Bucarest, Rumanía -El Gobierno de Rumanía reafirmó este martes su compromiso con la adhesión de Moldavia a la Unión Europea, impulsando el inicio de negociaciones técnicas formales Esta estrategia se produce en un contexto diplomático complejo, marcado por el veto de Hungría a la apertura de negociaciones con Ucrania, lo que ha llevado a plantear la posibilidad de disociar ambas candidaturas para evitar un estancamiento.
“El Gobierno de Rumanía reafirmó este martes su compromiso con la adhesión de Moldavia a la Unión Europea, impulsando el inicio de negociaciones técnicas formales…”
El presidente de Rumanía, Klaus Iohannis, ha sido una de las voces más firmes dentro del Consejo Europeo en defensa de la integración de ambos países de Europa del Este. Sin embargo, ante la persistente negativa de Budapest a dar luz verde a Kiev, la diplomacia rumana considera crucial que el progreso de Moldavia no se vea frenado por un bloqueo que responde a disputas bilaterales ajenas a Chisináu.
El papel estratégico de Rumanía como valedor
Para Rumanía, la integración de Moldavia en el bloque comunitario no es solo una cuestión de política exterior, sino un objetivo estratégico de primer orden. Ambos países comparten profundos lazos históricos, culturales y lingüísticos, y Bucarest se ha erigido como el principal abogado de la causa moldava en Bruselas. El apoyo rumano se materializa en asistencia técnica, respaldo político y cooperación económica para ayudar a Moldavia a cumplir con los criterios de adhesión.
La postura de Rumanía se fundamenta en la convicción de que la ampliación de la UE hacia el este es una inversión en seguridad y estabilidad para todo el continente. La anexión de Moldavia consolidaría un flanco oriental más robusto y proeuropeo, especialmente relevante en el actual contexto geopolítico derivado de la invasión rusa de Ucrania. Este respaldo busca anclar de forma definitiva a Moldavia en el espacio de valores y prosperidad europeo.
Fuentes diplomáticas señalan que la estrategia rumana consiste en presionar para que el marco de negociación con Moldavia sea aprobado por el Consejo, permitiendo así el comienzo del llamado screening, el proceso por el cual la Comisión Europea y el país candidato analizan la legislación nacional para alinearla con el acervo comunitario. Este paso técnico no requiere la misma unanimidad que la apertura formal de negociaciones, aunque el objetivo final sigue siendo la plena integración.
El veto de Hungría y el dilema de la disociación
El principal obstáculo en el camino de la ampliación es la postura del Gobierno húngaro, liderado por el primer ministro Viktor Orbán. Budapest ha bloqueado repetidamente los avances en la candidatura de Ucrania, argumentando preocupaciones sobre los derechos de la minoría húngara en la región de Transcarpatia. Críticos en Bruselas, sin embargo, interpretan esta acción como una táctica de presión para obtener concesiones de la UE en otros ámbitos, como la liberación de fondos congelados.
Dado que la UE ha tratado tradicionalmente las candidaturas de Ucrania y Moldavia como un paquete, el veto a una afecta directamente a la otra. La propuesta de disociar ambos procesos, impulsada por Rumanía y otros Estados miembros, busca romper este punto muerto. No obstante, esta solución presenta sus propios desafíos:
- Ventaja para Moldavia: Le permitiría avanzar según sus propios méritos y ritmo de reformas, sin ser rehén de un conflicto bilateral ajeno.
- Riesgo para Ucrania: Podría ser percibido en Kiev como una fisura en la unidad europea y un debilitamiento del apoyo conjunto, aunque la mayoría de los países insisten en que el respaldo a Ucrania es inquebrantable.
- Señal política: Demostraría que la política de ampliación de la UE no puede ser paralizada indefinidamente por los intereses particulares de un solo Estado miembro.
La decisión final recaerá en el Consejo Europeo, donde los líderes de los 27 Estados miembros deberán encontrar un consenso. La disociación es una opción compleja, pero gana terreno como una solución pragmática para mantener vivo el impulso de la ampliación.
El camino de Moldavia hacia la Unión Europea
Desde que obtuvo el estatus de país candidato en junio de 2022, junto a Ucrania, Moldavia ha realizado esfuerzos significativos para alinear su legislación y sus instituciones con los estándares europeos. El gobierno proeuropeo de la presidenta Maia Sandu ha impulsado una ambiciosa agenda de reformas, centrada en la lucha contra la corrupción, la reforma del sistema judicial y el fortalecimiento del Estado de derecho.
La Comisión Europea ha reconocido estos avances en sus informes de seguimiento, destacando el compromiso de Chisináu. Sin embargo, el país todavía enfrenta desafíos considerables, como la dependencia energética de Rusia, la presión económica y la cuestión no resuelta de la región separatista de Transnistria, que alberga tropas rusas.
El inicio de las negociaciones técnicas sería un hito fundamental para Moldavia, ya que proporcionaría una hoja de ruta clara y un incentivo adicional para profundizar las reformas. Para la población moldava, que ha mostrado un apoyo mayoritario a la integración europea, representaría una señal tangible de que su futuro está en Europa.
El futuro de la ampliación en un contexto incierto
La discusión sobre las candidaturas de Moldavia y Ucrania pone de relieve los debates internos de la UE sobre su propio futuro. La ampliación es vista por muchos como una necesidad geopolítica, pero también plantea preguntas sobre la capacidad de absorción del bloque y la necesidad de reformas institucionales internas, como la posible eliminación de la regla de la unanimidad en política exterior.
Mientras tanto, Rumanía continúa su labor diplomática para construir un consenso que permita a Moldavia dar el siguiente paso. El mensaje de Bucarest es claro: el mérito y el progreso deben ser recompensados, y la credibilidad de la política de ampliación de la UE está en juego. El resultado de estas negociaciones definirá no solo el futuro de Moldavia, sino también la capacidad de la Unión Europea para proyectar estabilidad en su vecindad oriental.