El horror antes del crimen
El doble femicidio en Córdoba sacudió a dos países. Luna Giardina, de 26 años, y su madre, Mariel Zamudio, fueron halladas sin vida en su casa del barrio Villa Serrana. El principal sospechoso es Pablo Laurta, expareja de Luna y padre de su hijo, quien fue detenido tras intentar huir con el menor.
Pero la historia no empezó en Córdoba. Según testimonios recogidos por medios argentinos, Luna había escapado meses atrás de una situación de violencia extrema en Uruguay. Durante tres años, vivió encerrada en una casa que compartía con Laurta, sometida a abusos físicos, psicológicos y sexuales.
Una vecina de las víctimas reveló que Laurta controlaba cada aspecto de la vida de Luna. “La tenía encerrada, le daba de comer lo que él quería y la violaba reiteradamente”, contó en diálogo con TN. Mariel, la madre, también sabía lo que ocurría. Fue ella quien ayudó a su hija a escapar.
“Ella no tenía vida”
La misma vecina relató que, ya en Córdoba, Luna vivía con miedo. “Casi no salía. Laurta se le aparecía varias veces. Con mi esposo la protegimos como pudimos”, dijo. En una ocasión, el acusado llegó a instalarse en el techo de la casa. Usó una escalera que, según sospechan, alguien le facilitó. “Creemos que alguien le pasaba información de ellas”, agregó la testigo.
El sábado del crimen, vecinos alertaron a la Policía por un disparo. La respuesta oficial demoró casi 12 horas. “El botón antipánico estaba apagado, pero nunca entró la comisión. El sistema falló desde el principio”, lamentó la mujer.
Doble femicidio en Córdoba: denuncias previas y omisiones del sistema
Según fuentes judiciales, Luna había denunciado a Laurta en Uruguay tres años antes. En su declaración, describió una relación marcada por el control y la violencia. “Me manipulaba, me obligaba a hacer cosas que no quería. No me dejaba trabajar ni tener redes sociales. Cuando estaba embarazada me pegaba cachetadas que decía que ‘no eran golpes’”, escribió.
También expresó temor por las publicaciones de Laurta en redes sociales, donde justificaba los femicidios y criticaba a la Justicia por “favorecer a las mujeres”. En una de ellas, comentó una noticia sobre un hombre que mató a su ex esposa: “Lo sorprendente es que esos desenlaces no sean todavía más comunes”.
La fuga y la captura
Tras el crimen, Laurta huyó con su hijo. Pidió un auto por aplicación en Concordia y se dirigió a Entre Ríos. Fueron encontrados en un hotel, donde también apareció la billetera del chofer que lo había trasladado. El vehículo fue hallado incendiado, y días después se confirmó que el cuerpo desmembrado encontrado en la zona pertenecía al conductor, Martín Palacio