Uruguay Al Día
El pulso de las urnas: Estabilidad en las preferencias partidarias en Uruguay
A exactamente un año de que los uruguayos concurrieran a las urnas para definir el rumbo del país, el panorama político parece haber quedado congelado en una fotografía de paridad casi absoluta. Según el último informe de la consultora Opción presentado este jueves, las preferencias partidarias en Uruguay muestran un escenario de empate técnico entre las dos grandes fuerzas que dominan el espectro nacional. Ante la consulta sobre a qué partido se sienten más cercanos los ciudadanos, el Frente Amplio lidera con un 40%, seguido por el Partido Nacional con un 29%, en una estructura que guarda una fidelidad asombrosa con los resultados de octubre de 2024.
Este relevamiento, correspondiente al bimestre octubre/noviembre de 2025, confirma que la luna de miel o el desgaste post-electoral no han movido la aguja de forma significativa. Las preferencias partidarias en Uruguay por bloque arrojan un 40% para la oposición frenteamplista y un idéntico 40% para los partidos que integran la Coalición Republicana. El 20% restante se reparte entre opciones menores, ciudadanos que no se sienten representados por ningún sector y un pequeño margen de indecisos que, a esta altura del ciclo, prefieren llamarse a silencio.
El fenómeno de Identidad Soberana y las preferencias partidarias en Uruguay
Uno de los datos que más ruido hace en el despacho de los analistas es la consolidación de Identidad Soberana. El partido liderado por la verborrágica figura de Gustavo Salle logra captar un 3% de las preferencias partidarias en Uruguay, manteniendo el caudal electoral que le permitió desembarcar en el Parlamento. Este guarismo no es menor: confirma que el discurso «anti-sistema» y la prédica contra los dos bloques tradicionales no fue un fenómeno pasajero de la campaña, sino que ha logrado echar raíces en un sector del electorado que busca una alternativa por fuera de la polarización clásica.
La persistencia de este 3% sitúa a Identidad Soberana por encima de sectores históricos o con mayor estructura tradicional. En el desglose de las preferencias partidarias en Uruguay, el Partido Colorado se ubica con un 9%, mientras que Cabildo Abierto y el Partido Independiente apenas alcanzan un 2% cada uno. La capacidad de Salle para retener a sus votantes en un año sin la efervescencia de los actos callejeros sugiere que existe un núcleo duro que se siente más cercano a su propuesta de confrontación directa que a los consensos de las grandes coaliciones.
La exclusión de Cabildo Abierto altera las preferencias partidarias en Uruguay
Una salvedad técnica pero profundamente política que realiza Opción en este informe es la forma en que se computa a la Coalición Republicana. En esta oportunidad, las preferencias partidarias en Uruguay por bloque excluyeron a Cabildo Abierto como socio integrante de la coalición oficialista. Esta decisión metodológica responde al anuncio del partido liderado por Guido Manini Ríos, que ha manifestado su intención de actuar de forma independiente y ejercer una suerte de oposición interna en ciertos temas, marcando una distancia evidente en su labor parlamentaria.
Si se optara por sumar el 2% de Cabildo Abierto al bloque de la coalición, la estructura de las preferencias partidarias en Uruguay sería prácticamente un calco de lo que reflejaron las urnas en la primera vuelta del año pasado. Esta «fuga» nominal de los cabildantes es lo que genera el empate 40 a 40 con el Frente Amplio. Sin embargo, el informe advierte que existe un 15% de ciudadanos que no manifiesta cercanía por ninguna fuerza, un segmento donde los votantes desencantados de la coalición de gobierno están sobrerrepresentados, lo que supone un desafío de reconquista para el oficialismo.
Estabilidad y desafíos en las preferencias partidarias en Uruguay para 2026
La mirada a largo plazo que ofrece este estudio de opinión pública subraya la resiliencia del sistema de partidos uruguayo. A pesar de las tensiones lógicas de un año legislativo intenso, las preferencias partidarias en Uruguay no muestran grandes fugas de un bloque hacia otro. Lo que hay es una redistribución interna o un desplazamiento hacia el escepticismo. El Frente Amplio mantiene su base sólida del 40%, apalancado en su rol de oposición coordinada, mientras que el Partido Nacional sigue siendo la columna vertebral de un oficialismo que, sumado, iguala esa cifra.
La ficha técnica del estudio revela que se consultaron a 1224 personas entre octubre y noviembre, con un margen de error del 5%. Este dato es vital para entender que, en un país tan dividido estéticamente en dos mitades, cualquier movimiento de dos o tres puntos puede definir el humor social del próximo año. Las preferencias partidarias en Uruguay hoy nos hablan de un país que procesa sus diferencias con una estabilidad envidiable para la región, pero que mira con atención cómo las figuras emergentes y las fisuras internas de las coaliciones pueden inclinar la balanza en el futuro inmediato.
¿Podrá la Coalición Republicana recuperar la lealtad de ese segmento desencantado antes de que la narrativa de Identidad Soberana siga ganando terreno en las periferias del sistema?