Si alguna vez intentaste comprar algo en Facebook Marketplace, probablemente te topaste con ofertas que parecían demasiado buenas para ser verdad. Y lo eran. Lo que comenzó como una herramienta útil para conectar compradores y vendedores locales se ha convertido, en muchos casos, en un terreno fértil para estafas, fraudes y engaños sistemáticos. Hoy, más del 90% de lo que se ofrece en ciertas categorías del marketplace no cumple con estándares mínimos de veracidad, seguridad ni trazabilidad.
Este artículo no busca matices: es una denuncia directa, basada en cientos de casos documentados, testimonios de víctimas y análisis de comportamiento digital. Si estás pensando en usar Marketplace como canal de compra o venta, deberías leer esto antes de perder dinero, tiempo o tu reputación.

El espejismo de la cercanía: cómo Facebook vendió confianza y entregó caos
Facebook promocionó Marketplace como una extensión natural de su red social: un espacio donde podías comprar y vender con personas reales, cerca de tu zona, con perfiles visibles y comunicación directa. La promesa era tentadora: evitar intermediarios, ahorrar comisiones, y negociar de forma rápida.
Pero esa cercanía se convirtió en vulnerabilidad. Al no exigir verificación de identidad, reputación comercial ni historial de transacciones, Facebook abrió la puerta a perfiles falsos, cuentas clonadas y vendedores fantasma. Hoy, cualquier persona puede publicar un producto inexistente, usar fotos robadas de otros sitios, y desaparecer tras recibir una seña o anticipo.
Estafas más comunesen Facebook Marketplace: del celular fantasma al alquiler inexistente

Las modalidades de estafa en Marketplace son tan variadas como creativas. Algunas de las más frecuentes incluyen:
- Venta de celulares robados o inexistentes: se publican modelos de alta gama a precios tentadores, se exige seña para “reservar” y luego el perfil desaparece.
- Alquileres falsos: se ofrecen propiedades con fotos atractivas, se pide adelanto para “asegurar la visita” y nunca se concreta.
- Electrodomésticos clonados: se usan imágenes de tiendas reales, pero el producto nunca llega.
- Motos y autos con documentación falsa: se venden vehículos con papeles adulterados o directamente sin existencia física.
- Ofertas laborales fraudulentas: se publican empleos que exigen pagos previos para “procesar el ingreso” o comprar uniformes.
En todos los casos, el patrón se repite: urgencia, presión emocional, precios bajos, y desaparición inmediata tras el pago.
¿Dónde está Facebook? La ausencia de moderación y responsabilidad
Uno de los aspectos más graves del problema es la inacción sistemática de Facebook. A pesar de recibir miles de denuncias diarias, la plataforma no implementa filtros efectivos, ni exige verificación de identidad, ni responde con celeridad ante reportes de fraude.
Los formularios de denuncia son genéricos, automatizados y, en muchos casos, inútiles. Las cuentas denunciadas siguen activas durante semanas, y los estafadores simplemente crean nuevos perfiles con otros nombres. No hay trazabilidad, no hay sanciones, y no hay voluntad real de proteger al usuario.
Facebook se escuda en que Marketplace es solo una “plataforma de contacto”, y que no intermedia en las transacciones. Pero esa excusa ya no es válida: cuando el 90% de lo que se ofrece en ciertas categorías son estafas, la negligencia se convierte en complicidad.
El algoritmo como cómplice: cómo Facebook Marketplace amplifica el fraude

