendida: la aterosclerosis no explica la mayoría de los ataques en mujeres jóvenes.
Los autores advierten que hasta la mitad de los infartos en mujeres fueron atribuidos a causas distintas de la obstrucción por placas, mientras que en los hombres la aterosclerosis sigue siendo la causa predominante. Esa diferencia obliga a pensar distinto cuando una paciente joven llega con síntomas coronarios.
Entre las etiologías alternativas destaca la disección coronaria espontánea, una lesión que afecta sobre todo a mujeres sin factores de riesgo tradicionales y que exige un abordaje diagnóstico y terapéutico particular. El estudio muestra que la DEAC se presentó con mucha más frecuencia en mujeres que en hombres.
Infartos en mujeres jóvenes: diagnóstico diferencial y pruebas recomendadas
Otra categoría relevante son los infartos inducidos por factores agudos de estrés —como anemia o infecciones—, que aunque no son los más frecuentes, sí registraron la mayor mortalidad a cinco años. Los investigadores reportan que estos episodios asociados a estrés tuvieron una tasa de mortalidad a cinco años considerablemente alta.

El grupo de especialistas subraya que confundir una DEAC o una embolia coronaria con un infarto por placas puede llevar a procedimientos innecesarios —por ejemplo, implantar un stent— y, en algunos casos, agravar el pronóstico. Por eso recomiendan protocolos diagnósticos más finos y una revisión experta de cada caso.
Infartos en mujeres jóvenes: diagnóstico y causas principales
Los datos indican que solo una minoría de ataques quedó verdaderamente sin explicación tras la evaluación: menos del 3% de los casos no pudieron asociarse a una causa determinada después de la revisión multidisciplinaria. Eso refuerza la idea de que, en general, es posible identificar el mecanismo y ajustar la terapia.
Para médicos y pacientes, la conclusión es clara: en adultos jóvenes, y sobre todo en mujeres, hay que ampliar la mirada diagnóstica. El informe de Mayo Clinic propone que la investigación etiológica sea prioritaria para mejorar la recuperación y reducir el riesgo de recaída.