Uruguay Al Día
El debate en torno al fideicomiso Salto continúa generando repercusiones dentro de la coalición departamental. En ese contexto, el diputado colorado Horacio de Brum fue consultado sobre las versiones que circularon en las últimas horas respecto a negociaciones, tensiones internas y la sorpresiva salida del dirigente Marcelo Malaquina. El legislador respondió con cautela y remarcó, en varias oportunidades, que no realizará comentarios hasta conversar personalmente con su compañero de partido.
Las declaraciones de De Brum surgen en un escenario político agitado, marcado por el retiro del expediente del fideicomiso en la Junta Departamental y por los rumores sobre contactos entre el intendente Carlos Albisu y el exintendente Andrés Lima en busca de votos del Frente Amplio. Consultado sobre esa presunta reunión, el diputado afirmó no estar al tanto de ningún encuentro y explicó que, al momento de la entrevista, se encontraba de recorrida por el interior del departamento.
El legislador sostuvo que no opinará sobre la salida de Malaquina ni sobre posibles presiones internas. Recalcó que, antes de emitir cualquier valoración, corresponde mantener una conversación directa con la persona involucrada. De Brum insistió en que no tiene más información que la que circuló públicamente, y que no considera apropiado “sumarse a especulaciones” sin hechos concretos.
Respecto al proceso del fideicomiso, de Brum señaló que, según su comprensión, el expediente no llegó a votarse, por lo que no existió un rechazo formal de la Junta. Sostuvo que había una postergación prevista para la semana siguiente, lo que implica que el tratamiento no se completó. Esta afirmación contrasta con la percepción generalizada de que el proyecto fue retirado por falta de apoyos internos.
Una de las preguntas centrales apuntó al posible malestar dentro del Partido Colorado por la forma en que se manejó la negociación del fideicomiso. De Brum negó haber registrado descontentos y evitó pronunciarse sobre la existencia de un quiebre entre Albisu y Malaquina. “Eso les corresponde responderlo a ellos”, afirmó, dejando en claro que no hablará en nombre de otros dirigentes.
Sobre las versiones que sugieren que la renuncia de Malaquina podría anticipar una fractura dentro del Partido Colorado en Salto, de Brum reiteró su postura de prudencia. Expresó que no se deben emitir opiniones sin contar con información de primera mano, y que los temas internos se discuten en los ámbitos partidarios correspondientes. Sostuvo que las decisiones del partido se estudian “dentro del Partido Colorado y no desde afuera”.
Consultado sobre la unidad de la coalición departamental, De Brum describió la experiencia salteña como un proceso nuevo que tiene la atención del país. Señaló que toda experiencia inicial es perfectible, pero afirmó que la mayoría de la ciudadanía eligió al intendente Albisu con una amplia diferencia y que la coalición cumple el rol que le corresponde como socio principal. Sostuvo que, más allá de tensiones o aprendizajes, la administración departamental continúa funcionando con su estructura política definida.
Respecto a las denuncias de falta de transparencia en el manejo del fideicomiso, el diputado afirmó desconocer quién sostiene esa acusación. Aseguró que la transparencia es un valor fundamental y que los votantes colorados, como cualquier ciudadano de Salto, tienen derecho a acceder a la información necesaria. Sin embargo, evitó pronunciarse sobre episodios concretos o sobre el proceso de negociación.
Sobre el impacto de la salida de Malaquina en la campaña rumbo a 2025, de Brum mantuvo la misma línea: no está dispuesto a suponer escenarios sin hablar antes con el dirigente colorado. Tampoco aceptó evaluar cómo podría afectar la imagen del partido la salida de uno de sus referentes más votados. Reiteró que son cuestiones que deben resolverse internamente y con información precisa.
Finalmente, fue consultado sobre si el Partido Colorado vive una crisis de liderazgo en Salto. De Brum negó tener conocimiento de que algún correligionario haya planteado esa preocupación. Remarcó que los temas colorados se resuelven entre colorados y ballistas, y que no corresponde que actores externos condicionen la discusión interna.
Las respuestas del diputado se caracterizaron por un tono cuidadoso, sin afirmaciones concluyentes y con énfasis en el respeto a los procesos internos. Su postura refleja el clima de reserva que atraviesa el Partido Colorado mientras se reacomoda en medio de un debate que todavía no muestra señales de disiparse.