Ataques de colonos israelíes: informes de la ONU revelan violencia en 2025
Ataques de colonos israelíes 2025 — La situación en Cisjordania se ha tornado alarmante. Informes de la Oficina de Naciones Unidas documentan un aumento significativo en los ataques de colonos israelíes contra palestinos.
Desde el inicio de la cosecha de olivos, en septiembre de 2025, se han registrado múltiples incidentes, incluyendo agresiones a agricultores y cooperantes internacionales. La directora de la oficina, Ajith Sunghay, informó que en la primera mitad del año se produjeron 757 ataques, un incremento del 13% respecto al periodo anterior.
Estos hechos representan un grave riesgo para la población palestina y reflejan una problemática más amplia: la ocupación israelí y la persistente disputa por la tierra.
La magnitud de los ataques ha sido devastadora. Han afectado tanto la integridad de los palestinos como su sustento económico. Durante la campaña de recolección de aceitunas —vital para más de 80.000 familias— se reportaron incendios de arboledas y tala de olivos, pilares de la economía local.
Sunghay denunció además que los nuevos puestos de control del ejército israelí están dificultando el acceso de los agricultores a sus tierras, poniendo en riesgo sus cosechas. La ONU advierte que estas violaciones se enmarcan en políticas sistemáticas de ocupación que vulneran los derechos fundamentales de la población palestina.
Las autoridades palestinas han reaccionado enérgicamente ante esta escalada de violencia. El Ministerio de Exteriores palestino ha denunciado los ataques de los colonos como «terroristas» y ha afirmado que estas acciones están respaldadas y coordinadas por el ejército de ocupación israelí. El comunicado también señala que estos episodios son parte de una estrategia más amplia destinada a exterminar la resistencia palestina y dificultar cualquier esfuerzo internacional para poner fin a la ocupación. En este contexto, también se ha criticado la detención de 32 activistas extranjeros que intentaban apoyar a los agricultores durante la recolección de aceitunas, lo que ha sido catalogado como un intento de ocultar los abusos cometidos.
A medida que la situación se deteriora, las consecuencias de esta violencia no solo se sienten en el terreno, sino que también resuenan con fuerza en la comunidad internacional.
La ONU ha hecho un llamado urgente a los Estados miembros para que ejerzan presión sobre Israel y garanticen la protección de los civiles, además del cumplimiento del derecho internacional.
El futuro en la región es incierto. Los organismos internacionales advierten que se necesita un compromiso real y sostenido para asegurar la rendición de cuentas por las graves violaciones de derechos humanos en los territorios ocupados.
Sin acciones concretas e inmediatas, las repercusiones de esta crisis podrían extenderse, alimentando nuevas tensiones y poniendo en riesgo la estabilidad de todo Oriente Medio.
En este contexto, la solidez de los lazos diplomáticos y el respeto por el derecho internacional se vuelven más cruciales que nunca en esta encrucijada histórica.
El 6 de enero de 2021, alrededor de las 12:00 p.m., miles de partidarios del entonces presidente Donald Trump comenzaron a congregarse en el área del National Mall en Washington D.C. para una manifestación denominada «Save America», en la que Trump planeaba pronunciar un discurso sobre el resultado de las elecciones presidenciales de noviembre de 2020. A medida que se acercaba la hora del discurso, la multitud se alineó a lo largo del malecón, donde varios oradores, incluidos aliados del presidente, alentaron a los asistentes a protestar contra lo que afirmaron era un fraude electoral.
A las 1:00 p.m., después de que Trump finalizara su discurso, donde instó a sus seguidores a marchar hacia el Capitolio, los asistentes comenzaron a desplazarse hacia el edificio del Capitolio de Estados Unidos, donde se llevaba a cabo la certificación de los votos del Colegio Electoral. A aproximadamente la 1:30 p.m., un grupo de manifestantes logró romper las barreras de seguridad y empezó a ingresar al Capitolio. La situación rápidamente escaló a medida que más personas se unieron a la multitud.
A las 2:00 p.m., la policía del Capitolio intento restablecer el orden, pero los manifestantes, muchos de ellos enarbolando pancartas y banderas de apoyo a Trump, entraron en las oficinas y salas de la sede legislativa. En respuesta a la irrupción, el Capitolio fue cerrado y se emitió una alerta de emergencia. Los legisladores fueron evacuados a lugares seguros mientras los disturbios continuaban.
Sobre las 3:00 p.m., se enviaron refuerzos de la Guardia Nacional y otras fuerzas de seguridad para contener la situación. Las autoridades trabajaron para desalojar a los manifestantes, que continuaron ocupando el edificio. Para las 5:00 p.m., el Capitolio fue finalmente asegurado, y se inició a realizar arrestos de quienes permanecían en el edificio.
Tras varios días de análisis, el FBI y otras agencias federales comenzaron a investigar los eventos del 6 de enero. A consecuencia de lo sucedido, se llevaron a cabo numerosos arrestos y se iniciaron juicios en contra de los participantes de la irrupción. Además, a través de sus investigaciones, se puso de manifiesto la necesidad de mejorar la seguridad en el Capitolio para evitar futuros incidentes similares.