Estados Unidos despliega fuerzas en el sur del Caribe contra cárteles

by 15 de agosto de 2025

Estados Unidos dispuso el despliegue de fuerzas aéreas y navales en el sur del mar Caribe con el objetivo de enfrentar a cárteles latinoamericanos que fueron designados como organizaciones terroristas. La medida, reportada por Reuters con base en fuentes oficiales, incluye la movilización de aviones de patrulla marítima P-8, al menos un buque de guerra y un submarino, con operaciones previstas en aguas internacionales y en espacio aéreo internacional. No se difundieron listas detalladas de unidades ni ubicaciones específicas.

De acuerdo con la misma información, el proceso de despliegue se extenderá durante varios meses y se centrará en tareas de inteligencia, vigilancia y, eventualmente, apoyo a acciones puntuales contra objetivos vinculados al narcotráfico. El reporte no mencionó la presencia de portaaviones ni que la fuerza esté posicionada frente a Venezuela; sí precisó que se trata del “sur del Caribe”, con foco en amenazas transnacionales.

El marco institucional de estas operaciones está dado por el Comando Sur de Estados Unidos (SOUTHCOM) y por la U.S. Naval Forces Southern Command/U.S. Fourth Fleet, con sede en Mayport, Florida. Según su misión oficial, la Cuarta Flota emplea fuerzas marítimas en operaciones cooperativas de seguridad para mantener acceso, mejorar la interoperabilidad con socios regionales y fortalecer la estabilidad en el Caribe, Centroamérica y Sudamérica.

En ese mismo teatro, y como referencia de actividad reciente no vinculada al combate, el buque-hospital USNS Comfort cerró en agosto su misión humanitaria Continuing Promise 2025, con escala final en Trinidad. La hoja informativa de SOUTHCOM y los comunicados de la Cuarta Flota detallan que la campaña, desarrollada entre junio y agosto, brindó atención médica y acciones comunitarias en seis países de la región.

El despliegue militar apunta a organizaciones criminales específicas. Reuters recordó que, en febrero, la administración estadounidense designó como organizaciones terroristas globales a varios cárteles, entre ellos el de Sinaloa y el grupo venezolano Tren de Aragua. Ese encuadre jurídico habilita herramientas adicionales para interdicción, sanciones y cooperación internacional.

En términos operativos, la inclusión de aviones P-8 sugiere un énfasis en patrullaje marítimo de largo alcance, detección de embarcaciones y coordinación con unidades de superficie y, llegado el caso, con un submarino de ataque. La doctrina de empleo de estos medios privilegia la vigilancia persistente y el intercambio de información con agencias y países socios, lo que encaja con la misión declarada por SOUTHCOM y la Cuarta Flota en materia de seguridad cooperativa.

Para el lector del Río de la Plata, el interés no es meramente geopolítico. El Caribe concentra rutas claves para comercio y logística que conectan con puertos atlánticos sudamericanos. Aunque la operación se desarrolla en aguas internacionales y orientada a objetivos criminales, los antecedentes muestran coordinación para mitigar interferencias sobre la navegación civil y los servicios portuarios; las autoridades navales enfatizan la cooperación con países de la región para sostener la estabilidad marítima.

A nivel de seguridad pública, la interdicción marítima en corredores de alta densidad puede impactar en flujos ilícitos de cocaína y precursores químicos hacia el Atlántico. Sin embargo, la magnitud del efecto dependerá de la duración real de la operación, del intercambio de información con guardacostas y armadas de la región y de la presión simultánea sobre redes terrestres. Esos parámetros no fueron detallados por las fuentes consultadas por Reuters.

Como contracara, el mismo espacio geográfico también alberga actividades de cooperación humanitaria y ejercicios combinados que buscan mantener canales de diálogo con fuerzas locales. La reciente misión del USNS Comfort ilustra ese componente: equipos médicos, odontológicos y de salud pública trabajaron junto a profesionales de países anfitriones y organizaciones civiles, con capacidades a bordo como tomógrafo, 100 camas y laboratorio de optometría. Son iniciativas que, en paralelo a la presión sobre el crimen organizado, apuntan a reforzar vínculos institucionales.

En el plano informativo, conviene subrayar que hasta el momento no hay comunicación pública con la lista completa de medios navales implicados ni con puntos de patrulla. El despacho de Reuters cita a funcionarios bajo condición de anonimato y refiere a un esquema de despliegue gradual. En este sentido, cualquier actualización sobre áreas de operación, reglas de empeñamiento o duración deberá provenir de anuncios oficiales de Defensa o de SOUTHCOM.

Finalmente, sobre la estructura responsable, la Cuarta Flota es un mando que coordina fuerzas en el área de responsabilidad de SOUTHCOM. Su misión publicada pone el acento en la seguridad cooperativa y la interoperabilidad, no en el mantenimiento de una escuadra permanente en la región; la asignación de unidades varía según las necesidades operativas y los planes de ejercicios o asistencia.

Fuentes: Reuters (despliegue y medios), U.S. Naval Forces Southern Command/U.S. Fourth Fleet (misión y comunicados), U.S. Southern Command (Continuing Promise 2025).

Nota de verificación: no se difundieron posiciones exactas, calendario de retiro ni listado completo de unidades; esos datos permanecen pendientes de anuncio oficial.

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