Pequeño J detenido en Perú: principal sospechoso del triple femicidio narco
La Policía Bonaerense confirmó este martes que Pequeño J detenido en Perú, identificado como Tony Janzen Valverde Victoriano, fue arrestado tras un operativo internacional. Es señalado como el autor intelectual del triple femicidio narco en Florencio Varela, que tuvo como víctimas a Brenda del Castillo, Lara Gutiérrez y Morena Verdi.
El anuncio se conoció poco después de que en Lima también fuera capturado su mano derecha, Matías Agustín Ozorio. Con estas detenciones, la lista de implicados asciende a nueve, en una causa que expone los vínculos entre el narcotráfico regional y la violencia más extrema.
Una investigación con nueve detenidos
Los primeros en caer fueron Magalí Celeste González Guerrero (28), Andrés Maximiliano Parra (18), Iara Daniela Ibarra (19) y Miguel Ángel Villanueva Silva (27). Todos ellos fueron trasladados al penal de Melchor Romero.
Durante el fin de semana se produjeron dos capturas más: Víctor Sotacuro Lázaro en Villazón, Bolivia, y Ariel Giménez, señalado por la fiscalía como el encargado de cavar la fosa y enterrar los cuerpos.
En paralelo, Florencia Ibáñez, sobrina de Sotacuro Lázaro, fue aprehendida por haber estado en el mismo vehículo que su tío la noche del crimen. Ambos fueron indagados por el fiscal de Homicidios Carlos Adrián Arribas.
Con la confirmación de que Pequeño J detenido en Perú era el principal organizador, la investigación dio un paso clave en el intento de esclarecer el entramado de responsabilidades.
La hipótesis del triple femicidio
Según la investigación, Pequeño J habría planeado la ejecución de las víctimas como represalia por un presunto robo de cocaína a la organización de la que formaba parte. Pero lo que más impactó fue la decisión de transmitir parte del asesinato en vivo a través de redes sociales.
De acuerdo con los peritajes, los videos buscaban amplificar el mensaje y dejar en claro que la banda estaba dispuesta a castigar con violencia extrema cualquier traición.
El ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso, sostuvo que la captura de Pequeño J confirma las intenciones de la organización de expandir su negocio al Bajo Flores y a Florencio Varela, con especial foco en la venta de tusi, una droga sintética en crecimiento.
Impacto regional y coordinación internacional
La caída de Pequeño J detenido en Perú refleja el alcance transnacional de estas organizaciones criminales. No solo operaban en el Conurbano bonaerense, sino que tenían ramificaciones en Bolivia y vínculos en Perú.
La coordinación entre fuerzas de seguridad de distintos países resultó clave para el operativo. De hecho, la captura de su mano derecha en Lima el mismo día del arresto de Valverde Victoriano mostró la efectividad de la cooperación bilateral.
Mientras tanto, en Argentina, las familias de las tres jóvenes asesinadas reclaman justicia y un juicio ejemplar. La causa continúa bajo la órbita del fiscal Arribas, que mantiene abiertas nuevas líneas de investigación para determinar si hay más responsables aún prófugos.
Un caso que trasciende fronteras
El triple femicidio en Florencio Varela expuso cómo el crimen organizado puede cruzar fronteras y utilizar la violencia como mecanismo de control. La figura de Pequeño J detenido en Perú se convirtió en símbolo de esa amenaza regional.
Aunque la investigación avanza, especialistas advierten que el desafío será mantener la cooperación internacional a largo plazo para evitar que nuevas células narco reproduzcan la violencia en otras ciudades.
Con nueve detenidos y la caída del presunto jefe, el caso abre un debate más amplio sobre la seguridad, la frontera y la penetración del narcotráfico en la región.
La captura de “Pequeño J” en Perú representa un punto clave dentro de la investigación. Sin embargo, fuentes judiciales remarcan que el proceso recién comienza y que las pruebas deberán sostener la acusación en los tribunales. Además, se espera que en los próximos días se definan pedidos de cooperación internacional que permitan avanzar en nuevas líneas de la causa.
