Operación Lanza del Sur EEUU: un giro estratégico que redefine el poder en el Caribe
El anuncio de la operación Lanza del Sur EEUU desató un cambio profundo en la dinámica geopolítica regional. Lejos de tratarse de un despliegue táctico aislado, la iniciativa encabezada por el Comando Sur de Estados Unidos establece una doctrina nueva en la lucha contra el narcotráfico, el terrorismo y las redes criminales que operan bajo protección estatal. En este nuevo escenario estratégico, el régimen de Nicolás Maduro es uno de los actores más directamente interpelados por los movimientos estadounidenses.
El analista Antonio De La Cruz —presidente de Inter American Trends— lo sintetizó de forma contundente: “Estados Unidos acaba de mover una pieza que cambiará el equilibrio del Caribe por años”. Y agregó una frase clave que marca el tono del análisis: “No es un operativo: es una doctrina”.

Pete Hegseth, secretario de Defensa de Estados Unidos, destacó el alcance estratégico de la operación Lanza del Sur EEUU.
La dimensión doctrinaria detrás de la operación y el nuevo triángulo de poder
Según De La Cruz, la decisión provino directamente del presidente estadounidense Donald Trump, con una respuesta inmediata del Departamento de Guerra y ejecución del Comando Sur. Este “triángulo de poder”, como lo describió el especialista, indica un mensaje inequívoco: la paciencia con el narcoterrorismo ha llegado a su fin.
Bajo esta visión, la operación Lanza del Sur EEUU deja atrás el enfoque tradicional de persecución a carteles para tratar a estas organizaciones como amenazas terroristas. El cambio semántico implica un cambio estratégico: cuando Washington redefine la naturaleza del enemigo, redefine también su marco de acción.
Este replanteo doctrinario establece nuevas reglas que afectan directamente a actores estatales y paraestatales del Caribe Sur. En particular, coloca al denominado Cartel de los Soles —estructura vinculada a sectores de poder del régimen venezolano— en una posición de extrema vulnerabilidad.
Un cerco estructural: flotas, radares, inteligencia y rutas bloqueadas
De La Cruz detalló que la operación se basa en una “geometría de presión” que combina herramientas tecnológicas, despliegue de flotas, interdicción de rutas marítimas y un control de movimientos que asfixia progresivamente a las redes criminales. No se trata de una ofensiva espectacular, sino de un cerco constante y avanzado.
La fórmula es clara:
• cercar,
• detectar,
• desgastar,
• fracturar.
Bajo este diseño, las organizaciones criminales quedan limitadas a tres opciones: huir, dividirse o caer. Es una estrategia que favorece quiebres internos y expone flancos que antes permanecían invisibles para las fuerzas de seguridad.
El Caribe como tablero estratégico y la nueva línea roja para los regímenes
En esta reconfiguración, el Caribe Sur se transforma en un tablero con reglas estrictas. Según el análisis, Estados Unidos establece una zona de exclusión operativa para actores criminales y fija una “línea roja” para aquellos regímenes que los protegen. La intervención no se limita a la retórica: incorpora elementos jurídicos, militares y tecnológicos que aumentan el alcance de la doctrina.
Una frase resume este nuevo paradigma: “Defender nuestro Homeland”. La idea implica actuar por anticipación, neutralizar amenazas en territorios externos y evitar que lleguen al espacio continental estadounidense. De La Cruz remarca que no se trata de la vieja guerra fría, sino de una “guerra silenciosa del siglo XXI”: operaciones discretas, sin uniformes visibles y sin anuncios ruidosos, basadas en precisión y superioridad tecnológica.

El Caribe Sur se convirtió en zona estratégica clave durante la operación Lanza del Sur EEUU.
El impacto directo en Nicolás Maduro y su círculo de poder
Para el régimen de Nicolás Maduro, el mensaje es inequívoco. La operación Lanza del Sur EEUU no discute sanciones ni negociaciones diplomáticas, sino algo más severo: la supervivencia política y personal de las figuras involucradas.
El analista señaló que el cerco afecta al Cartel de los Soles y a las estructuras que lo sostienen, colocando a sus operadores en una posición de exposición inédita. Bajo presión externa y posibles fracturas internas, la estabilidad del régimen enfrenta desafíos que hace apenas meses parecían lejanos.
Estados Unidos apuesta a una combinación de cerco operativo, presión internacional y riesgo jurídico para inducir reacomodamientos que reduzcan la capacidad de acción del entorno madurista tanto dentro como fuera de Venezuela.

Nicolás Maduro encabezó una marcha en Caracas en medio del creciente impacto de la operación Lanza del Sur EEUU.
Un nuevo orden regional y un movimiento que alteró el tablero
La operación ya está en marcha, sostiene De La Cruz. El Caribe se reordena silenciosamente mientras el despliegue avanza. La presencia del portaaviones USS Gerald Ford revela la magnitud del compromiso estadounidense, pero también simboliza la intención de marcar territorio en un espacio donde había aumentado la influencia de regímenes autoritarios y actores criminales.
La conclusión del analista es directa: “Maduro y el Cartel dormían creyendo que EE.UU. era predecible. Hoy descubren que se movió primero. Y cuando una potencia mueve primero… el adversario se queda sin tablero”.