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Violencia extrema: niño de dos años víctima de la inseguridad en Sayago

Grave episodio de inseguridad en Sayago. Un pequeño de dos años resultó herido tras un ataque con armas de fuego contra una vivienda familiar

por Descarga-favicon-PhotoroomUruguay Al Día
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Escena del crimen por inseguridad en Sayago

Violencia sin límites: un niño de dos años herido tras un ataque a tiros en Sayago

La calma del mediodía en el barrio Sayago se vio interrumpida este lunes por un episodio que vuelve a poner sobre la mesa la gravedad de la inseguridad en Sayago. Eran cerca de las 12:00 horas cuando dos delincuentes en moto llegaron hasta una vivienda ubicada en la intersección de las calles Clara y Bell. Sin mediar palabra, los individuos abrieron fuego contra la fachada de la casa, donde en ese momento se encontraba un pequeño de tan solo dos años.

El ataque no fue una advertencia al aire; los proyectiles atravesaron la estructura de la vivienda, y uno de ellos alcanzó al menor. Según informaron fuentes policiales y familiares de la víctima, el niño recibió un roce de bala en una de sus piernas. El episodio de inseguridad  generó pánico inmediato entre los vecinos, quienes asistieron a la familia mientras los atacantes escapaban a toda velocidad en el vehículo de dos ruedas.

 El peso de la inseguridad en Sayago tras el ataque al niño

Ante la desesperación por la herida del menor, sus familiares lo trasladaron por sus propios medios a la emergencia del Círculo Católico, el centro asistencial más cercano al lugar de los hechos. Allí recibió las primeras curaciones y, debido a su edad y a la naturaleza de la herida, se dispuso su derivación al Hospital Pereira Rossell para una evaluación más exhaustiva. Aunque el roce no comprometió arterias ni huesos, la situación clínica del niño sigue siendo monitoreada de cerca por los especialistas pediátricos.

Este nuevo caso en Sayago refleja una modalidad delictiva que se ha vuelto recurrente: el ataque frontal contra propiedades privadas, muchas veces en el marco de ajustes de cuentas o disputas territoriales. Sin embargo, lo que agrava este hecho es la total falta de códigos de los delincuentes, que disparan a mansalva sin importarles quiénes se encuentren dentro de la estructura edilicia.

Peritajes y vainas servidas en la escena del crimen

En el exterior de la finca, los efectivos de la Policía Científica trabajaron durante varias horas recolectando evidencia. Según la información primaria, se ubicaron al menos cinco vainas servidas de calibre 9mm, lo que demuestra la potencia de fuego utilizada en este episodio de violencia. La balacera fue dirigida directamente hacia la zona de aberturas de la casa, lo que explica cómo el proyectil logró ingresar y herir al niño de dos años.

Los testigos que se encontraban en la zona de Clara y Bell describieron a los atacantes como dos hombres jóvenes que actuaron con total impunidad. La investigación ahora se centra en las cámaras de seguridad, tanto públicas como privadas de la zona, para intentar rastrear el trayecto de la moto y dar con los responsables. La inseguridad ha escalado de tal manera que los operativos de saturación parecen no ser suficientes para disuadir a estas bandas organizadas que operan a plena luz del día.

El impacto social de la violencia en los barrios

La noticia ha generado una profunda indignación en la comunidad, que ve cómo la violencia se cobra víctimas inocentes que nada tienen que ver con los conflictos delictivos. La violencia callejera no es un hecho aislado, sino que se suma a una seguidilla de incidentes violentos en la zona norte de la capital, donde el uso de armas de fuego es cada vez más frecuente. El Ministerio del Interior ha reforzado el patrullaje, pero la sensación de vulnerabilidad entre los vecinos es total ante ataques tan directos y sorpresivos.

El pequeño baleado es hoy la cara de un problema estructural que las autoridades aún no logran frenar de manera definitiva. Mientras la Policía busca determinar si el ataque estaba dirigido a algún habitante de la casa o si se trató de una equivocación, la familia vive horas de angustia en el Hospital Pereira Rossell. Este caso de inseguridad en Sayago vuelve a encender los reclamos por una presencia estatal más efectiva que no solo persiga el delito después de cometido, sino que logre prevenir estas balaceras en zonas residenciales.

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