Entre el 5 y el 6 de noviembre, autoridades policiales de Uruguay mantendrán una reunión con representantes de la Administración para el Control de Drogas (DEA) en Lima. El encuentro tendrá como eje principal el caso del narcotraficante uruguayo Sebastián Marset, actualmente prófugo y considerado uno de los delincuentes más buscados de la región.
La Policía uruguaya busca intercambiar información sobre los posibles lugares donde el líder de la red criminal podría estar oculto. Desde julio de 2023, su paradero es incierto. En ese momento, fue localizado en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, donde vivía bajo una identidad falsa y se presentaba como jugador de fútbol. Aunque fue detectado por las autoridades, logró escapar.
Desde entonces, se han registrado algunas pistas sobre su ubicación. Marset incluso brindó una entrevista televisiva desde un lugar no revelado. Su esposa, Gianina García Troche, fue detenida en España y posteriormente extraditada a Paraguay, lo que reactivó el interés internacional por su captura.
La reunión en Lima incluirá al jefe regional de la DEA, Michael D. Cabral, y representantes de otros países sudamericanos involucrados en la búsqueda. El objetivo es fortalecer la cooperación regional y evaluar estrategias conjuntas para localizar al narcotraficante uruguayo Sebastián Marset.

Estados Unidos anunció una recompensa de hasta dos millones de dólares por información que permita dar con su paradero. La DEA sospecha que Marset podría estar escondido en Venezuela, aunque no se ha confirmado oficialmente.
La agencia estadounidense informó que mantiene una investigación activa sobre la organización criminal que lidera Marset. En un comunicado, alentó a cualquier persona con datos sobre sus actividades —incluyendo tráfico de drogas, lavado de dinero y uso de violencia— a compartirlos con las autoridades.
Además, se detallaron los alias que ha utilizado: Luis Amorim Santon, nombre bajo el cual jugaba al fútbol en Bolivia, y Gabriel de Souza Bemer, otra identidad falsa vinculada a sus operaciones.
Estados Unidos ofrece recompensa por el narcotraficante uruguayo Marset
La DEA sospecha que podría estar oculto en Venezuela bajo identidad falsa.
Actualmente, el acusado por narcotráfico ocupa el cuarto lugar en la lista de los fugitivos más buscados por la DEA. Lo preceden Nemesio Oseguera Cervantes (El Mencho), líder del Cartel de Jalisco Nueva Generación; Yulan Adonay Archaga Carias, presunto jefe de la Mara Salvatrucha; y Jesús Alfredo Guzmán Salazar, hijo del Chapo Guzmán.
El narcotraficante uruguayo Sebastián Marset está acusado de liderar una red delictiva con base en Paraguay. En abril de 2021, esa organización intentó enviar 16 toneladas de cocaína a Europa. Las autoridades del puerto de Amberes, Bélgica, lograron incautar 11 toneladas.
También se le atribuyen múltiples operaciones de lavado de dinero a través de instituciones financieras estadounidenses, así como la expansión de sus actividades criminales en Bolivia. En 2023, estas acusaciones derivaron en una nueva oferta de recompensa por parte de Estados Unidos.
En paralelo, el presidente de Uruguay, Yamandú Orsi, mantuvo esta semana su primer encuentro oficial con el embajador de Estados Unidos en Montevideo, Lou Rinaldi. Aunque no se divulgaron detalles sobre los temas tratados, el vínculo bilateral en materia de seguridad fue uno de los ejes del encuentro.

En un video institucional, Rinaldi compartió su historia personal con Uruguay. “Me crié en este paisito. Acá tuve mi escuela, mi enseñanza. Uruguay me dio esperanzas y una educación única para poder progresar en Estados Unidos”, expresó el diplomático.
Según la embajada, el trabajo de Rinaldi estará enfocado en tres áreas: fortalecer los lazos económicos, mejorar la seguridad pública y promover los derechos humanos. En ese marco, el caso del narcotraficante uruguayo Marset aparece como uno de los desafíos compartidos entre ambos países.
En paralelo a las acciones internacionales, la Policía uruguaya continúa trabajando en coordinación con agencias regionales para rastrear posibles movimientos del narcotraficante uruguayo Sebastián Marset. Según fuentes vinculadas a la investigación, se han activado alertas migratorias en varios países de América Latina y se monitorean redes de comunicación que podrían estar vinculadas a su entorno.
Además, se evalúa la posibilidad de que Marset esté operando bajo nuevas identidades, con documentación falsa emitida en países donde mantiene contactos. Esta modalidad ya fue utilizada en Bolivia, donde se presentaba como futbolista profesional, lo que le permitió moverse con relativa libertad durante meses.
Reunión clave sobre el el fugitivo buscado por la DEA en Lima
Uruguay y la DEA buscan coordinar acciones para avanzar en su captura.
La reunión en Lima también servirá para revisar los mecanismos de intercambio de información entre las fuerzas de seguridad. En ese sentido, Uruguay busca fortalecer su rol en la red regional de cooperación contra el crimen organizado, especialmente en lo que refiere al tráfico de drogas y lavado de activos.
Por otro lado, se espera que el encuentro con la DEA incluya una actualización sobre las investigaciones en curso en Estados Unidos, donde se analiza el flujo financiero de la organización liderada por el prófugo uruguayo. Las autoridades norteamericanas han detectado operaciones vinculadas a bancos y empresas pantalla que podrían estar facilitando el blanqueo de capitales.
En este contexto, el caso del narcotraficante uruguayo Marset se ha convertido en un símbolo de los desafíos que enfrentan los países de la región para combatir estructuras criminales transnacionales. Su capacidad para evadir la justicia, operar en distintos países y mantener una red activa de colaboradores plantea interrogantes sobre la efectividad de los sistemas de control actuales.
La expectativa de las autoridades uruguayas es que la reunión en Lima permita avanzar en nuevas líneas de investigación y consolidar alianzas estratégicas que faciliten su captura. Mientras tanto, Marset sigue siendo uno de los rostros más visibles del narcotráfico regional, con una recompensa millonaria y una red que aún no ha sido completamente desarticulada.