El euro en Uruguay cerró la última jornada a 46,72 pesos en promedio, lo que significó una variación del 0,97% frente a los 46,27 del día anterior, según reportó Dow Jones.
En el balance semanal, la moneda europea registró un incremento del 1,64%. En la comparación interanual acumula un ascenso del 6,37%, lo que confirma una tendencia sostenida a lo largo de los últimos meses. Con este movimiento, completó tres sesiones consecutivas en cifras positivas. La volatilidad reciente se ubicó por encima de la media de los últimos doce meses, mostrando un comportamiento más dinámico que la tendencia general del mercado cambiario.
Cotización del euro en Uruguay y su influencia económica
El comportamiento del euro en Uruguay es seguido con atención tanto por inversores como por consumidores locales. Su evolución repercute directamente en los precios de productos importados, en especial bienes de consumo como electrónicos, automóviles y alimentos que ingresan desde Europa.
Para quienes hacen changas o buscan llegar a fin de mes, el encarecimiento del euro puede implicar un golpe al bolsillo, ya que muchos de los costos de importación se trasladan al consumidor final. A la vez, para las empresas exportadoras que operan con contratos en euros, la suba de la divisa puede representar un beneficio en términos de rentabilidad.
Además, el turismo es otro sector sensible a estas oscilaciones. Cuando el euro se aprecia frente al peso, viajar a Europa se vuelve más costoso para los uruguayos, mientras que para los europeos visitar Uruguay resulta más accesible. Esto incide en la llegada de turistas al país y en la actividad de destinos como Punta del Este o Colonia.
Proyecciones económicas y rol del sector logístico
El 2024 fue un año de recuperación para la economía uruguaya, tras un período de dificultades. Factores como la estabilidad económica, los beneficios fiscales y la infraestructura logística consolidaron a Uruguay como destino atractivo para inversiones regionales. Empresas argentinas, brasileñas y europeas encontraron en el país una plataforma segura para sus operaciones.
De acuerdo con un estudio de la consultora CBRE, el sector logístico uruguayo se encuentra concentrado en un grupo reducido de desarrolladores, principalmente propietarios de parques industriales. Este escenario genera altos niveles de ocupación en Montevideo y Canelones, donde todavía existen oportunidades de expansión. La relación con monedas extranjeras, como el euro en Uruguay, es un indicador central para medir la rentabilidad de estos proyectos.
Historia del peso uruguayo y vínculo con el euro en Uruguay
El peso uruguayo comenzó a circular en 1993, reemplazando a los viejos billetes luego de un período de fuerte inflación. El Banco Central del Uruguay fue autorizado en octubre de 1991 a emitir la nueva moneda, que equivalía a mil pesos antiguos. La circulación efectiva inició en marzo de 1993.
En la década de 1990, se implementó un sistema de bandas de flotación frente al dólar, buscando mayor previsibilidad. Sin embargo, la crisis de 2002, durante la presidencia de Jorge Batlle, obligó a adoptar el régimen de flotación independiente. Ese cambio marcó el rumbo actual de la política monetaria, en la que la relación con monedas como el euro cobra cada vez más relevancia en los flujos de comercio e inversión.
Tras la maxidevaluación de 2002, el peso uruguayo vivió un período de apreciación. Hoy, Uruguay se destaca en América Latina por su ingreso per cápita elevado y por la baja desigualdad. No obstante, enfrenta desafíos importantes: mejorar la competitividad, sostener el crecimiento a largo plazo, ampliar la participación de mujeres en el mercado laboral y transformar la educación.
Perspectivas futuras
En el mediano plazo, se espera que el euro en Uruguay mantenga cierta estabilidad, influenciado por las políticas del Banco Central Europeo y los movimientos de los mercados internacionales. Para los hogares, esto significa que el precio de bienes importados puede estabilizarse, mientras que para los sectores productivos abre la posibilidad de planificar con mayor certeza sus operaciones.
La relación entre el peso uruguayo y el euro seguirá siendo un indicador clave del rumbo económico nacional. Su impacto se refleja en la guita que gasta cada familia en el almacén, en las decisiones de inversión de las empresas y en las proyecciones de los economistas.