El algoritmo de Marketplace prioriza publicaciones con alta interacción, sin discriminar si esa interacción proviene de estafadores, bots o víctimas. Esto genera un efecto perverso: las publicaciones fraudulentas se viralizan más rápido que las legítimas.
Además, los estafadores utilizan técnicas de manipulación algorítmica: compran likes, comentarios falsos, y usan palabras clave para aparecer en búsquedas populares. Facebook no penaliza estas prácticas, y en muchos casos las premia con mayor visibilidad.
El resultado es un ecosistema tóxico, donde el contenido engañoso tiene más alcance que el contenido honesto. Y donde el usuario promedio no tiene herramientas reales para distinguir entre una oferta legítima y una trampa.
Testimonios reales: el costo humano de la estafa digital en Facebook Marketplace
Las consecuencias de estas estafas no son solo económicas. Hay personas que han perdido ahorros, han sido amenazadas, o han sufrido daños psicológicos por confiar en una plataforma que se presenta como segura.
- “Le pagué $5.000 por una heladera que nunca llegó. El perfil desapareció y Facebook no respondió”, cuenta Mariana, víctima en Montevideo.
- “Me ofrecieron alquilar un apartamento en Pocitos. Mandé la seña y nunca más respondieron. Era todo falso”, relata Andrés.
- “Compré una moto que resultó robada. Terminé en la comisaría y tuve que pagar abogados”, dice Fabián.
Estos casos se repiten a diario. Y lo más grave es que Facebook no ofrece ningún mecanismo de reparación, ni siquiera una línea de contacto humano para casos urgentes.
¿Por qué sigue funcionando Facebook Marketplace? La normalización del fraude
Una de las razones por las que Marketplace sigue operando con impunidad es la normalización del fraude. Muchos usuarios ya asumen que “hay que tener cuidado”, que “no hay que pagar por adelantado”, y que “es parte del juego”.
Pero esa resignación es peligrosa. Porque convierte a la víctima en cómplice pasivo, y perpetúa un sistema donde el engaño es la norma. Facebook se beneficia de esta dinámica: mientras más publicaciones haya, más tiempo pasan los usuarios en la plataforma, y más datos se recolectan.
La empresa no tiene incentivos reales para limpiar el ecosistema. Su modelo de negocio no depende de la calidad de las transacciones, sino del volumen de actividad. Y eso convierte a Marketplace en una máquina de estafas institucionalizada.
¿Qué debería hacer Facebook? Medidas urgentes y posibles
Si Facebook realmente quisiera combatir el fraude en Marketplace, podría implementar medidas concretas:
- Verificación de identidad obligatoria para vendedores.
- Historial público de transacciones y reputación.
- Moderación humana en categorías sensibles como alquileres, vehículos y electrónica.
- Bloqueo automático de perfiles denunciados múltiples veces.
- Canal directo de atención para víctimas de estafa.
- Educación digital activa para prevenir fraudes.
Pero ninguna de estas medidas ha sido implementada de forma efectiva. Y eso demuestra que el problema no es técnico, sino político y comercial.
¿Qué podés hacer vos? Estrategias para protegerte
Si vas a usar Marketplace, tenés que asumir que estás entrando en un terreno minado. Algunas recomendaciones básicas:
- Nunca pagues por adelantado.
- Verificá la identidad del vendedor.
- Pedí fotos reales, con detalles específicos.
- Usá medios de pago trazables.
- Buscá referencias externas del producto.
- Denunciá cualquier comportamiento sospechoso.
Y sobre todo, compartí tu experiencia. La única forma de combatir el fraude es visibilizarlo, denunciarlo y exigir responsabilidad.
Conclusión: Facebook Marketplace, el mercado de la impunidad
Marketplace podría haber sido una herramienta poderosa para democratizar el comercio local. Pero en su estado actual, es un espacio dominado por estafadores, donde la empresa que lo gestiona se desentiende de sus responsabilidades.
Cuando el 90% de lo que se ofrece en ciertas categorías son estafas, ya no estamos ante un problema aislado. Estamos ante un sistema fallido, donde la negligencia se convierte en complicidad, y donde el usuario queda completamente desprotegido.
Facebook tiene los recursos, la tecnología y el poder para cambiar esta realidad. Pero mientras no lo haga, Marketplace seguirá siendo lo que es: un mercado de la impunidad, donde el fraude es la moneda corriente.
¿Vos también fuiste víctima de una estafa en Marketplace? Compartí tu experiencia y ayudá a otros a no caer en la trampa.