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Operativo de seguridad en Montevideo: patrullaje extremo para despedir el año
Como ya es costumbre en cada cierre de ciclo, el Ministerio del Interior ha decidido no dejar nada al azar y desplegó un ambicioso operativo de seguridad en Montevideo. Con el objetivo de prevenir delitos y garantizar que la última noche del 2025 no se transforme en una crónica policial, las autoridades han dispuesto un incremento sustancial de la presencia de efectivos en las calles. Este despliegue no es solo preventivo, sino que tiene un fuerte componente represivo contra la delincuencia, buscando capturar a personas con requisitorias pendientes y recuperar vehículos robados en puntos estratégicos de la capital.
El operativo de seguridad en Montevideo comenzó a tomar forma en las primeras horas de este 31 de diciembre, intensificándose a medida que cae el sol. La estrategia se basa en «puntos de control dinámicos», una modalidad que permite a la Policía moverse de un barrio a otro evitando que los infractores evadan los retenes mediante avisos en grupos de WhatsApp o aplicaciones de tránsito. No se trata de un control estático en la rambla, sino de una saturación que alcanzará tanto las zonas residenciales como los puntos periféricos de la ciudad, donde la convivencia suele tensarse durante los festejos.
La participación de la Guardia Republicana en el operativo de seguridad en Montevideo
Uno de los pilares de este despliegue es la Dirección Nacional Guardia Republicana, que trabajará en conjunto con la Jefatura de Policía de Montevideo para cubrir las cinco zonas operacionales. La orden es clara: patrullaje intensivo y aleatorio. En este operativo de seguridad en Montevideo, la Republicana aporta su capacidad de respuesta rápida y su presencia disuasoria en áreas conflictivas. La idea del Ministerio es que el vecino se sienta cuidado, pero también que el delincuente sepa que la probabilidad de cruzarse con un control es sumamente alta durante toda la madrugada del 1 de enero.
Además, el Centro Comando Unificado y la Dirección de Videovigilancia juegan un papel fundamental en el operativo de seguridad en Montevideo. Miles de cámaras serán monitoreadas en tiempo real para detectar disturbios o maniobras sospechosas antes de que escalen a mayores. El uso de analítica y relevamiento urbano permite que el despacho de los patrulleros del PADO (Programa de Alta Dedicación Operativa) sea quirúrgico, optimizando los recursos en una noche donde las llamadas al 9-1-1 suelen desbordar la capacidad operativa habitual de cualquier fuerza policial en el mundo.
Controles de tránsito y personas en el operativo de seguridad en Montevideo
La Policía de Tránsito y el Grupo de Reserva Táctica (GRT) también se sumarán a las tareas de fiscalización dentro del operativo de seguridad en Montevideo. No solo se pedirá la documentación de rigor a los conductores, sino que se realizarán inspecciones oculares y chequeos de identidad aleatorios a los peatones en zonas de alta concentración de público. La meta es evitar el porte de armas de fuego y blancas, así como el consumo excesivo de sustancias que puedan derivar en altercados callejeros. El orden público es la consigna sagrada para las autoridades en este último tirón del calendario.
Es importante destacar que este operativo de seguridad en Montevideo cuenta con la participación de Investigaciones y el Área de Respuesta Operativa, lo que permite que cualquier detenido sea procesado de forma inmediata y puesto a disposición de la Fiscalía. La coordinación binacional y el chequeo de bases de datos internacionales también estarán activos para detectar vehículos que intenten cruzar hacia el interior o salir del departamento bajo situaciones de dudosa procedencia. La ciudad, en términos de vigilancia, estará bajo un microscopio durante las próximas 48 horas de festejos ininterrumpidos.
Perspectivas de convivencia tras el operativo de seguridad en Montevideo
Alfredo Fratti y otros jerarcas han insistido en que la seguridad no es solo una cuestión de uniformes, sino de responsabilidad ciudadana. Sin embargo, el operativo de seguridad en Montevideo es la respuesta necesaria ante una realidad que a veces desborda la buena voluntad de los montevideanos. Con más de 1.200 servicios de ómnibus moviéndose en Tres Cruces y miles de personas circulando hacia la costa o reuniones familiares, la saturación policial busca ser ese «año nuevo, vida nueva» donde la paz sea la regla y no la excepción.
Mientras la voz de Alberto Castillo suena de fondo en muchos hogares pidiendo salud y amor, los efectivos que integran el operativo de seguridad en Montevideo pasarán la noche en vela para cuidar el descanso y la fiesta del resto. El Ministerio del Interior espera cerrar el ciclo con cifras positivas en materia de incautaciones y detenciones, reforzando la idea de que la presencia estatal es el único antídoto contra el caos en las fiestas. El éxito de este despliegue se medirá mañana, cuando la ciudad despierte y el primer balance policial dicte si pudimos, finalmente, festejar sin lamentar tragedias evitables.
¿Es suficiente un despliegue masivo de fuerzas durante solo 48 horas para revertir la percepción de inseguridad que golpea a los barrios de Montevideo durante todo el año?
