Rusia aún no ha emitido comentarios oficiales respecto al ataque. Su comunicación se ha centrado únicamente en la confirmación del derribo de una cantidad significativa de drones ucranianos durante la noche, lo que evidencia la tensión y la continua vigilancia en la región.
Inteligencia de Ucrania ataca
En un movimiento audaz, los servicios de inteligencia de Ucrania han llevado a cabo una operación de sabotaje altamente efectiva. Su objetivo fue el oleoducto del ‘Anillo’ en la región de Moscú, una arteria crítica para el abastecimiento del Ejército ruso. Este ataque representa un golpe significativo a la logística militar de Rusia, impactando no solo en la distribución de combustibles sino también en la moral de sus fuerzas armadas.
Operación de alto calibre
La operación, ejecutada por equipos especiales de la Inteligencia Militar de Ucrania (GUR), se caracterizó por su precisión y efectividad. La simultaneidad de las explosiones en los tres oleoductos que transportaban gasolina, diésel y combustible de aviación para el ejército ruso, deja en claro la capacidad operativa y el alcance de las acciones de Ucrania. A pesar de las medidas de seguridad rusas, incluyendo defensas antidrones y guardias armados, el ataque logró su objetivo, dejando el oleoducto completamente inoperable.
Impacto y capacidad
El oleoducto del ‘Anillo’ era una infraestructura clave con una capacidad de transporte impresionante, capaz de bombear millones de toneladas de combustibles variados. Este ataque no solo refleja la vulnerabilidad de infraestructuras críticas sino que también subraya la importancia de estas en el esfuerzo de guerra. La inoperabilidad de este sistema representa un obstáculo considerable para el abastecimiento de las fuerzas rusas, afectando potencialmente operaciones futuras.
Respuesta rusa
Ante este escenario, Rusia ha mantenido una postura reservada, limitándose a reportar el derribo de drones ucranianos pero sin pronunciarse directamente sobre el sabotaje del oleoducto. Este comportamiento podría interpretarse como una medida para mantener la moral de sus tropas o como una pausa antes de determinar la respuesta adecuada a este ataque. Sin embargo, la falta de comunicación oficial no disminuye el impacto evidente del sabotaje en la infraestructura crítica rusa y, por extensión, en su capacidad militar operativa.
