Balearon la sede del INR y dejaron amenaza vinculada a narcotraficantes peligrosos

Balearon la sede del INR durante la madrugada y dejaron una amenaza dirigida a su directora, en un ataque que podría vincularse a movimientos recientes en cárceles.

por Uruguay Al Día
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Balearon la sede del INR durante un ataque nocturno con disparos y amenaza incluida

Balearon la sede del INR y lanzaron una piedra con una amenaza

Balearon la sede del INR durante la pasada madrugada en un episodio que volvió a poner sobre la mesa la vulnerabilidad del sistema penitenciario y la presión que ejerce el crimen organizado. Entre la 01:00 y las 02:00, desconocidos dispararon seis veces contra la fachada del edificio central y luego arrojaron una piedra envuelta en un papel con una amenaza explícita dirigida, según todo indica, a la directora del instituto, Ana Juanche.

La frase escrita en el mensaje era contundente y dejaba poco margen para la interpretación: “Ojo por ojo, la próxima va pa tu auto con tu familia adentro”. La advertencia encendió todas las alarmas dentro del Ministerio del Interior, especialmente por el contexto en el que ocurrió y los actores que podrían estar detrás de la intimidación.

Balearon sede del INR y analizan vínculos con movimientos carcelarios

Los investigadores creen que el ataque podría estar vinculado a movimientos recientes de presos dentro de módulos de una cárcel de máxima seguridad, donde permanecen recluidos narcotraficantes de alto perfil. Estas reubicaciones también incluyeron traslados hacia otros centros penitenciarios, lo que habría generado tensiones internas entre distintos grupos criminales.

Este tipo de represalias no sorprende a las autoridades, que en los últimos años han visto cómo los ataques vinculados a organizaciones narco han adquirido mayor planificación y coordinación. En este caso, el mensaje no solo apuntaría a una figura específica, sino que reflejaría el malestar de sectores delictivos por decisiones administrativas tomadas dentro del sistema penitenciario.

Balearon sede del INR y Policía investiga cámaras y evidencias

No es la primera vez que la sede del Instituto Nacional de Rehabilitación se convierte en blanco de un atentado. En diciembre pasado, el edificio fue atacado en un episodio dirigido al entonces director del organismo, Luis Mendoza. En ese momento, el mensaje decía: “Los presos se respetan, señor Mendoza”, una frase que marcó un precedente claro en cuanto a los métodos de amedrentamiento utilizados por ciertos grupos.

Aquel ataque dejó en evidencia la necesidad de reforzar la seguridad en torno a las autoridades del instituto, ya que las decisiones vinculadas al movimiento de reclusos suelen desencadenar reacciones de alto riesgo. El episodio de esta madrugada confirma que la amenaza persiste y que los involucrados no muestran señales de retroceder.

Balearon la sede del INR tras semanas de creciente violencia contra autoridades

La Policía inició un análisis detallado de las cámaras de seguridad ubicadas en las inmediaciones del edificio. El registro audiovisual será clave para reconstruir los movimientos de los atacantes y su posible ruta de escape. Policía Científica, por su parte, realizó pericias en el lugar para determinar el calibre de las armas utilizadas y otros rastros que permitan identificar a los responsables.

A raíz de la gravedad del hecho, se dispuso un refuerzo inmediato en la custodia de Ana Juanche. El incremento de la vigilancia responde a la necesidad de prevenir nuevos intentos de intimidación, especialmente en un contexto donde los ataques contra autoridades públicas han demostrado ser un método recurrente del crimen organizado.

Relación con el atentado contra la fiscal de Corte

El atentado contra la sede del INR ocurre a pocas semanas del ataque que sufrió en su casa la fiscal de Corte, Mónica Ferrero, el pasado 28 de setiembre. En esa ocasión, desconocidos realizaron dos disparos y detonaron una granada en un patio interno de su vivienda. Por ese caso hay siete personas imputadas, y la línea de investigación también apunta hacia grupos vinculados al narcotráfico.

La proximidad temporal entre ambos episodios y las similitudes en los métodos utilizados llevaron a las autoridades a no descartar conexiones entre estos ataques, que podrían formar parte de un mismo patrón de presión contra figuras claves del sistema judicial y penitenciario.

Un escenario que aumenta la preocupación institucional

El impacto psicológico y político de recibir un ataque armado no es menor. Además de la amenaza directa, el hecho expone la capacidad operativa de los grupos delictivos que buscan influir en decisiones estatales mediante el miedo. La sede del INR es un punto simbólico dentro del entramado institucional y un ataque frontal a su dirección repercute directamente en la gobernabilidad del sistema carcelario.

La pregunta que inevitablemente surge es si estos episodios son señales aisladas o síntomas de una escalada que aún no alcanzó su punto máximo. ¿Cuánto más está dispuesto a soportar el sistema penal uruguayo frente a estas ofensivas del delito organizado?

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