Ripoll alerta sobre uso político del sindicato y defiende reglas claras

by 16 de agosto de 2025

[audio_pro src=»https://files.catbox.moe/kjmwhz.mp3″ titulo=»Entrevista completa a Valeria Ripoll»]

La discusión sobre los fueros sindicales en Salto sigue dando que hablar, pero esta vez la mirada va más allá del conflicto puntual con la intendencia. Valeria Ripoll, reconocida por su trayectoria al frente de ADEOM Montevideo, habló con Uruguay Al Día y puso el foco en algo que muchas veces queda opacado: la responsabilidad institucional del sindicalismo frente a la sociedad.

Para Ripoll, los sindicatos deben defender derechos laborales, pero también asumir un compromiso con los servicios públicos y con la ciudadanía que paga los sueldos municipales. “Vos podés militar, podés tener convicciones políticas. Pero si usás el sindicato como plataforma partidaria, estás rompiendo el contrato con los compañeros y con la gente que representás”, afirmó con firmeza.

Lejos de atacar al movimiento sindical, Ripoll defendió su rol como herramienta de lucha y conquista de derechos. Pero advirtió que el abuso de fueros, la falta de control y la impunidad terminan dañando la legitimidad. “El trabajador que se rompe el alma todos los días, que cumple horarios, que barre calles o trabaja en la recolección, no puede ver que hay dirigentes que hace años no pisan su lugar de laburo. Eso genera un quiebre”, dijo.

El conflicto en Salto arrancó cuando la intendencia resolvió fijar un tope de 400 horas anuales para licencias sindicales. Desde el sindicato Adiom, hubo rechazo y se planteó que la medida limitaba la tarea gremial. Pero Ripoll considera que se trata, en realidad, de un intento de poner reglas claras después de años sin control. “Acá no se prohibió militar. Se pidió que haya orden. Que se sepa quién pide licencia, para qué, y cuántas horas consume. Es sentido común”, explicó.

También recordó que cuando estuvo al frente de la Federación Nacional de Municipales, intentó crear un reglamento unificado para las 19 intendencias. “No se logró porque es difícil alinear a todos. Pero al menos buscamos criterios comunes: cuántos dirigentes puede haber, si las licencias son totales o parciales, si hay que pedirlas por escrito, si se auditan”, detalló.

El tema, según Ripoll, no es solo interno del gremio, sino que impacta directamente en la gente. “Si hay seis funcionarios liberados en una dirección, ¿quién se hace cargo del servicio? ¿Cómo se cubren los turnos? ¿A quién se llama cuando falta personal? La respuesta no puede ser ‘a nadie’, porque la ciudad no puede esperar”, señaló.

En el caso de Salto, la dirigente remarcó que no hay una persecución sindical ni una eliminación del derecho a militar. Pero sí una advertencia contra quienes, a su entender, confunden los roles. En ese sentido, fue crítica con el presidente del sindicato local, que en un acto del PIT-CNT llamó a “hacerle la guerra a la coalición”. “Eso es gravísimo. Porque ya no es lucha gremial, es uso partidario. Y ese no es el mandato de un sindicato. Para hacer política partidaria, se renuncia al gremio”, expresó.

Sobre el rol del Ministerio de Trabajo, Ripoll propuso que, ante situaciones tensas como la actual, se lo convoque como garante de buena fe. “No para imponer nada, pero sí para que haya una mesa donde se respete lo pactado y se pueda dejar todo por escrito. Hoy por hoy, si no hay confianza entre las partes, eso ayuda”, opinó.

A la hora de pensar en cambios estructurales, planteó que se podrían discutir límites de tiempo para las licencias gremiales, especialmente para evitar casos donde un dirigente queda décadas sin volver a su puesto. “El contacto con el trabajo es fundamental. Si te alejás de la realidad cotidiana, no sabés lo que sufren los compañeros. Perdés conexión”, dijo.

También recomendó separar el rol de los dirigentes nacionales de los locales. “Quien tiene tareas nacionales y debe recorrer el país, como me pasó a mí, necesita más disponibilidad. Pero no es el caso de todos. En un departamento, con 200 o 300 funcionarios, no puede haber media directiva liberada a tiempo completo. Hay que usar el sentido común”, explicó.

Para Ripoll, el tema es profundo y va más allá de una discusión puntual. “Esto tiene que ser un llamado a repensar el sindicalismo que queremos. Que sea firme en la defensa de derechos, pero también honesto, transparente y comprometido con la comunidad. Porque si perdemos esa conexión, perdemos la razón de ser”.

Aunque reconoce que las tensiones con las intendencias existen y seguirán existiendo, considera que es posible acordar reglas con madurez política. “Lo que no puede pasar es que se use a los trabajadores como rehenes de un proyecto personal o partidario. Eso ya no tiene lugar”, cerró.

Don't Miss