Energía de fusión: avances y desafíos de la tecnología que busca energía limpia
En diciembre de 2022, un equipo del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore, en Estados Unidos, logró algo que hasta hace poco parecía imposible: generar más energía de la que se utilizó para iniciar una reacción de fusión nuclear. Este resultado, que marca un antes y un después en la historia de la ciencia, reavivó el debate sobre el futuro de la energía y la posibilidad de dejar atrás los combustibles fósiles.
Qué es la energía de fusión y por qué no es lo mismo que la fisión
La fusión nuclear es el proceso que alimenta al Sol: unir núcleos atómicos ligeros para liberar enormes cantidades de energía. A diferencia de la fisión —que divide átomos pesados y genera residuos radiactivos de larga duración— la fusión no produce desechos peligrosos a gran escala ni implica el riesgo de accidentes como Chernóbil o Fukushima.
Los últimos avances científicos
El logro del NIF en Estados Unidos fue el primero en alcanzar “ignición”, es decir, producir más energía que la invertida. En paralelo, el proyecto ITER en Francia avanza en la construcción del reactor experimental más grande del mundo, mientras empresas privadas como Commonwealth Fusion Systems y Tokamak Energy desarrollan diseños más compactos y potencialmente comerciales.
Desafíos que aún enfrenta la fusión nuclear
El camino hacia la energía de fusión comercial no está libre de obstáculos. Los costos de construcción son altísimos, la reacción debe mantenerse estable durante largos períodos y se requieren materiales capaces de soportar temperaturas extremas. Resolver estos puntos es clave para que la tecnología sea viable a gran escala.

Impacto potencial en el medioambiente y la economía
Si se logra implementar, la fusión podría reducir drásticamente las emisiones de CO₂, garantizar independencia energética a países sin recursos fósiles y generar miles de empleos en sectores tecnológicos de alto valor agregado.
Cuándo podría llegar a nuestras casas
Los expertos estiman que los primeros prototipos comerciales podrían estar listos entre 2035 y 2040. Aunque falta camino por recorrer, cada avance acerca un poco más la posibilidad de contar con energía limpia, segura e ilimitada.