La mirada del hincha: luces y sombras sobre la selección uruguaya de fútbol
A medida que el calendario se acerca a la cita máxima en Norteamérica, la temperatura emocional respecto a la selección uruguaya de fútbol empieza a marcar registros llamativos. Según el último relevamiento de Equipos Consultores, el clima que rodea al Complejo Celeste es de una cautela que bordea el escepticismo. Apenas el 23% de los uruguayos se anima a vaticinar que el equipo capitaneado por las ideas de Marcelo Bielsa levantará la copa el próximo año, una cifra que refleja un quiebre con el optimismo desbordante de procesos anteriores.
Esta medición de diciembre de 2025 muestra que, si bien hay un núcleo duro de optimistas, la confianza general en la selección uruguaya de fútbol ha mermado considerablemente. Casi cuatro de cada diez ciudadanos confían en que llegaremos al menos a las semifinales, pero el resto de la población se divide entre la indiferencia y el temor a una eliminación temprana. Este fenómeno es curioso si se analiza la historia reciente, donde muchas veces el perfil bajo terminó siendo el motor de las gestas más recordadas por la afición oriental.

Marcelo Bielsa y un romance que no termina de cuajar
El director técnico argentino, Marcelo Bielsa, atraviesa quizás su momento de mayor cuestionamiento popular desde que asumió las riendas de la selección uruguaya de fútbol. Los datos son fríos: solo un 27% de los encuestados aprueba su gestión, mientras que un 33% manifiesta su desaprobación explícita. Este saldo neto de -6 puntos indica que el estilo del rosarino «no enamora» al uruguayo promedio, quien parece extrañar la estabilidad emocional y los resultados de eras pasadas.
Al comparar estos números con el inicio de los procesos del Maestro Tabárez o incluso de Diego Alonso, la diferencia es sustancial. Aquellos entrenadores gozaban de un respaldo que superaba largamente el 50% en las previas mundialistas. En el caso actual de la selección uruguaya de fútbol, la rigidez táctica y algunas decisiones de Bielsa fuera de la cancha parecen haber pasado factura en el humor social, generando una grieta entre la propuesta futbolística y el paladar del hincha.


Diferencias geográficas y de género en el apoyo a la celeste
Un aspecto fascinante del informe de Equipos Consultores es cómo se fragmenta el apoyo a la selección uruguaya de fútbol según quién y dónde se responda. Las mujeres y los habitantes del interior del país se perfilan como los sectores más esperanzados. En el interior, lejos del ruido crítico de la capital, la creencia de que Uruguay saldrá campeón es significativamente más alta, lo que sugiere una conexión más visceral y menos analítica con el equipo nacional.
En Montevideo, por el contrario, el juicio es más severo y el pesimismo gana terreno. Los hombres también se muestran más cautos, quizás influenciados por un seguimiento más exhaustivo de la irregularidad mostrada en las últimas fechas de las Eliminatorias. Si la selección uruguaya de fútbol no logra dar el golpe en los amistosos venideros, esta brecha de confianza podría profundizarse, dejando al equipo en una posición de aislamiento frente a su propia hinchada antes de viajar a Estados Unidos.

El horizonte del Mundial 2026 y los favoritos del público
Si el sueño de la selección uruguaya de fútbol no llegara a concretarse, el hincha ya tiene sus propios candidatos para el trono. España y Argentina aparecen en el horizonte como los grandes favoritos para repetir la gloria, seguidos de cerca por potencias como Brasil y Francia. La idea de un campeón sorpresa como Portugal también flota en el imaginario colectivo, pero el uruguayo suele ser conservador a la hora de apostar por fuera de las potencias tradicionales.
La ficha técnica del estudio detalla que se consultaron 712 casos en todo el país, con un margen de error que otorga validez científica a este termómetro social. A pocos meses del inicio del Mundial, la selección uruguaya de fútbol se encuentra en una encrucijada emocional. La historia nos enseña que el uruguayo rinde más cuando nadie da un peso por él, pero la pregunta queda flotando en el aire del estadio.
¿Podrá la mística celeste imponerse sobre la fría estadística de desaprobación que hoy rodea al proceso de Bielsa?

