El intento de rapiña frustrado durante el evento de Halloween en Salto marcó una noche distinta para los asistentes y dejó al descubierto un plan que pudo terminar mucho peor. El empresario Marcos Pigurina, organizador de la tradicional fiesta, contó cómo una investigación previa permitió evitar un atraco cuidadosamente planificado.
Una advertencia a tiempo
Cuatro días antes del evento, Pigurina recibió una llamada que cambiaría el rumbo de todo. El director de Investigaciones de Salto, comisario Moreira, lo alertó sobre un grupo que planeaba asaltarlo tras la recaudación de la fiesta. Según los investigadores, la operación estaba liderada por la pareja de un antiguo socio del empresario.
“Me informaron que existía la posibilidad de un atraco e incluso de un intento de homicidio”, relató Pigurina. “Fue impactante, porque no se trataba solo de dinero, sino de mi seguridad y la de mi familia”.
El aviso llegó después de meses de trabajo policial. La información apuntaba a que el ataque se concretaría una vez finalizado el evento, durante el traslado del dinero.
Seguridad reforzada y trabajo encubierto
A pesar de la amenaza, el evento no se suspendió. Pigurina y la Jefatura de Policía de Salto reforzaron las medidas de seguridad. Se diseñó un operativo especial con agentes de civil infiltrados entre los asistentes, aprovechando que el baile era de disfraces.
“Fue una estrategia muy bien pensada. Los policías entraron al evento disfrazados y con acceso a todos los sectores, sin necesidad de mostrar credenciales. Así se preservó el secreto del operativo”, explicó el empresario.
Además, se utilizaron drones, patrullas y un equipo de custodia para asegurar el traslado del dinero una vez finalizada la fiesta. Pigurina destacó el profesionalismo del personal policial y aseguró que el trabajo de inteligencia “fue impecable”.
Un evento bajo control
El Halloween en Salto se desarrolló con normalidad y reunió a cientos de personas. “No podíamos poner en riesgo a nadie. Si había la mínima duda, el evento se suspendía”, señaló Pigurina, quien valoró la coordinación con la policía.
La organización apostó además a la digitalización de pagos para reducir el uso de dinero en efectivo. Entradas y consumos se abonaron en su mayoría por medios electrónicos, una medida que contribuyó a limitar los riesgos.
La investigación y las consecuencias
Las autoridades confirmaron que los responsables fueron detenidos y enfrentan cargos. Aunque la justicia no consideró que existiera un intento de homicidio, el empresario cuestionó los vacíos legales.
“Entre pensar en hacerlo y hacerlo hay una línea muy fina. Y en ese límite, la ley todavía tiene muchas lagunas”, reflexionó.
Con más de veinte años de experiencia en el rubro y dieciocho ediciones de Halloween organizadas, Pigurina reconoció que nunca había vivido algo parecido. “Jamás tuve un intento de robo. Creo que esta gente se animó porque conocía los movimientos del evento y sabía cuándo habría dinero en circulación”, comentó.
Una lección de prevención
El caso dejó una enseñanza clara: la seguridad debe ser parte central de la planificación. Gracias a la coordinación entre el empresario y la policía, se evitó una situación que pudo haber terminado en tragedia.
“Me quedo con la tranquilidad de haber actuado a tiempo. La policía de Salto trabajó con un profesionalismo admirable. Sin ellos, el resultado habría sido muy distinto”, concluyó Pigurina.
Un antes y un después para los eventos en Salto
Tras el intento de rapiña frustrado, el propio Pigurina reconoció que el episodio marcó un punto de inflexión en la organización de espectáculos en la ciudad. “Hoy ningún evento masivo puede improvisar la seguridad. Lo que pasó en el Halloween en Salto nos dejó una enseñanza: no basta con ofrecer diversión, también hay que garantizar que todos regresen a casa tranquilos”, sostuvo.
Desde entonces, los productores locales comenzaron a coordinar más estrechamente con las autoridades, buscando que cada celebración combine disfrute y prevención. El caso dejó claro que la anticipación y la colaboración entre privados y el Estado pueden hacer la diferencia entre una fiesta exitosa y una tragedia evitada.