Las acusaciones gravitan sobre las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) por cometer atrocidades en Darfur Norte, derivando en una amplia condena internacional. Surgidas durante el régimen de Omar Hasán al Bashir, estas fuerzas han jugado un papel crucial en el conflicto de Darfur que data desde 2003, siendo escenario de crímenes de guerra y contra la humanidad.
Las tácticas empleadas por las RSF incluyen ejecuciones sumarias, violaciones, y saqueos, violando flagrantemente el Derecho Internacional. Estos actos han sido documentados y en ocasiones difundidos por los propios perpetradores, exacerbando el horror de sus acciones.
Origen y evolución de las RSF
Inicialmente, las RSF se conformaron en 2013 aprovechando las estructuras de las milicias ‘yanyauid’. Operando bajo el amparo de los Servicios de Inteligencia y Seguridad Nacional (NISS), su objetivo era reprimir cualquier levantamiento armado contra el régimen, especialmente aquellos iniciados por movimientos de liberación que denunciaban represión y discriminación.
La relevancia de las RSF creció significativamente, siendo implicadas en labores de control fronterizo y misiones internacionales, como el conflicto en Yemen. Esto, junto a su apoyo por parte de actores internacionales, incrementó su influencia dentro y fuera de Sudán.
La caída de Al Bashir y la transición
El golpe de estado de 2019 contra Al Bashir marcó un punto de inflexión, posicionando a las RSF, junto con las Fuerzas Armadas, como actores decisivos en la transición política de Sudán. La relación entre el ejército y las RSF, sin embargo, se tensó rápidamente, desembocando en una guerra civil en 2023.
Los esfuerzos de transición se vieron frustrados por un nuevo golpe en 2021, desnudando las fracturas internas y la lucha por el poder. Esto evidenció la dificultad de integrar a las RSF en el ejército regular, una demanda constante pero rechazada por su liderazgo.
Guerra civil y control de Darfur
La escalada del conflicto interno llevó a las RSF a consolidar control sobre Darfur y otras áreas, estableciendo incluso un gobierno paralelo. Estas acciones han afianzado el papel de las RSF en el conflicto sudanés, mostrando su capacidad para desafiar al gobierno central y cambiar el balance de fuerzas.
La toma de El Fasher por las RSF ha centrado nuevamente la atención internacional en Darfur, destacando la brutalidad del conflicto y el profundo impacto humanitario. Las acciones de las RSF, incluyendo ataques a civiles y la obstrucción de ayuda humanitaria, han intensificado la crisis en la región.
Respuesta internacional y perspectivas
Ante estos desarrollos, han surgido llamados internacionales a investigar y sancionar las atrocidades cometidas. A pesar de las promesas de rendición de cuentas por parte de líderes de las RSF, persiste el escepticismo sobre la posibilidad de justicia para las víctimas.
La complejidad del panorama en Sudán, caracterizado por la fragmentación política y el peso militar de las RSF, plantea desafíos significativos para la estabilidad futura del país. La comunidad internacional se encuentra en un punto crucial para intervenir y apoyar un proceso de paz que aborde las raíces del conflicto y promueva la justicia y reconciliación.
