La muerte del ex Ministro del Interior Jorge Larrañaga continúa generando interrogantes que el sistema político uruguayo no ha logrado responder. A más de dos años del fallecimiento, el periodista Jorge Bonica, desde su programa Undercover UKE Media, sostiene que no se trató de una muerte natural, sino de un hecho encubierto por un entramado de poder que opera con impunidad.
Bonica denuncia que no se realizó autopsia, a pesar de que Larrañaga había recibido amenazas del narcotráfico. El médico de emergencia se habría negado a firmar el certificado de defunción, y el testimonio del chofer Santiago González —quien lo encontró sin vida— está plagado de contradicciones. Según el periodista, la mujer que supuestamente lo acompañaba no estaba en el lugar al momento del deceso, lo que refuerza la hipótesis de una coartada fabricada.
Estas inconsistencias, sumadas al silencio institucional, configuran lo que Bonica describe como un “sistema perverso” que protege a los suyos y evita cualquier investigación seria. La sospecha de que Larrañaga fue asesinado o envenenado no ha sido descartada por quienes reclaman transparencia.
Pero el caso Larrañaga no es un hecho aislado. Bonica expone una serie de escándalos que, según él, evidencian el deterioro ético de las instituciones:
- En OSE, la directora Susana Montaner habría gastado fondos públicos en remodelaciones personales, mientras enfrenta denuncias por el uso político de cooperativas en Tacuarembó.
- En MIDES, el ministro Martín Lema fue señalado por la compra de celulares y accesorios por un monto cercano a los 98.000 dólares, en una cartera que debería priorizar el gasto social.
- Las cooperativas, lejos de su función original, se han convertido en plataformas de clientelismo electoral.
- El Tribunal de Cuentas, según Bonica, carece de poder real y permite que los gastos injustificados se reiteren sin consecuencias.
- El sistema de listas sábanas perpetúa la llegada al Parlamento de figuras sin respaldo popular directo, consolidando una estructura cerrada y autorreferencial.
La denuncia más grave apunta al narcotráfico como actor silencioso en la política nacional. Bonica sugiere que su influencia alcanza niveles institucionales, y que la falta de investigación sobre la muerte de Larrañaga responde a pactos de silencio que nadie se atreve a romper.
El programa concluye con un llamado a la ciudadanía: exigir explicaciones, romper la indiferencia y enfrentar un sistema que, según Bonica, ha normalizado el acomodo, el despilfarro y la impunidad.