Incendio en Salto: el gesto de Albisu con la familia que perdió todo

El drama que mantuvo en vilo al litoral uruguayo durante meses parece haber encontrado un remanso de paz y solidaridad. La familia Aguirre Flores, protagonista del trágico incendio en Salto ocurrido el pasado mes de agosto en el barrio Parque Solari, hizo pública una carta donde no solo agradecen la recuperación de sus cuatro hijos, sino que revelan un gesto de apoyo privado por parte del intendente Carlos Albisu. En un relato cargado de emoción, los padres detallaron cómo la comunidad y el jerarca se movilizaron para evitar que la tragedia fuera definitiva.

Aquel domingo 3 de agosto quedó marcado como una de las jornadas más oscuras para los vecinos del norte. Lo que comenzó como un almuerzo familiar terminó en un incendio en Salto de proporciones dantescas, originado por una falla en una garrafa de la cocina. En pocos minutos, el fuego atrapó a cuatro niños de 9, 7, 6 y 3 años, mientras su padre quedaba inconsciente por la inhalación de monóxido de carbono, sin poder rescatar a los pequeños de entre las llamas.

El intendente Carlos Albisu visitó a los niños afectados por el incendio en Salto

El milagro de Parque Solari y el traslado al Pereira Rossell

La magnitud del incendio en Salto movilizó a todo el barrio. Fueron los propios vecinos quienes, con una amoladora, lograron cortar las rejas de las ventanas para sacar a los niños en medio del caos y el humo. Tras recibir los primeros auxilios en centros locales, los menores fueron derivados de urgencia al Centro de Quemados del Hospital Pereira Rossell en Montevideo. Allí, bajo el cuidado de la unidad Uniquer, comenzó una recuperación que muchos médicos calificaron como «de milagro» dadas las heridas iniciales.

Durante semanas, la comunidad salteña realizó colectas y pedidos de ayuda para que Elina Flores y Matías Aguirre pudieran costear la estadía en la capital. El incendio en Salto no solo destruyó las paredes de su hogar, sino que puso a prueba la capacidad de resiliencia de una familia trabajadora que, de un momento a otro, se vio sin nada. Hoy, con los niños ya en fase de recuperación ambulatoria y cuidados paliativos, la realidad habitacional era el principal escollo para el retorno definitivo al departamento.

El alquiler financiado por Albisu y su esposa

En la carta difundida recientemente, la familia reveló que mientras la Intendencia de Salto trabaja en la reconstrucción física de la finca dañada, el intendente Carlos Albisu tomó una decisión de índole personal. El jerarca, junto a su esposa, la pediatra Natalia Fleurquin, decidió financiar de su propio bolsillo el alquiler de una vivienda provisoria. Esta solución habitacional permite que los niños vivan en un entorno seguro y adecuado para sus curaciones mientras termina la obra tras el incendio en Salto.

La cercanía del jefe comunal con el caso no fue únicamente política. El pasado 24 de diciembre, en vísperas de Navidad, Albisu y Fleurquin visitaron la casa provisoria para llevar regalos a los pequeños, incluyendo una consola de videojuegos para amenizar el tiempo de reposo. Además, dada su condición de médicos —él es otorrinolaringólogo y ella pediatra—, aprovecharon la oportunidad para supervisar personalmente la evolución de las secuelas que dejó el incendio en Salto en las vías respiratorias y la piel de los menores.

La reconstrucción de un hogar en ruinas

A pesar de que el incendio en Salto dejó la estructura original en ruinas, el trabajo conjunto entre la comuna y los vecinos está logrando levantar nuevamente las paredes. Matías y Elina destacaron que, lejos de sentirse solos, el episodio les dio «valor y ánimo para apreciar la vida de otra manera». La solidaridad se transformó en materiales de construcción, muebles y ropa que han ido llegando desde distintos puntos del país, demostrando que el impacto del incendio en Salto conmovió mucho más allá de las fronteras departamentales.

El equipo médico liderado por la Dra. Beatriz Manaro en Montevideo también fue objeto de profundos agradecimientos. La complejidad de tratar a cuatro hermanos simultáneamente por lesiones de fuego requirió una logística sanitaria sin precedentes. Sin embargo, el retorno a su tierra natal y el apoyo habitacional directo han sido los pilares psicológicos para que los niños recuperen la sonrisa tras el trauma del incendio en Salto.

La historia de los Aguirre Flores es un testimonio de cómo la respuesta rápida de una comunidad y el compromiso humano de sus representantes pueden cambiar el final de una tragedia. Tras meses de dolor, la familia mira el 2026 con una esperanza renovada. ¿Será este nivel de compromiso personal de los gobernantes una excepción o un reflejo de la cercanía necesaria en las comunidades del interior uruguayo?