Frente Amplio repite la receta: negar, relativizar y proteger al jerarca de turno

by 19 de agosto de 2025

Cuando el oficialismo se aplaude a sí mismo

Vos viste cómo son las cosas en Uruguay: cada tanto aparece un caso de “conflicto de interés” en la salud pública y, mágicamente, termina con la misma conclusión de siempre: “no pasa nada, siga, siga”. Esta vez el protagonista es Álvaro Danza, presidente de ASSE, respaldado con entusiasmo por la ministra de Salud Pública, Cristina Lustemberg, que salió a declarar que “hoy no hay conflicto de interés en relación a ASSE, ni directa ni indirectamente”.

El detalle no es menor: la oposición, con colorados y algunos nacionalistas al frente, le pidió la renuncia a Danza porque lo ven incompatible con su doble rol. Pero en la interna del Frente Amplio, la defensa fue cerrada. El mensaje fue claro: si hay dudas, se resuelven puertas adentro y con aplausos entre compañeros.

El informe salvador: Delpiazzo al rescate

El relato oficial dice que el 20 de diciembre pasado Danza pidió un informe jurídico al Estudio Delpiazzo para chequear si había incompatibilidad entre presidir ASSE y seguir atendiendo en mutualistas privadas. El resultado fue tan previsible como conveniente: no hay problema.

Con ese papel en la mano, Lustemberg declaró que ni la Constitución (artículo 200) ni la ley 18.161 lo alcanzan. Y listo, problema cerrado. Porque, claro, si un informe “independiente” dice que todo está bien, ¿quién se atreve a cuestionarlo?

El arte de ser médico y presidente a la vez

El presidente de ASSE, Álvaro Danza, divide opiniones por su doble rol en el sector público y mutualistas privadas.

Danza atiende un puñado de horas al mes en tres instituciones privadas: la Asociación Española, la Médica Uruguaya y la Asociación Médica de Mercedes. Según la ministra, lo hace como “consultante no dependiente” en dos de ellas, y como “dependiente” en la Médica Uruguaya.

¿Te suena a mucho enredo? Tranquilo: el truco está en la etiqueta. No importa si cobra como dependiente, si tiene agenda abierta o si los pacientes lo pueden ver en el policlínico de Punta Carretas. La palabra mágica es “consultante”. Y con eso, todo queda bajo control.

La oposición gruñe, el oficialismo protege

Mientras el Partido Colorado y algunos sectores del Partido Nacional reclaman que la Constitución es clara y que el cargo es incompatible, Lustemberg repite que Danza trabaja “horas y horas en ASSE” y que sus otros roles son mínimos.

El Frente Amplio cerró filas. ¿La estrategia? Minimizar el tema, marcar diferencias con viejos casos y remarcar que ASSE no regula a los privados. Así, cualquier posible choque de intereses queda relativizado.

Baltasar Aguilar, la película que ya vimos

En 2008, Baltasar Aguilar debió renunciar a la presidencia de ASSE por incompatibilidades con su labor en una mutualista privada.

Lo más irónico es que en 2008 pasó lo mismo. Baltasar Aguilar, también presidente de ASSE, también médico en una mutualista, también cuestionado. En aquel entonces, la ministra de Salud era María Julia Muñoz, que terminó pidiéndole la renuncia.

Hoy, Lustemberg dice que no es comparable. Aguilar era “cooperativista”, Danza no. Aguilar tenía “otro vínculo”, Danza solo “consulta”. La excusa es distinta, pero el libreto es igual: todo depende de quién esté en el sillón y de cuán conveniente sea el relato.

La letra de la ley y la flexibilidad política

El artículo 200 de la Constitución es contundente: los directores de entes descentralizados no pueden ocupar cargos que dependan del mismo organismo. La ley 18.161 refuerza la idea: no pueden ejercer profesiones relacionadas con ASSE.

Pero la magia de la política es torcer la interpretación. Si conviene, se aplica de manera rígida; si incomoda, se relativiza. Hoy, para Lustemberg y compañía, la norma “no alcanza” al trabajo de consultante. ¿Mañana? Quién sabe.

El blindaje entre camaradas

Lo más claro de este episodio es el blindaje interno. La ministra no dudó en ponerse al frente de la defensa. Recalcó la “dedicación” de Danza, minimizó sus otras funciones y aseguró que no hay convenios “de envergadura” entre ASSE y las mutualistas donde trabaja.

La lectura política es evidente: en el Frente Amplio se protegen entre ellos. Cuando la oposición apunta, la respuesta es cerrar filas, relativizar los cuestionamientos y repetir que “no hay conflicto de interés”.

Una vieja costumbre criolla

Uruguay tiene un talento especial para este tipo de situaciones. La política uruguaya es experta en justificar lo injustificable, en transformar incompatibilidades en “consultorías”, y en encontrar informes jurídicos que siempre caen a favor del jerarca de turno.

Al final, la pregunta que queda flotando es simple: ¿importa más lo que diga la Constitución o lo que convenga en el comité político?

Conclusión

Mientras la oposición grita “conflicto de interés” y pide renuncias, el oficialismo responde con la misma fórmula de siempre: informes favorables, declaraciones tranquilizadoras y un aplauso entre camaradas.

Porque en Uruguay, cuando se trata de ASSE, la historia parece repetirse con distintos protagonistas, pero con el mismo final.

💬 ¿Creés que el cargo de Danza es compatible con su rol en mutualistas, o que el oficialismo está barriendo bajo la alfombra?

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