Enfermero uruguayo fallecido en Ucrania: la historia de «El Pelado» Martínez
La guerra que desangra el este de Europa desde hace años volvió a golpear de cerca al sentimiento nacional con una noticia desgarradora. Eduardo Raúl Castro Martínez, un compatriota oriundo de Mercedes, se convirtió en el primer enfermero uruguayo fallecido en Ucrania en cumplimiento de sus funciones humanitarias. El hecho ocurrió el pasado 23 de diciembre, cuando el profesional de la salud prestaba servicios como voluntario para la Cruz Roja Internacional en la región de Kupyansk, una zona que hoy se encuentra bajo fuego cruzado constante.
Castro Martínez, conocido afectuosamente por sus allegados como «El Pelado», había forjado su vocación en el departamento de Soriano, donde se formó y dio sus primeros pasos en diversas mutualistas locales. Sin embargo, su espíritu inquieto y su deseo de ayudar lo llevaron a radicarse en España hace ya varios años. Desde el viejo continente, tomó la decisión de viajar al frente de batalla para brindar asistencia sanitaria en uno de los conflictos más mortíferos de las últimas décadas, destino que terminaría con el triste desenlace del profesional de la salud.
Ataque con drones contra el enfermero uruguayo fallecido en Ucrania
La muerte del mercedario no fue un accidente fortuito de la logística, sino el resultado directo de la ofensiva tecnológica que marca el pulso de este conflicto. Según los reportes oficiales de la unidad de la Cruz Roja, Castro Martínez se encontraba operando en el campo de batalla cuando su convoy fue interceptado y atacado por drones de origen ruso. El personal de enfermería murió en el acto tras el impacto de los proyectiles dirigidos, que dejaron inutilizada la unidad móvil de asistencia médica en la que se desplazaba.
La zona de Kupyansk ha sido calificada por analistas militares internacionales como un «punto crítico» de la invasión, donde los combates cuerpo a cuerpo y los ataques aéreos no discriminan entre objetivos militares y personal civil sanitario. Esta peligrosidad extrema no amedrentó a Martínez, cuya labor consistía en estabilizar heridos de gravedad antes de su traslado a hospitales de campaña. Su caída representa una pérdida irreparable para el voluntariado internacional y marca un hito de luto nacional por el primer técnico en Enfermería fallecido en Ucrania durante la actual guerra.
Gestiones de Cancillería para el enfermero uruguayo fallecido en Ucrania
Desde el Palacio Santos, la Cancillería uruguaya emitió un comunicado confirmando el deceso y detallando las acciones que se están llevando adelante para asistir a los deudos. El Ministerio de Relaciones Exteriores se encuentra en contacto permanente con la familia de Martínez, así como con las autoridades ucranianas y españolas, dado que el enfermero tenía su residencia legal en España. La prioridad actual es acelerar los procesos de documentación y las pericias correspondientes para permitir el traslado de los restos del agente sanitario de regreso a su tierra natal o a su residencia previa.
El proceso administrativo no es sencillo, dada la situación de caos administrativo que impera en las zonas cercanas al frente de batalla. Sin embargo, el compromiso de la diplomacia uruguaya es total para garantizar que el cuerpo de Eduardo Castro Martínez reciba los honores correspondientes. El dolor en Mercedes es palpable; amigos y excompañeros de trabajo recuerdan a «El Pelado» como un hombre de una entrega absoluta, cuya muerte del uruguayo fallecido en Ucrania subraya la vulnerabilidad de quienes, sin portar armas, arriesgan su vida para salvar la de otros.
El legado del voluntariado de la Cruz Roja Internacional
La figura de Martínez se suma ahora a la lista de trabajadores humanitarios que han pagado el precio más alto en el cumplimiento de su misión. La labor de la Cruz Roja Internacional en Ucrania ha sido fundamental para paliar la crisis sanitaria, pero también se ha vuelto sumamente arriesgada debido a la violación de los protocolos internacionales que protegen al personal médico. El caso del trabajador de la salud pone de manifiesto la necesidad de mayores garantías para quienes operan en zonas de exclusión o bajo amenaza de drones.
A pesar de la tragedia, la historia de este mercedario quedará grabada como un ejemplo de solidaridad uruguaya que trascendió fronteras. Su formación en las mutualistas de Mercedes fue el cimiento de una carrera que lo llevó a los lugares más oscuros del mundo para llevar un poco de luz. Hoy, mientras los restos del enfermero uruguayo fallecido en Ucrania esperan el viaje final, la pregunta sobre la protección de los voluntarios en conflictos ajenos resuena con más fuerza que nunca en los pasillos de la diplomacia regional.
¿Es posible garantizar la seguridad de nuestros voluntarios en frentes de batalla tan tecnificados donde un dron no distingue el símbolo de una cruz roja de un objetivo enemigo?
