Qué ofrece la Expo Rural Prado y por qué visitar la muestra
La Expo Rural Prado abre sus puertas durante diez días y se consolida como una tradición obligada para quienes siguen la producción agropecuaria y para las familias que buscan una salida distinta. El predio recibe desde criadores y compradores hasta escuelas que acercan a chicos y chicas para conocer de cerca los animales y la vida del campo. La muestra combina la seriedad de la exposición genética con actividades pensadas para el público general, lo que la transforma en un punto de encuentro anual del sector.
En el corazón del evento están las muestras de razas: bovinos, equinos, ovinos, caprinos, porcinos y aves que compiten por distinciones y protagonizan los remates. Los reproductores de alta calidad se ofrecen a productores que buscan renovar sus pie de cría, mientras especialistas y jurados evalúan la genética exhibida. Los remates, además, son una oportunidad de negocio que concentra a compradores locales e internacionales.

Los pabellones tecnológicos muestran maquinaria, insumos y soluciones digitales orientadas a elevar la productividad y la sustentabilidad del agro. Empresas de tractores, implementos y software exponen novedades y realizan demostraciones en vivo. En paralelo, las embajadas e instituciones extranjeras ocupan espacios con propuestas culturales y gastronómicas que suman un atractivo distinto a la feria.
La Expo Rural Prado es un plan para todo público: hay estaciones educativas para chicos, espacios con animales aptos para interactuar y un calendario musical que deja la Plaza Prado Santander como núcleo de espectáculos vespertinos. Mientras los más chicos aprenden sobre el origen de los alimentos, la oferta gastronómica se encarga de seducir a todos los paladares. Los conciertos y shows le aportan ritmo a la jornada y amplían la propuesta más allá del negocio agropecuario.
La mesa gastronómica del predio es uno de los focos más visitados, con parrillas, puestos regionales y un ciclo de demostraciones liderado por referentes de la cocina local. El Instituto Nacional de Carnes (INAC) coordina exhibiciones diarias donde se trabaja sobre cortes, técnicas y maridajes. Estas instancias buscan acercar al consumidor al conocimiento de los cortes y al oficio del cocinero sobre las brasas.

En los pasillos de la feria también se encuentra una feria de artesanías y productos regionales que refleja la diversidad productiva del país y de los países invitados. Allí conviven pequeños emprendedores, foodtrucks y marcas consolidadas que aprovechan la afluencia para mostrar sus productos. Los pabellones internacionales, por su parte, ofrecen talleres y degustaciones que suman un cruce cultural interesante.
La organización publicó la información práctica: el ingreso es por Lucas Obes 1011 y los valores de entrada varían entre semana y fin de semana, con descuentos online y beneficios para menores de 10 años. La recomendación oficial es chequear la programación en la web para no perder demostraciones puntuales y remates claves. La logística en el predio incluye señalización clara, áreas de descanso y propuestas para personas con movilidad reducida.
Para productores y profesionales del sector, la Expo Rural Prado funciona como termómetro del mercado: contactos comerciales, lanzamientos de insumos y debates técnicos marcan la agenda profesional. Los ciclos de conferencias y seminarios complementan la oferta comercial y permiten pensar en herramientas para mejorar la productividad. En definitiva, la muestra articula negocio, formación y entretenimiento en un solo espacio.