Incidentes en Bilbao por grupos ultras generan alerta ante un sábado de alta tensión
La preocupación por posibles incidentes en Bilbao por grupos ultras marcó la agenda pública de las autoridades vascas en las últimas horas. El consejero de Seguridad, Bingen Zupiria, advirtió que se ha convocado una manifestación no comunicada para este sábado, impulsada por ultras vinculados a los principales clubes de fútbol de Euskadi. La falta de coordinación con la Ertzaintza, sumada al recuerdo reciente de los disturbios registrados en Vitoria-Gasteiz, llevó al Gobierno vasco a reforzar su mensaje de cautela ante una jornada cargada de movilizaciones y eventos deportivos.
Movilización no comunicada y riesgo de nuevos incidentes en Bilbao por grupos ultras
Zupiria confirmó que la marcha promovida por grupos radicales no fue notificada al Departamento de Seguridad, como exige la normativa vigente para garantizar la adecuada planificación policial. Esta omisión reaviva el temor de que se repitan situaciones similares a las vividas semanas atrás, cuando una concentración de la Falange Española derivó en tensiones y episodios violentos.
El consejero recordó que “la comunicación previa es esencial para evitar conflictos y proteger la convivencia democrática”. Sin esa coordinación, la Ertzaintza deberá trabajar con escenarios variables y mayor nivel de incertidumbre, lo que incrementa la presión sobre el operativo policial.
El partido en San Mamés suma complejidad al clima social
La ciudad de Bilbao ya esperaba una gran afluencia de público por el partido amistoso entre la Euskal Selekzioa y Palestina, un encuentro con fuerte carga simbólica y movilización ciudadana. En ese contexto, el Gobierno vasco instó a reivindicar la solidaridad con el pueblo palestino “de forma libre y democrática”, evitando que expresiones legítimas se mezclen con la violencia que podrían generar grupos extremistas.
El evento deportivo, que atraerá tanto hinchas como organizaciones sociales, actuará como punto de convergencia de múltiples agendas. La coincidencia de estos factores convierte la jornada en un desafío operativo delicado para las autoridades.
Manifestaciones paralelas y antecedentes que condicionan el operativo policial
Además de la marcha encabezada por grupos ultras, Zupiria enumeró otras movilizaciones previstas para el sábado, varias de ellas sí comunicadas a las autoridades. Entre ellas, la manifestación de Gure Esku Dago, que pide la oficialidad de la selección vasca y expresa apoyo a Palestina, ha mantenido contacto permanente con el Departamento de Seguridad para garantizar un desarrollo pacífico.
A diferencia de estas organizaciones, los grupos ultras representan un factor de imprevisibilidad. Su historial de confrontación, unido a la falta de aviso formal, aumenta la posibilidad de altercados. En Vitoria, el recuerdo de los incidentes recientes actúa como advertencia clara de lo que puede ocurrir cuando estos colectivos irrumpen sin coordinación institucional.
Seguridad, convivencia y libertad de expresión en medio de tensiones crecientes
Zupiria destacó que el objetivo central del operativo será asegurar el equilibrio entre la libertad de expresión y el mantenimiento del orden público. “Lo último que deseo es abrir un nuevo debate sobre el modelo policial”, afirmó, apelando a la responsabilidad ciudadana y a la necesidad de preservar la convivencia.
El consejero reiteró que quienes deseen manifestarse en democracia deben poder hacerlo sin miedo, pero insistió en que la responsabilidad de informar a las autoridades es una pieza fundamental del sistema. Sin ese paso, la capacidad de prevenir incidentes se debilita y aumenta el riesgo para la población.
Un sábado clave para medir la capacidad de respuesta en Bilbao
La Ertzaintza está ultimando el despliegue de un dispositivo especial que cubrirá tanto las movilizaciones comunicadas como aquellas no notificadas. Su capacidad para garantizar un entorno seguro será determinante en una jornada que combina fútbol, política, protestas sociales y la presencia de grupos extremistas.
El sábado se presenta así como un reflejo del momento social de Euskadi: tensiones políticas, reivindicaciones legítimas, expresiones de solidaridad internacional y la amenaza latente de comportamientos violentos que buscan aprovechar la visibilidad pública.
¿Podrá Bilbao transitar entre la libertad de expresión y el riesgo de incidentes?
El desenlace de la jornada dependerá en gran medida del comportamiento de los grupos convocantes y de la capacidad institucional para anticipar problemas. ¿Será posible evitar nuevos incidentes en Bilbao por grupos ultras y mantener la convivencia en un día tan cargado de simbolismo y actividad pública?