Tchiroma Bakary convoca huelga general en Camerún
El reciente panorama político en Camerún ha dejado a muchos en estado de alerta, especialmente tras las controversiales elecciones presidenciales. Tchiroma Bakary, un destacado opositor y candidato a la presidencia, ha declarado que un grupo de militares leales le ha asegurado, trasladándolo a «un lugar seguro» tras la represión de las protestas provocadas por el anuncio de la victoria de Paul Biya, el actual presidente. Bakary sostiene con firmeza que él fue el verdadero vencedor de estas elecciones, lo que ha desencadenado una serie de tensiones en el país.
Reacción ante la represión
Bakary ha utilizado su plataforma en redes sociales para expresar su gratitud hacia el ejército que lo ha protegido, mostrando su patriotismo y dedicación. En un emotivo mensaje en Facebook, hizo un llamado a todos los detenidos de manera arbitraria y a sus familiares secuestrados, instándolos a mantener la resistencia. Según sus declaraciones, «no descansaré hasta que este régimen os dé vuestra victoria». Este clamor por justicia y liberación resuena en el corazón de muchos cameruneses que se sienten frustrados por la situación actual.
La oposición ha denunciado que lo que se percibe como una «guerra abierta» contra el pueblo está intensificando la violencia en el país. Bakary ha señalado que las autoridades recurren a «asesinatos, represión y otros abusos», argumentando que temen las consecuencias de perder el poder. Esto ha llevado a un clima de temor y desconfianza entre los ciudadanos.
Las familias en riesgo
Uno de los aspectos más impactantes del mensaje de Bakary fue su afirmación de que dos de sus familiares fueron «secuestrados» en Garua. La angustia de perder a seres queridos en un contexto tan volátil ha aumentado la tensión entre las comunidades que se oponen al régimen de Biya. Bakary expresó que desde que se proclamaron «resultados falsificados» por parte del Consejo Constitucional, Camerún ha estado sumido en una crisis sin precedentes, donde la voluntad del pueblo ha sido ignorada.
Su narrativa tan emotiva se centra en la idea de que la soberanía del pueblo está siendo pisoteada y que la resistencia es más necesaria que nunca. «Esta vez, la gente se ha alzado», afirma Bakary, manifestando la urgencia de actuar contra la represión.
Convocatoria a la huelga general
Ante este panorama desolador, Tchiroma Bakary ha decidido dar un paso audaz al convocar una huelga general entre el 3 y el 5 de noviembre. El objetivo es claro: «paralizar» el país para que el mundo sepa que hay resistencia y que la población no se someterá. En su declaración, pidió que todos los ciudadanos cierren sus tiendas, suspendan actividades y permanezcan en casa. «Demostramos nuestra solidaridad», invitó Bakary; al mismo tiempo, reitera que la fuerza de una economía depende de su pueblo y que «la gente ya no reconoce a su líder».
La idea detrás de esta huelga general no es solo una manifestación simbólica, sino un acto de desafío contra un régimen que, según Bakary, se ha mantenido en el poder a través del miedo y la violencia. Este llamado resuena en aquellas comunidades que buscan un cambio significativo, apegándose a la esperanza de que su sacrificio y unidad no serán en vano.
La voz de un pueblo en lucha
Bakary ha manifestado que no es momento para el miedo o la división, enfatizando la necesidad de mantenerse unidos en solidaridad. Su retórica es clara: «Sigamos en pie, unidos y orgullosos». A pesar de que algunos pueden sentir la presión de una represión cada vez más violenta, el líder opositor asegura que su compromiso con el pueblo es inquebrantable. «Nuestra victoria no será robada. He adoptado el firme compromiso de no traicionarles y no fracasaré», afirmó, subrayando su filosofía de lucha a largo plazo.
El contexto de esta crisis no puede entenderse sin mencionar la figura de Paul Biya, quien, tras ser declarado ganador con un 53.66% de los votos, ha gobernado desde 1982. A sus 92 años, su edad y estado de salud han generado dudas sobre su capacidad para gestionar otro mandato de siete años, especialmente en medio de la creciente fragmentación en la oposición y el descontento popular.
Es evidente que la situación en Camerún está marcada por fuertes divisiones y un clamor por justicia que resuena a través de las voces de su pueblo. La lucha de los opositores como Tchiroma Bakary representa un deseo de cambio que no cesará ante la violencia ni la represión. Los cameruneses están esperando ver cómo se desarrollará esta narración en un país donde el futuro está en manos de aquellos que luchan por la libertad y la justicia.
