Rodrigo Paz promete transparencia y reconstrucción para iniciar una nueva etapa en Bolivia
Un discurso histórico ante el pueblo boliviano
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El presidente Rodrigo Paz encabezó un acto multitudinario en la Plaza Murillo, donde ofreció su primer discurso oficial tras asumir el mando del país. Ante miles de ciudadanos, reafirmó su compromiso con la transparencia, la honestidad y el renacimiento institucional de Bolivia.
“Esta plaza es un centro de defensa de la democracia, de paz, de esperanza y de visión de toda la patria”, expresó Paz, mientras la multitud lo ovacionaba. El mandatario destacó que “Bolivia está volviendo al mundo, y el mundo está viniendo a Bolivia”, en alusión a la reapertura diplomática que su gobierno impulsa.
Fin del despilfarro y nuevo orden económico
Rodrigo Paz subrayó que su administración se enfocará en ordenar las cuentas públicas y erradicar la corrupción.
“No podemos continuar con este despilfarro. La platita tiene que ser para hospitales, colegios y trabajo, no para la farra de los políticos”, sentenció.
El mandatario informó que su equipo ya tiene conformado el gabinete de gobierno, los decretos de emergencia y una hoja de ruta económica que apunta a estabilizar el país sin ajustes sociales extremos.
Según Paz, el objetivo inmediato será redirigir los recursos del Estado hacia los sectores más vulnerables y generar confianza tanto en el ámbito interno como en los mercados internacionales.
Reactivación económica y llegada de divisas
Rodrigo Paz confirmó que su gobierno ya logró acuerdos internacionales para atraer divisas y garantizar combustibles.
“Los dólares están llegando, y las cisternas con gasolina y diésel ya ingresan a la patria”, afirmó.
El mandatario explicó que estas medidas son parte de un plan integral para normalizar el abastecimiento energético y reducir las largas filas en estaciones de servicio.
“Poco a poco vamos a resolver el problema, pero con transparencia y trabajo serio”, enfatizó.
Una Bolivia que vuelve al mundo
Rodrigo Paz anunció la reactivación diplomática del país con nuevos acuerdos bilaterales y cooperación internacional.
“Hemos viajado al exterior para abrir puertas, no para hipotecar Bolivia”, remarcó.
El presidente adelantó que su administración buscará fortalecer la integración con los países de la región, especialmente con Argentina, Brasil y Chile, además de recuperar el rol estratégico del país en el comercio energético del Cono Sur.
Trabajo, familia y fe como pilares del gobierno
Con un tono más humano, Rodrigo Paz apeló a los valores familiares y espirituales:
“Vamos a trabajar por cada familia, por cada padre, madre e hijo. Las decisiones no serán fáciles, pero seremos honestos y transparentes”, expresó.
Acompañado por su familia, invitó a los presentes a corear su lema de campaña:
“Bolivia, Bolivia, Bolivia”, símbolo de unidad nacional y esperanza.
Cerró su discurso con un llamado a la fe y la reconstrucción moral:
“Será con la verdad, junto a Dios, junto a la familia y junto a la patria. ¡Dios los bendiga, viva Bolivia!”

Expectativas ante una gestión desafiante
Analistas coinciden en que Rodrigo Paz enfrenta uno de los mayores retos políticos de las últimas décadas: recuperar la economía, reconstruir la institucionalidad y recomponer la confianza ciudadana.
Su discurso fue recibido con entusiasmo, pero también con cautela, en un país marcado por años de polarización y desconfianza hacia la clase política.
“Basta del Estado tranca”, advirtió el mandatario, aludiendo al exceso de burocracia que, según él, frena el desarrollo nacional.
Paz prometió reformas estructurales para modernizar la gestión pública y dinamizar la inversión privada, sin comprometer la justicia social.
El inicio de una etapa de esperanza
Rodrigo Paz instó a la población a mantener la unidad y el esfuerzo conjunto.
“Hoy celebramos, mañana descansamos, y el lunes comenzamos a trabajar”, dijo ante los aplausos del público.
Su mensaje simboliza el inicio de una nueva etapa de reconstrucción nacional, donde el compromiso ciudadano será tan importante como la acción gubernamental.
La pregunta que queda abierta es si su liderazgo logrará traducir la esperanza en resultados concretos y sostenibles para Bolivia.

