Impacto del Mercosur es hoy el eje central que atraviesa cada análisis de la Cancillería liderada por Mario Lubetkin, en un escenario internacional marcado por una velocidad inusual y un dinamismo que obliga a Uruguay a moverse con cautela, precisión y atención permanente. El país enfrenta una región donde los acuerdos bilaterales avanzan sin coordinación y generan efectos directos sobre la inserción comercial uruguaya, especialmente cuando potencias como Estados Unidos y socios cercanos como Argentina o Brasil negocian por fuera del mecanismo conjunto del bloque.
La posibilidad de que estos acuerdos incluyan excepciones arancelarias entre Estados Unidos y Argentina introduce un elemento que Uruguay observa con atención. En el Palacio Santos se interpreta que este tipo de negociaciones puede tener efectos directos sobre la inserción internacional del país, sobre todo en un momento en el que el Mercosur tiene sobre la mesa una de las metas más ambiciosas de su historia: la firma del tratado de libre comercio con la Unión Europea. Ese acuerdo, sin embargo, sigue trabado por resistencias internas en países como Francia, que defiende con firmeza los intereses agrícolas de su sector productivo.
Mientras tanto, fuentes diplomáticas describen un “verdadero sacudimiento” en el tablero regional. Aseguran que no se veía un movimiento tan intenso en más de 15 años y que los equipos técnicos están analizando en detalle el alcance del anuncio difundido por el gobierno argentino. La subsecretaria Valeria Csukasi remarcó que Uruguay entiende las razones de Argentina y que no realiza juicios sobre ese paso, aunque admite que su impacto debe ser evaluado cuidadosamente para evitar efectos adversos en la estrategia uruguaya.
Las tensiones se profundizan cuando se suman las conversaciones arancelarias entre Luiz Inácio Lula da Silva y Donald Trump. La reunión entre Marco Rubio y el canciller Mauro Vieira dejó clara la intención brasileña de avanzar también por su cuenta, desmarcándose de la dinámica colectiva que exige la normativa del Mercosur. Esta realidad no pasa inadvertida para el gobierno de Yamandú Orsi, donde se preguntan abiertamente “dónde está el compacto de cuatro” que debería guiar la estrategia conjunta del bloque.
Impacto del Mercosur en la estrategia uruguaya
A pesar del desconcierto generado por estos movimientos bilaterales, el presidente reafirmó que Uruguay se mantiene “atento” a cada cambio. La proximidad de la cumbre presidencial del Mercosur en Brasil, prevista para el 20 de diciembre, aumenta la expectativa sobre una posible firma final del tratado con la Unión Europea. Sin embargo, el contexto regional obliga al país a mirar más allá de Occidente.
Impacto del Mercosur y el rol del Sudeste Asiático
La Cancillería no limita su estrategia a Europa o Estados Unidos. El Sudeste Asiático se ha convertido en un objetivo prioritario, reflejo de una política exterior que busca diversificar mercados. La gira realizada por Csukasi en agosto por Singapur, Australia y Vietnam reforzó estos vínculos y evidenció la intención de profundizar la presencia uruguaya en la región. La inminente visita de la vicepresidenta vietnamita Vo Thi Anh Xuan suma otro componente diplomático, ya que Uruguay prepara un acto protocolar en homenaje a Ho Chi Minh.
Vietnam integra el Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP), un acuerdo comercial al que Uruguay solicitó ingresar durante el gobierno de Luis Lacalle Pou. Aunque la administración actual mantiene una mirada más prudente, continúa apostando a que el proceso avance. Señales diplomáticas recientes alimentan la expectativa de que la lista de países solicitantes pueda moverse en favor de Uruguay.
Impacto del Mercosur y el Acuerdo Transpacífico
En su comparecencia ante la comisión de Presupuesto y Hacienda, Lubetkin subrayó que el CPTPP es un “capítulo central” de la inserción internacional del país. La cautela domina la estrategia, al punto de que la delegación del ministerio pidió suspender la versión taquigráfica cuando Csukasi detalló el estado de situación del proceso. Legisladores que participaron de la reunión confirmaron que Cancillería mantuvo múltiples encuentros con representantes del bloque transpacífico y que el clima fue de moderado optimismo.
El gobierno evalúa estos avances con prudencia, consciente de que cualquier paso debe armonizarse con su permanencia en el Mercosur. Pero la realidad muestra que los socios principales del bloque optan por negociaciones unilaterales mientras Uruguay intenta cumplir las reglas. Esa tensión interna plantea una pregunta inevitable: ¿hasta cuándo podrá sostenerse esta contradicción estratégica sin redefinir el rumbo de la política exterior uruguaya?