Maduro responde a EE.UU. con milicias campesinas y obreras

by 19 de agosto de 2025

Cuando lees que el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció el despliegue de 4,5 millones de milicianos en todo el país, es inevitable preguntarte: ¿se trata de un verdadero plan de paz o de un nuevo paso hacia la militarización?

En medio de la tensión creciente con Estados Unidos y bajo un contexto político y económico marcado por la crisis, esta decisión marca un punto de inflexión en la estrategia del gobierno venezolano para garantizar lo que denomina “tranquilidad y soberanía”.

El anuncio: un despliegue “palmo a palmo”

Durante una reunión televisada con gobernadores y alcaldes, Maduro fue categórico: la milicia se desplegará “palmo a palmo” en todo el territorio nacional. La medida busca abarcar tanto zonas rurales como urbanas, con un esquema dual: milicias territoriales y cuerpos de combatientes en fábricas y centros de trabajo.

Tú, como lector, puedes interpretar este anuncio como parte de una estrategia política más amplia: reforzar la narrativa de un país “inexpugnable”, listo para resistir cualquier amenaza externa.

El “plan de paz” y la paradoja militar

El despliegue se enmarca dentro de lo que Maduro denomina “plan de paz”, aunque paradójicamente está sustentado en la activación de millones de milicianos armados. Para el mandatario, garantizar la tranquilidad nacional pasa por demostrar fuerza militar interna.

Esto plantea un dilema: ¿puede la paz cimentarse en la militarización? Desde la perspectiva oficialista, sí, porque la presencia masiva de milicias funciona como un “disuasivo” ante posibles agresiones extranjeras. Para la oposición y críticos internacionales, sin embargo, esto consolida un modelo autoritario y de control social.

Milicias campesinas y obreras: la extensión del control

Maduro detalló que no se trata solo de una milicia general, sino de una fuerza organizada en sectores estratégicos: milicias campesinas y milicias obreras. La idea, según sus palabras, es garantizar que cada fábrica, empresa y zona agrícola esté cubierta por estas unidades.

Esto, para ti, significa un cambio cualitativo: el control militar se inserta directamente en la vida cotidiana y laboral de los venezolanos. No se limita a las calles o cuarteles, sino que penetra en espacios productivos y comunitarios.

La respuesta a la presión de Estados Unidos

El anuncio del despliegue ocurrió poco después de que el gobierno estadounidense duplicara la recompensa por información que conduzca al arresto de Maduro, elevándola a 50 millones de dólares.

Washington justifica esta medida alegando vínculos del mandatario con el narcotráfico: la DEA afirma haber incautado 30 toneladas de cocaína vinculadas a Maduro y sus socios, además de 700 millones de dólares en activos relacionados con él, incluyendo jets privados y vehículos de lujo.

Frente a esta presión, la respuesta de Maduro fue clara: “Ningún imperio va a tocar la tierra sagrada de Venezuela”. Su despliegue de milicias aparece, así, como una reacción política directa a la ofensiva de EE.UU.

¿Defensa nacional o estrategia política interna?

Más allá de la narrativa oficial, tú puedes plantearte una pregunta crucial: ¿hasta qué punto esta movilización responde a amenazas externas reales o es, en cambio, una estrategia interna para reforzar la lealtad al régimen?

El uso de la milicia como brazo político no es nuevo en Venezuela. Con este anuncio, Maduro asegura la presencia de una fuerza armada que responde directamente a su liderazgo, más allá del ejército tradicional. Esto fortalece su base de poder y limita posibles disidencias.

Impacto en la sociedad venezolana

Para los ciudadanos comunes, la expansión de las milicias genera sentimientos encontrados. Por un lado, quienes apoyan al chavismo lo ven como un acto de soberanía y protección frente a intervenciones extranjeras. Por otro, sectores críticos temen que este despliegue se traduzca en mayor represión y control sobre la población.

El hecho de que la milicia se inserte en fábricas, centros de trabajo y comunidades campesinas sugiere que los espacios cotidianos quedarán bajo vigilancia política y militar. Para ti, esto significa que la frontera entre vida civil y vida militar se diluye aún más en Venezuela.

Venezuela “inexpugnable”: la narrativa del poder

El concepto de Venezuela como tierra inexpugnable forma parte de la retórica chavista desde hace años. Sin embargo, el actual despliegue busca darle un carácter tangible: millones de milicianos armados, visibles en cada rincón del país.

Tú puedes ver en esto un intento de Maduro por proyectar poder no solo hacia afuera, sino también hacia adentro: mostrar a su base política que aún mantiene el control en medio de la crisis y el aislamiento internacional.

Reacciones internacionales y posibles escenarios

El anuncio no pasó desapercibido. Mientras algunos países aliados de Caracas pueden interpretarlo como un ejercicio de soberanía, para gran parte de la comunidad internacional refuerza la percepción de un régimen atrincherado en la militarización.

A futuro, el despliegue podría generar tres escenarios:

  1. Mayor confrontación con EE.UU., si se interpreta como una escalada de tensión.

  2. Efecto disuasivo interno, fortaleciendo el control del chavismo sobre la sociedad.

  3. Costos económicos y logísticos, ya que sostener una milicia de millones de personas implica recursos en un país golpeado por la crisis.

Conclusión: ¿paz o control?

El despliegue de 4,5 millones de milicianos en Venezuela abre un nuevo capítulo en la historia reciente del país. Para ti, como lector, la pregunta es inevitable: ¿estás ante un plan legítimo de defensa y soberanía o ante un mecanismo de control político revestido de discurso de paz?

¿Crees que el despliegue de millones de milicianos en Venezuela garantiza la paz y la soberanía o profundiza la militarización y el control interno?

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