El mercado laboral actual, y más específicamente el uruguayo, es un mercado cambiante y competitivo, por lo que los profesionales constantemente están en la búsqueda de sumar valor a su perfil y no quedarse estancados.
Una de las formas más efectivas de lograrlo es estudiar en el extranjero, y mientras hace un par de décadas esto era casi un sinónimo de únicamente aprender un nuevo idioma, ahora se ha convertido en una de las mejores inversiones para una carrera. Pero el verdadero beneficio no es el certificado que se cuelga en la pared, sino la transformación en las habilidades y la mentalidad del profesional.
Adquirir habilidades blandas globales
Las empresas y los cazatalentos ya no se fijan únicamente en los conocimientos técnicos, sino que cada vez le dan más importancia a las habilidades blandas, más conocidas como soft skills.
Mientras que el conocimiento técnico se puede obtener en un libro o un curso en línea, la capacidad de adaptación se cultiva en el campo de trabajo. De esta forma, vivir y estudiar en una cultura totalmente diferente nos saca de nuestra zona de confort, lo que indirectamente nos hace adquirir habilidades que no podrías conseguir de ninguna otra forma.
Lidiar con barreras académicas, logísticas y de idioma en un lugar lejos del sistema de apoyo habitual crea una resiliencia que se volverá una herramienta de uso diario. Superar estas adversidades fortalece la confianza y la capacidad para manejar la incertidumbre.
Es probable que la habilidad más demandada sea la competencia intercultural, pues es una capacidad fundamental para cualquier empresa uruguaya con proyección internacional o que trabaje en equipos globales.
En este sentido, resulta evidente que cuando se está en un programa profesional, diariamente se interactúa con compañeros y profesores de todo el mundo, lo que nos obliga a aprender a comunicarnos, negociar y colaborar con personas que comparten puntos de vista y estilos de comunicación diferentes.
Finalmente, la autonomía y la iniciativa maduran rápidamente, creando un perfil profesional más independiente y capaz.
La búsqueda del programa perfecto
Sin embargo, es crucial reconocer que gran parte del éxito de esta experiencia depende directamente de la elección del programa, ya que no basta con conseguir un lugar bonito, pues lo indispensable es asegurarse de que el curso se alinee con tus objetivos de carrera.
La principal ventaja de estudiar fuera es el acceso a centros con tecnologías vanguardistas, a nuevas metodologías de negocios que quizás aún no están plenamente desarrolladas en el mercado local, a nuevas especialidades y un larguísimo etcétera. Sin embargo, explorar esta amplia variedad académica puede resultar abrumador.
Para dar con el programa que impulse una trayectoria, los especialistas en Uruguay tienen agencias dedicadas como Up Travel, enfocada en cursos profesionales, diplomas y certificaciones; simplifican la búsqueda y permiten armar un curso a la medida del estudiante.
A esta iniciativa se unen otras agencias con años de experiencia en el país, como EF Education First, reconocida por sus programas de idiomas integrados con enfoques de negocios y académicos. Al igual que CIU (Centro de Idiomas del Uruguay), también tiene sus enormes propuestas que suelen combinar estudio y trabajo.
Otros operadores como Mundo Joven o Global Exchange complementan la oferta en el país, cada uno con sus fortalezas, para dar opciones a los uruguayos que quieren dar este paso en su carrera.
¿Qué mira un reclutador en tu currículum?
Algo que debemos tener en cuenta es que cuando un reclutador lee en un currículum que se menciona una experiencia de estudio en el extranjero, además de leer la institución y el título del curso, presta especialmente atención a las letras pequeñas. Esta experiencia implica que el candidato probablemente se trate de alguien proactivo, alguien que salió de su zona de confort a buscar crecer.
Sin lugar a dudas, en un proceso selectivo, esta experiencia hace las veces de filtro natural, ya que muestra cómo el candidato ha superado infinidad de obstáculos, que sabe desenvolverse en la incertidumbre y que probablemente aportará a la empresa una nueva perspectiva y soluciones innovadoras.
Después de estudiar en el extranjero, el profesional regresa con conocimientos técnicos actualizados, pero aún más importante, regresa con una nueva manera de pensar, una comprensión más profunda de los mercados globales y la confianza para moverse en cualquier parte del mundo.
Networking internacional
Un beneficio estratégico que a menudo se olvida es el capital social que se crea. Estudiar en el extranjero no se da en el vacío académico: los compañeros de clase, profesores y profesionales que uno conoce en seminarios o prácticas son de todas partes del mundo. Esta red de contactos es un tesoro profesional que continúa mucho después de haber vuelto a Uruguay.
Un antiguo compañero puede ser la llave a un nuevo mercado, un socio para un futuro negocio o un colaborador de conocimiento. Es una red de contactos mundial que se va tejiendo orgánicamente y que puede abrir puertas laborales y de negocios en cualquier parte del mundo, mucho tiempo después de finalizado el curso.
