Se terminó el recreo en Salto: prohíben alcohol, cigarrillos y marihuana en plazas públicas

La propuesta de Salto para declarar plazas como espacios libres de humo y alcohol generó un fuerte debate político y social

por Uruguay Al Día
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Se terminó el recreo en Salto con nuevas medidas en las plazas públicas

Por qué se terminó el recreo en Salto con las nuevas restricciones en plazas

Se terminó el recreo en Salto. Con esa frase, repetida por varios actores políticos locales, comenzó a tomar fuerza una iniciativa presentada por la Intendencia para declarar ciertas plazas como “espacios libres de humo y alcohol”. La medida, que se aplicará inicialmente en plaza Artigas, Roosevelt y Treinta y Tres Orientales, apunta a enfrentar un problema señalado reiteradamente por vecinos: la dificultad de disfrutar en familia los espacios públicos ante el consumo de tabaco, marihuana y bebidas alcohólicas.

La propuesta se basa en múltiples reclamos recibidos en los últimos años, principalmente vinculados al deterioro del ambiente, episodios de inseguridad, molestias por humo persistente y comportamientos que desalientan la convivencia. Para la comuna, la iniciativa busca recuperar el sentido comunitario de las plazas, reforzar la presencia institucional y evitar que determinados grupos monopolicen zonas pensadas para todas las edades.

Cómo impacta la medida de se terminó el recreo en Salto en la convivencia

La Intendencia de Salto informó que se instalará cartelería específica, acompañada de tareas de educación ciudadana y presencia conjunta del área de Contralor y la Policía Comunitaria. El objetivo no será la sanción punitiva inmediata, sino promover un cambio cultural gradual que permita volver a instalar la idea de que los espacios públicos pertenecen a todos.

Desde la administración departamental se sostiene que el consumo desmedido —especialmente el de alcohol y marihuana— genera situaciones problemáticas que afectan la convivencia, deterioran mobiliario urbano y desplazan a familias enteras hacia otros lugares menos céntricos. La medida apunta a restituir un ambiente seguro, limpio y accesible, sin convertir las plazas en zonas de prohibición absoluta, pero sí en ámbitos regulados.

Debate político tras el anuncio de se terminó el recreo en Salto

Uno de los elementos más llamativos del debate es que el Frente Amplio aparece dividido en torno a la iniciativa. Aunque sectores de la coalición de izquierda han marcado distancia respecto a las medidas restrictivas en espacios públicos, el edil frenteamplista Mario Furtado sorprendió al expresar su respaldo al intendente Albisu.

Hay que recuperar los espacios públicos para la gente. Con recaudos, sin imposiciones bruscas, pero atendiendo el problema”, afirmó Furtado. Su argumento se sostiene en su experiencia en mantenimiento de plazas y parques, donde constató daños, residuos y situaciones asociadas a grupos que consumen sin control, duermen en zonas ajardinadas o generan conflictos con otras personas que intentan utilizar el espacio.

Para Furtado, el deterioro físico y social de varias plazas no es un fenómeno aislado y requiere intervención: “No nos puede pasar que la familia deje de ir a la plaza porque siente que perdió su lugar”.

Críticas más duras: acusaciones de conservadurismo y limitación de libertades

Varios ediles afirmaron que ‘se terminó el recreo en Salto’ ante el deterioro de las plazas.

En el otro extremo de la discusión se ubica el edil del Partido Comunista, Regino López, quien calificó la medida como “excesivamente conservadora” y llegó a compararla con prácticas “que se asemejan al fascismo”, bajo el argumento de que limita libertades individuales en un espacio público.

Según López, prohibir o restringir consumos en plazas podría abrir la puerta a controles desmedidos y a una interpretación restrictiva de la actividad ciudadana. A su entender, la medida “penaliza” hábitos que, aunque discutibles, forman parte de la convivencia cotidiana.

La discusión alcanzó rápidamente redes sociales y reuniones partidarias, donde aparecieron interrogantes sobre el alcance real de la medida, su pertinencia y la posibilidad de que derive en conflictos entre inspectores y ciudadanos.

Un debate más profundo: ¿quién tiene derecho a usar la plaza?

La frase “¿quiénes pueden disfrutar de los espacios públicos?” reapareció con fuerza en el debate salteño. Detrás de la discusión por humo, alcohol o marihuana, se esconde una tensión mayor:
el derecho a habitar el espacio urbano sin ser desplazado ni invadido por conductas que alteren la convivencia.

Para quienes apoyan la medida, la prioridad es proteger a niños, adolescentes y familias que dejaron de frecuentar ciertas plazas ante la presencia de grupos que consumen sin límites. Para quienes la critican, el riesgo es transformar un ámbito público en un espacio vigilado que erosione libertades.

Ambas visiones ponen sobre la mesa un dilema clásico de gestión urbana: cómo equilibrar derechos individuales con el bienestar colectivo.

Por qué se terminó el recreo en Salto tras las nuevas medidas

La Intendencia aclaró que este no será un plan de choque, sino un proceso por etapas, con especial énfasis en el diálogo con los propios usuarios de las plazas. La cartelería incluirá información clara sobre los alcances de la medida, mientras que Contralor y Policía Comunitaria tendrán un rol de mediación más que de sanción.

Para muchos actores políticos, se terminó el recreo en Salto y comienza una etapa de control más firme en los espacios públicos

Queda abierta la pregunta central:
¿logrará Salto transformar esta iniciativa en una política urbana estable o la polémica terminará debilitándola antes de que muestre resultados reales?

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