Uruguay Al DíaLos rebeldes hutíes de Yemen han reivindicado la autoría de un nuevo ataque hutí a buque de carga ocurrido este lunes en el Golfo de Adén. El portavoz militar del grupo, Yahya Saree, confirmó que sus fuerzas navales lanzaron misiles contra el portacontenedores MSC Sky II, de bandera liberiana y operado por una compañía suizo-italiana. El incidente se enmarca en la campaña de ataques que el grupo insurgente, respaldado por Irán, mantiene desde noviembre de 2023 contra el transporte marítimo en el Mar Rojo y aguas adyacentes, en una declarada muestra de solidaridad con los palestinos en la Franja de Gaza.
En una declaración televisada, Saree afirmó que la operación militar se llevó a cabo con «misiles navales apropiados» y que el impacto fue «directo y preciso». Además de la acción contra el buque mercante, el portavoz hutí aseguró que sus fuerzas también lanzaron drones y misiles balísticos contra «varios buques de guerra estadounidenses» en el Mar Rojo, como parte de lo que describen como su derecho a la autodefensa y en apoyo al pueblo palestino. El grupo ha reiterado que continuará con sus operaciones hasta que cese la ofensiva israelí en Gaza y se levante el bloqueo sobre el enclave.
Por su parte, la compañía Mediterranean Shipping Company (MSC), operadora del buque, confirmó el incidente. Según su comunicado, el MSC Sky II fue alcanzado por un misil mientras navegaba desde Singapur hacia Yibuti. El impacto provocó un pequeño incendio a bordo, que fue rápidamente extinguido por la tripulación sin que se registraran heridos. La naviera aseguró que el buque sufrió daños menores y pudo continuar su travesía. Este suceso se suma a una larga lista de más de 60 ataques perpetrados por los hutíes, que han alterado significativamente una de las rutas comerciales más importantes del mundo.
Contexto de la Escalada en el Mar Rojo
La campaña de los hutíes, también conocidos como Ansar Allah, comenzó poco después del inicio del conflicto entre Israel y Hamás en octubre de 2023. Su objetivo declarado es presionar a Israel y a sus aliados para que detengan las operaciones militares en Gaza. Inicialmente, los ataques se centraban en buques con vínculos directos con Israel, pero con el tiempo se han ampliado para incluir a navíos asociados con Estados Unidos y el Reino Unido, países que han liderado una respuesta militar contra el grupo en Yemen.
La estrategia hutí ha demostrado ser altamente disruptiva. Utilizando un arsenal que incluye misiles antibuque, drones de ataque y lanchas rápidas, han logrado convertir el estrecho de Bab el-Mandeb, una vía fluvial vital que conecta el Mar Rojo con el Golfo de Adén, en una zona de alto riesgo. La situación ha escalado a niveles críticos en las últimas semanas, con incidentes que han tenido consecuencias fatales y medioambientales.
Uno de los eventos más graves fue el ataque al carguero Rubymar, de propiedad británica, que finalmente se hundió a principios de marzo tras ser alcanzado por un misil hutí en febrero. Su hundimiento no solo representa la primera pérdida total de un buque en esta crisis, sino que también ha generado una grave amenaza ecológica por su carga de fertilizantes y el derrame de combustible. Días después, un ataque contra el buque True Confidence resultó en la muerte de tres marineros, las primeras víctimas mortales directas de la campaña hutí.
Respuesta Internacional y Consecuencias Económicas
La comunidad internacional ha respondido a la amenaza hutí con la creación de coaliciones navales para proteger el transporte marítimo. Estados Unidos lanzó en diciembre la «Operación Guardián de la Prosperidad», una alianza multinacional que patrulla la zona y ha interceptado numerosos proyectiles hutíes. Además, fuerzas estadounidenses y británicas han llevado a cabo varias rondas de bombardeos contra infraestructuras militares hutíes en Yemen, con el objetivo de mermar su capacidad para lanzar ataques.
Paralelamente, la Unión Europea ha puesto en marcha su propia misión naval, denominada «Aspides». A diferencia de la coalición liderada por EE. UU., la operación europea tiene un mandato estrictamente defensivo, centrado en escoltar a los buques mercantes y protegerlos de posibles ataques, sin participar en acciones ofensivas en territorio yemení. A pesar de estos esfuerzos, los hutíes han mantenido su capacidad para seguir hostigando la navegación.
Las consecuencias económicas de esta crisis son profundas y de alcance global. El Mar Rojo es la ruta más corta entre Asia y Europa, por la que transita aproximadamente el 12% del comercio mundial. La inseguridad ha obligado a las principales navieras a tomar medidas drásticas:
- Desvío de rutas: Compañías como Maersk, Hapag-Lloyd y la propia MSC han decidido evitar el Canal de Suez y desviar sus flotas por la ruta alternativa que rodea el Cabo de Buena Esperanza, en el sur de África.
- Aumento de costos: Este desvío añade entre 10 y 14 días a los viajes, lo que incrementa exponencialmente los costos de combustible, seguros y personal.
- Impacto en la cadena de suministro: Los retrasos y el aumento de los fletes están afectando a las cadenas de suministro globales, generando demoras en la entrega de mercancías y presionando al alza los precios de los productos importados.
El impacto no se limita al comercio. El Programa Mundial de Alimentos de la ONU ha advertido que la interrupción del transporte marítimo en el Mar Rojo obstaculiza la entrega de ayuda humanitaria a países como Yemen y Sudán, que ya enfrentan crisis alimentarias severas. La necesidad de tomar rutas más largas y costosas reduce la eficiencia de las operaciones de ayuda en un momento crítico.
A pesar de la presión militar internacional y las graves repercusiones económicas, los líderes hutíes han manifestado su firme determinación de continuar con los ataques. Consideran sus acciones como una palanca de presión legítima en el contexto del conflicto de Gaza y han demostrado una notable resiliencia frente a los bombardeos liderados por Estados Unidos y el Reino Unido.
El ataque contra el MSC Sky II es un recordatorio de que la crisis está lejos de resolverse. La volatilidad en la región persiste, alimentada por la guerra en Gaza y las tensiones geopolíticas más amplias que involucran a Irán y sus aliados. La seguridad de una de las arterias comerciales más importantes del planeta sigue dependiendo de la evolución de conflictos que se extienden mucho más allá de las costas de Yemen.
La situación actual subraya la fragilidad de las rutas marítimas globales y la interconexión entre los conflictos regionales y la economía mundial. Mientras no se alcance una solución diplomática tanto para la guerra en Gaza como para la inestabilidad en Yemen, la amenaza para la navegación en el Mar Rojo y el Golfo de Adén seguirá siendo un factor de riesgo significativo.
En definitiva, cada nuevo incidente como el del MSC Sky II refuerza la urgencia de encontrar vías de desescalada. La seguridad marítima, la estabilidad regional y la fluidez del comercio global penden de un hilo, en una crisis que continúa evolucionando y cuyo desenlace final es aún incierto.