Reorganización del sistema de comedores y fortalecimiento del apoyo social
El Gobierno de Salto informó una serie de cambios en el funcionamiento del sistema de comedores departamentales, una herramienta clave para la atención alimentaria y el acompañamiento social de familias que atraviesan situaciones de vulnerabilidad en distintos barrios del departamento. Según se indicó, el servicio entrega mensualmente más de 23.000 almuerzos y 3.200 cenas, cifras que muestran la magnitud del esfuerzo logístico y humano que sostiene la asistencia diaria. Este volumen marca la importancia del dispositivo y evidencia la responsabilidad institucional para asegurar un apoyo estable y continuo a quienes dependen de esta prestación.
La distribución del servicio se desarrolla en cinco puntos específicos del departamento, además de los refugios destinados a mujeres y hombres. Los sitios se ubican en los barrios Salto Nuevo, La Amarilla, Andresito, La Humedad y Zona Centro, configurando una red que permite una cobertura territorial amplia. En cada uno de estos espacios, la Intendencia asume la responsabilidad de aportar los recursos humanos, la elaboración de los alimentos, la limpieza, la administración del servicio y los utensilios necesarios, además de coordinar el transporte y la distribución en conjunto con el CECOED.
El financiamiento del servicio es otro aspecto central, ya que el Gobierno departamental destina aproximadamente dos millones de pesos anuales a la compra de insumos para los comedores. A esto se suma el aporte del INDA, que cada tres meses entrega alimentos secos y carne, lo que complementa las necesidades básicas para asegurar los menús que llegan diariamente a cientos de hogares salteños. Esta combinación de recursos institucionales busca sostener la continuidad del servicio sin interrupciones y con un nivel de calidad adecuado.
Una política alimentaria que apunta a un abordaje social integral
Desde la Administración se destacó que el funcionamiento de los comedores no se limita a la entrega de un plato de comida. Por el contrario, forma parte de una política social integral que procura generar espacios de contención, acompañamiento y vínculo comunitario. La labor diaria de las distintas áreas involucradas pretende garantizar bienestar, apoyo cercano y presencia institucional en zonas donde la demanda social es más pronunciada.
Esta visión integral implica no solo asegurar la alimentación, sino también fortalecer la interacción con las personas usuarias y promover condiciones de mayor dignidad en cada uno de los puntos de atención. El servicio se presenta así como una herramienta articulada con otras políticas sociales que buscan mejorar la calidad de vida de familias que enfrentan dificultades económicas y sociales.
Un proceso de mejora continua en los espacios de servicio alimentario
En el marco de una experiencia piloto orientada a optimizar el sistema, se informó que dejarán de funcionar tres contenedores ubicados en Andresito, Zona Centro y Salto Nuevo. En lugar de estos espacios, el servicio será trasladado a cuatro lugares cerrados que permitirán mejores condiciones para las personas beneficiarias. Esto incluye aspectos vinculados a la infraestructura, el confort, la organización y la higiene, elementos que se consideran esenciales para brindar un servicio más ordenado y seguro.
Los nuevos puntos de atención serán el Club Quinta Avenida 33, el local de IPRU, la Iglesia Misión Vida y el merendero de Andresito. Está previsto que comiencen a funcionar a mediados de noviembre, lo que permitirá reorganizar el servicio sin afectar la distribución habitual. Para este cambio, la Intendencia aportará personal, mesas, bancos y cubiertos, asegurando que cada espacio cuente con las condiciones necesarias para cumplir adecuadamente su función.
El objetivo de este traslado es avanzar hacia un modelo más humano y eficiente, donde la atención alimentaria se brinde en lugares cerrados y mejor adaptados a las necesidades actuales. El proceso de sustitución de contenedores busca reducir dificultades operativas, mejorar la experiencia de quienes asisten diariamente y reforzar un enfoque social que valorice la dignidad de las personas usuarias.
Prioridad institucional y desafíos futuros del sistema alimentario local
Las autoridades subrayaron que estas acciones reflejan la prioridad otorgada a la política alimentaria y social, así como la intención de fortalecer un servicio que cumple un rol vital en la vida cotidiana de muchos hogares del departamento. La reorganización anunciada procura consolidar un modelo más ordenado y sostenible, en el que la coordinación entre distintas áreas municipales permita una asistencia eficaz y cercana.
El proceso de mejora continua también abre interrogantes sobre los desafíos futuros del sistema, especialmente en un contexto social cambiante donde la demanda puede fluctuar y exigir nuevas estrategias. ¿Será suficiente esta reorganización para responder a las necesidades crecientes que enfrenta la comunidad más vulnerable del departamento?