La noche que explotó la furia de Washington Aguerre en el clásico de Medellín
El fútbol colombiano vivió una jornada de alta tensión que, lamentablemente, se salió del césped y se trasladó a los vestuarios. Este jueves se disputó una nueva edición del clásico de Medellín entre Atlético Nacional y el Deportivo Independiente Medellín (DIM). Si bien el resultado fue 2-1 a favor del Verdolaga, el verdadero titular de la noche no lo marcó un gol, sino la violenta trifulca que protagonizó el arquero uruguayo Washington Aguerre en el clásico de Medellín.
La derrota del DIM en la última fecha del cuadrangular del Torneo Finalización dejó un sabor amargo. Sin embargo, lo que ocurrió tras el pitazo final trascendió lo deportivo. Al momento en que los planteles se dirigían al túnel, un cruce caliente entre Aguerre y el volante colombiano Matheus Uribe desencadenó una batalla campal. El golero charrúa, ex Peñarol y con pasado en la selección, se convirtió en el gran protagonista, pero por el peor motivo.
Según reportes de prensa colombiana y las imágenes captadas al borde del campo, el origen del descontrol fue una acción de altísima bajeza. Se presume que Uribe le habría propinado una patada al arquero Washington Aguerre en el clásico de Medellín con una intención claramente lesiva y provocadora, apuntando a una zona sensible: los testículos. Esta agresión, física y moral, fue la chispa que encendió la pólvora en el experimentado guardameta uruguayo.
FINAL DEL PARTIDO Y EL ARQUERO Aguerre le da patadas y golpes a Matheus Uribe…. pic.twitter.com/uSu6xzxG9b
— Nacional Es Pasión (@NacionalsPasion) December 5, 2025
La reacción de Aguerre fue inmediata y desmedida, un verdadero brote de furia ante la provocación recibida. Las cámaras registraron el momento exacto en que el arquero se lanzó sobre Uribe. Lo tomó del cuello con una llave de sometimiento propia de deportes de contacto, y lo arrastró con fuerza hacia la boca del túnel de vestuarios. La trifulca ya era un hecho y el ambiente se había enrarecido al máximo.
Mientras el golero llevaba a Uribe dominado, la situación se volvió caótica. Un compañero de Aguerre intentó en vano frenarlo para evitar la escalada de la violencia. Fue en ese momento que apareció el lateral uruguayo Camilo Cándido, quien juega para Nacional, buscando interceder y poner paños fríos en la pelea. Sin embargo, la adrenalina y el enojo del arquero eran tales que ni la presencia de un compatriota logró disuadirlo.
Los golpes se hicieron presentes en la disputa de Washington Aguerre en el clásico de Medellín. Además de la peligrosa llave al cuello, el arquero golpeó a Uribe en varias ocasiones con la mano que tenía libre, buscando descargar la bronca acumulada. Medios locales aseguran que Cándido también recibió algún golpe en medio del tumulto, antes de que el delantero polaco Francisco Frydriszewski lograra separar finalmente al golero uruguayo del volante colombiano, poniendo fin a la agresión directa.
Más imágenes de Aguerre descontrolado peleando con un delegado de Nacional, Matheus le recrimina y este se voltea a lanzar patadas y golpes. Jugadores rojos y verdes intervienen para detener la trifulca. @BlogVerdolaga @Dimayor https://t.co/B6NEA6WLhl pic.twitter.com/qzOvXFn2b4
— Daniel Botero Vélez (@BoteroVelezD) December 5, 2025
La reyerta no pasó desapercibida para el árbitro principal del encuentro, Wilmar Roldán. Una vez calmados los ánimos, el experimentado juez tomó decisiones drásticas que afectaron a ambos equipos. La consecuencia inmediata de esta acción fuera de lugar fue la expulsión de tres futbolistas: Washington Aguerre en el clásico de Medellín, Matheus Uribe, por haber iniciado la agresión con la patada, y Harlen Castillo, el arquero suplente de Nacional, cuya participación en la trifulca no fue detallada pero resultó punible.
Desde el banco de Atlético Nacional, el entrenador Diego Arias intentó dar una explicación a la prensa, poniendo el foco en la provocación. “La información que tenemos es que una persona irrespetó con gestos a nuestra hinchada y una persona de nuestro club intentó hacerla respetar diciéndole que no lo hiciera”, explicó Arias, buscando justificar una parte de la reacción. Su siguiente frase fue lapidaria: “No puede ser que, porque un personaje quiera ensuciar, o esté incómodo no sé con quién, termine generando lo que generó”.
Este episodio bochornoso tiene implicancias más allá de la cancha. La comisión disciplinaria del fútbol cafetero deberá analizar el informe de Roldán y las imágenes para determinar la sanción que le cabrá al golero charrúa. La violencia desatada por Washington Aguerre en el clásico de Medellín es grave y podría costarle varias fechas de suspensión, afectando seriamente el desempeño de su equipo. Este tipo de incidentes, que empañan el espectáculo y el espíritu deportivo, son cada vez más frecuentes en el fútbol de alta competencia.
El debate que se abre no es menor. Si bien la provocación inicial de Uribe es un agravante, la reacción desmedida y violenta de un profesional como Aguerre es inaceptable. Los deportistas, como figuras públicas, tienen la responsabilidad de mantener la calma y controlar sus impulsos, incluso bajo la presión de un clásico perdido. La tensión y la pasión del fútbol jamás deben justificar la agresión física.
¿Qué tan severas deberían ser las sanciones para los futbolistas que, por más provocados que se sientan, convierten el túnel de un estadio en un ring de boxeo, dando un espectáculo tan lamentable a los ojos de todo el continente?