Accidente en Iztapalapa: peritajes confirman pérdida de control y descartan fallas en la vía
El accidente en Iztapalapa ocurrido el 10 de septiembre dejó más de 30 muertos tras la volcadura de una pipa con 49 mil litros de gas LP. La Fiscalía General de la Ciudad de México informó que la tragedia no fue causada por un bache, sino por pérdida de control del conductor en la curva de incorporación a la autopista México–Puebla.
En conferencia de prensa, la fiscal Bertha Alcalde Luján presentó los resultados de los peritajes y aseguró que la carpeta asfáltica estaba en condiciones adecuadas, sin daños que pudieran provocar un siniestro de tal magnitud.
Autoridades capitalinas presentaron los avances
De acuerdo con la funcionaria, los registros del GPS del tractocamión confirmaron que la velocidad en la curva osciló entre 44 y 46 kilómetros por hora, un rango aceptable según los peritos en tránsito terrestre. La investigación determinó que el impacto inicial se produjo con el ángulo frontal izquierdo contra la barrera divisoria, lo que generó la volcadura hacia el costado y la posterior fuga de gas.
Los peritajes establecieron que las válvulas de seguridad funcionaban correctamente y que la fuga ocurrió por una hendidura provocada tras el roce del tanque con el muro de contención. Esto permitió la rápida dispersión del gas y la explosión que causó numerosas víctimas fatales.
La fiscal sostuvo que las condiciones físicas del vehículo eran óptimas y que los mecanismos de seguridad estaban operativos antes del choque. Una cámara de videovigilancia de la CDMX captó el momento exacto del accidente, material que fue incorporado como prueba a la investigación.

CDMX refuerza reglas para sustancias peligrosas
Ese mismo día, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, anunció la aplicación de nuevos lineamientos para el transporte de sustancias peligrosas. Las medidas incluyen límites de velocidad más estrictos, rutas específicas, horarios de circulación restringidos y una supervisión constante de los permisos de operación.
El objetivo, explicó, es garantizar mayor seguridad para la población y reducir el riesgo de tragedias como la del accidente en Iztapalapa. Estas disposiciones buscan cerrar vacíos normativos y reforzar la prevención en un sector estratégico para la capital mexicana.
Los especialistas en tránsito consultados señalaron que el accidente en Iztapalapa evidencia la necesidad de reforzar los protocolos de capacitación de choferes que transportan sustancias peligrosas. El manejo de unidades con cargas inflamables requiere prácticas constantes en simuladores y estrictos controles médicos, ya que un error humano puede derivar en consecuencias masivas.
En paralelo, vecinos de la zona de La Concordia relataron a medios locales que los minutos posteriores al impacto fueron de gran confusión. La rápida expansión del gas provocó que familias enteras abandonaran sus casas sin saber con certeza qué estaba ocurriendo. Varias personas debieron recibir asistencia psicológica y social, lo que revela un impacto que trasciende lo material y se instala en la vida comunitaria.
Las nuevas disposiciones anunciadas por el Gobierno de la Ciudad de México también contemplan auditorías periódicas a las empresas transportistas, con sanciones severas en caso de incumplimiento. Organismos civiles han pedido que los resultados de esas inspecciones se publiquen de forma abierta para dar transparencia y generar confianza entre la población. Con ello, buscan evitar que una tragedia como el accidente en Iztapalapa vuelva a repetirse en la capital mexicana.
En el Congreso mexicano, legisladores de distintas bancadas coincidieron en que el accidente en Iztapalapa debe servir como punto de inflexión para revisar la normativa nacional sobre transporte de gas y combustibles. Algunas propuestas incluyen la creación de un registro público de vehículos habilitados y la obligación de renovar equipos cada cierto período.
Por otra parte, organizaciones vecinales de Iztapalapa han solicitado la instalación de sistemas de alerta temprana en las principales rutas de acceso a la ciudad. Según plantean, contar con sensores de fugas y protocolos de evacuación más claros podría reducir de forma significativa el impacto de emergencias similares. El reclamo fue elevado formalmente a las autoridades tras el último accidente en Iztapalapa.


