La rapiña frustrada en Salto que involucra a un edil departamental
El Poder Judicial divulgó los detalles de una rapiña frustrada en Salto que involucra a un edil local y a su pareja, quienes habrían actuado junto a una banda proveniente de Montevideo. En el grupo también participaban dos adolescentes de 16 y 17 años.
El hecho se originó durante la madrugada del domingo 26, cuando los implicados planearon apoderarse de la recaudación en efectivo del baile de Halloween celebrado en el Salto Polo Club, evento organizado por el empresario Marcos Pigurina. El empresario, dedicado desde hace años a la organización de fiestas, había sido socio del edil Álvaro Godoy, quien conocía en detalle el manejo del dinero y la seguridad en los espectáculos.
Cómo se planificó la rapiña frustrada en Salto
Según la sentencia judicial, la pareja del edil —una mujer identificada con las iniciales E. L., conocida como “Zamira”— fue quien ideó el robo y contactó a los cómplices capitalinos. Ella se encargó de coordinar la logística y establecer contacto con un individuo apellidado B., residente en Montevideo.
Godoy, según el fallo, tenía pleno conocimiento del plan. Acompañó a su pareja a una reunión en el barrio Piedras Blancas, donde ajustaron los detalles junto a los montevideanos. Días después, recorrieron en auto la costanera de Salto para grabar un video que mostraba la ubicación de cámaras, accesos, calles cortadas y posibles rutas de fuga.
También se comprobó que el edil colaboró en la logística del alojamiento de los cómplices. La mañana del sábado, fue hasta las Termas de Daymán para pagar la estadía de los integrantes de la banda.
El reparto del botín y los roles en el golpe
El acuerdo entre los implicados establecía una distribución clara: el 60 % del botín sería para la banda capitalina, mientras que el 40 % restante quedaría para Godoy y su pareja.
Cada uno tenía una función precisa. Las dos mujeres ingresarían al baile para observar los movimientos del dinero, mientras que los hombres, disfrazados, esperarían afuera para interceptar el vehículo que trasladaría la recaudación.
Tras el robo, todos se reunirían en la casa de E. L., donde una mujer identificada como D. S. cuidaría a los hijos de la pareja mientras se repartía el dinero.
El operativo que frustró la rapiña en Salto
El plan no se concretó. La rapiña frustrada en Salto fue posible gracias al accionar policial. Los cuatro montevideanos llegaron el sábado 25 a primera hora y se dirigieron a las Termas de Daymán. Allí, la Policía los detectó y, al revisar sus pertenencias, halló un revólver calibre .38 con cinco municiones.
Las detenciones se realizaron antes de que pudieran ejecutar el golpe. De este modo, la intervención oportuna de las autoridades evitó que se consumara un robo que, según la planificación, implicaba uso de armas y coordinación interdepartamental.
Impacto político y judicial tras la rapiña frustrada en Salto
El caso generó gran repercusión en el ámbito político local. El edil Álvaro Godoy fue señalado como cómplice directo de la planificación del delito. Las autoridades judiciales concluyeron que tanto él como su pareja actuaron con plena conciencia y participación activa, aportando información estratégica, apoyo económico y coordinación logística a la banda.
Además, se descubrió que la pareja ya había intentado un golpe similar meses atrás, aunque no se concretó. Este nuevo intento terminó con la rapiña frustrada en Salto, y con todos los implicados detenidos.
El caso no solo expuso un entramado criminal entre funcionarios públicos y delincuentes, sino que también reavivó el debate sobre la ética política y la responsabilidad de los cargos electos en Uruguay.
Repercusiones y cierre del caso
Fuentes del Poder Judicial indicaron que las investigaciones continuarán para determinar si hubo otras personas involucradas o si la banda actuó en delitos similares en otros departamentos. Por su parte, las autoridades locales destacaron la rápida actuación policial que permitió evitar un hecho de gravedad y proteger la integridad de los trabajadores y asistentes del evento.
El caso de la rapiña frustrada en Salto se transformó en un ejemplo del trabajo coordinado entre fiscales, jueces y efectivos policiales, y marcó un precedente en la lucha contra el crimen organizado en el interior del país.