Ministro Carlos Negro: preocupación de Orsi por Bukele es lógica
El ministro del Interior, Carlos Negro, se refirió este miércoles a las declaraciones del presidente Yamandú Orsi sobre la política de seguridad de Nayib Bukele en El Salvador. Negro sostuvo que “es lógica la preocupación” del mandatario uruguayo, aunque remarcó que Uruguay es un país republicano y democrático, donde no se pueden aplicar modelos que vulneren derechos humanos.
Negro compareció ante la Comisión Especial de Seguridad y Convivencia de la Cámara de Representantes, en el marco de investigaciones recientes, entre ellas el atentado contra la fiscal de corte Mónica Ferrero. Tras su exposición, fue consultado sobre las palabras de Orsi, quien había señalado que la política de Bukele debía “analizarse”, aunque luego aclaró que era “imposible e inaceptable” trasladarla a Uruguay.
Ministro Carlos Negro analiza el fenómeno Bukele
El jerarca explicó que ha dedicado su vida a estudiar fenómenos de criminalidad en Uruguay y en el mundo, y que el caso de El Salvador es un objeto de estudio. “La fuerza de un fenómeno como el de El Salvador, que llevó a Bukele a la Presidencia, es un ejemplo de política de seguridad que debemos necesariamente estudiar para evaluar”, afirmó.
Negro recordó que en su momento también analizó el modelo de Rudy Giuliani en Nueva York, y subrayó que cada país tiene sus particularidades sociales y económicas. “Las conclusiones de un modelo que se aplica en un país que transitó cuatro décadas de lucha y guerra intestina seguramente sean diferentes a las que podemos analizar en un país republicano y democrático como Uruguay”, señaló.
Orsi aclara sus dichos sobre Bukele
El presidente Orsi, entrevistado en el ciclo Desayunos Búsqueda, había dicho que la seguridad es un derecho humano fundamental y que el ejemplo de Bukele debía analizarse. Sin embargo, aclaró que no es aplicable en Uruguay. “Lo que más me llama la atención es el nivel de adhesión que genera en la población una política de ese tipo. Dicho de otra forma: ¿si va a aplicarlo Uruguay? Es imposible, es inaceptable”, aseguró.
Orsi enfatizó que no se puede hacer nada que violente la democracia y los derechos humanos. “Son los niveles de adhesión lo que sorprende, cómo aparece la política de El Salvador como ‘exitosa’. Yo tengo mis dudas, porque por supuesto hay gente inocente que está pagando”, agregó.
El debate sobre la política de seguridad de Nayib Bukele en El Salvador y las declaraciones del presidente Yamandú Orsi generaron un intenso intercambio en la arena política uruguaya. La intervención del ministro del Interior, Carlos Negro, aportó un matiz académico y técnico al señalar que “la fuerza de un fenómeno como el de El Salvador es un objeto de estudio”. Con esto, buscó diferenciar entre analizar un modelo y aplicarlo, dejando claro que Uruguay no puede replicar políticas que vulneren derechos humanos.
Negro recordó que en su trayectoria profesional ha estudiado distintos enfoques de seguridad, como el modelo Giuliani en Nueva York, y subrayó que cada país responde a sus propias realidades sociales y económicas. “Las conclusiones de un modelo que se aplica en un país que transitó cuatro décadas de lucha y guerra intestina seguramente sean diferentes a las que podemos analizar en un país republicano y democrático como Uruguay”, puntualizó.
Por su parte, Orsi insistió en que lo que más le llama la atención es el nivel de adhesión popular que genera Bukele en El Salvador. Esa adhesión, según el mandatario, abre un debate sobre cuánto está dispuesta la sociedad a ceder en materia de derechos y garantías en aras de mayor seguridad. “La seguridad es un derecho humano fundamental, y nos costó aceptar que lo era”, afirmó.
El cruce de opiniones refleja un dilema que trasciende fronteras: cómo equilibrar la necesidad de seguridad con la preservación de valores democráticos. En Uruguay, tanto el presidente como el ministro coinciden en que el modelo Bukele no es aplicable, pero reconocen que su impacto regional merece ser estudiado para entender por qué despierta tanta adhesión social.
