Panorama y tendencias de la cotización del euro Uruguay
El euro cerró la jornada en un promedio de 47,08 pesos uruguayos, lo que representó un avance diario del 2,22% respecto al cierre anterior de 46,06 pesos. En la última semana la divisa acumula un alza del 0,69% y en la comparación interanual mantiene una suba del 6,8%. El movimiento de las últimas dos sesiones registró cierres en positivo, aunque la volatilidad observada supera lo habitual del último año. Esa mayor inestabilidad obliga a empresas y traders a ajustar precios y estrategias de cobertura.
Los analistas remarcan que la combinación de alzas semanales y volatilidad encendida puede repercutir en costos de importación y en la presión sobre precios internos, sobre todo en sectores con insumos valuados en moneda extranjera. Para productores y arrendadores inmobiliarios la fluctuación del euro y del tipo de cambio puede modificar márgenes y rentabilidades en plazos cortos. En este escenario, la demanda de instrumentos de cobertura y la atención a noticias macroeconómicas se intensifican para mitigar riesgos cambiarios. El mercado local vigila además los flujos de capital que alimentan estos movimientos.
En un plano más amplio, el 2024 dejó una recuperación visible para la economía uruguaya después de un año crítico, y las señales de crecimiento se apoyaron en la estabilidad macro, incentivos fiscales y una infraestructura competitiva. Ese contexto atrajo interés regional, en especial desde empresas argentinas que buscan centros logísticos y mejores condiciones de operación. Según consultoras del sector, la combinación entre recuperación y demanda externa explica, en parte, la dinámica cambiaria reciente.
El sector logístico aparece como uno de los más activos: según análisis de mercado, la oferta está concentrada en un puñado de desarrolladores dueños de parques industriales, lo que mantiene elevados niveles de ocupación en los nodos principales. Canelones y Montevideo se consolidan como focos de expansión por su conectividad y servicios, mientras la presión por espacio disponible impulsa proyectos de mayor escala. Esa estructura íntimamente ligada al comercio internacional refuerza la sensibilidad del sector frente a la cotización del euro y a otras monedas relevantes.
La historia del peso uruguayo ayuda a entender por qué la moneda reacciona como lo hace: oficial desde 1993 tras una etapa de alta inflación, el país transitó desde mecanismos de bandas hacia un régimen de flotación. La ruptura del 2002 —con maxidevaluación y posterior apreciación— marcó la conducta posterior del tipo de cambio y las políticas monetarias. Hoy, ese pasado condiciona decisiones de política y la percepción de estabilidad, aunque persisten desafíos estructurales para sostener un crecimiento inclusivo en el mediano plazo.
En términos sociales y económicos, Uruguay destaca en la región por su elevado ingreso per cápita y niveles relativamente bajos de desigualdad; cerca del 60% de la población se ubica en la clase media. Pese a esos indicadores positivos, los retos son claros: mejorar la competitividad, elevar la participación femenina en la actividad económica y reformar la educación. Cómo se muevan la divisa y las condiciones externas incidirán directamente en la capacidad del país para enfrentar esas asignaturas pendientes.