prórroga del mandato de la misión de la ONU en el Sáhara Occidental
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha decidido extender por un año el mandato de la Misión de Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental, conocido como MINURSO. Esta decisión se produce tras la aprobación de una resolución que brinda apoyo al plan de autonomía propuesto por Marruecos para esta excolonia española.
El resultado de la votación fue favorable, con once países apoyando la resolución. Sin embargo, es importante destacar que tres naciones optaron por la abstención, mientras que Argelia, uno de los principales respaldos del Frente Polisario, decidió no participar en la votación. Con esta nueva resolución, el mandato de la MINURSO se mantendrá activo hasta octubre de 2026, lo que indica un compromiso por parte de la comunidad internacional en abordar la situación del Sáhara Occidental.
la postura de estados unidos y el llamado al diálogo
El representante de Estados Unidos ante la ONU, Mike Waltz, defendió la resolución, argumentando que la misma se ha elaborado tras un esfuerzo sincero por incluir las propuestas de todas las partes involucradas. Waltz enfatizó que su país se encuentra «profundamente comprometido» a encontrar una solución que sea aceptable para todas las partes interesadas en el conflicto.
Durante sus declaraciones, instó a las partes involucradas a aprovechar las próximas semanas para iniciar diálogos constructivos, haciendo hincapié en que la propuesta de autonomía presentada por Marruecos se considera «creíble» y «la única solución justa y duradera» para la región. Esto pone de manifiesto la postura de Estados Unidos, que busca posicionar al plan marroquí como un punto de partida para futuras negociaciones.
la crítica de argelia al texto de la resolución
El ministro de Exteriores de Argelia, Ahmed Attaf, expresó que su país decidió no participar en la votación para mostrar su desacuerdo con el contenido de la resolución. Afirmó que el texto no representa adecuadamente la doctrina de Naciones Unidas en relación con la descolonización, un argumento que pone de relieve la complejidad de la situación en Sáhara Occidental.
Attaf reconoció que, aunque se han incorporado mejoras significativas al texto, tales como el recordatorio sobre los parámetros fundamentales para una solución justa y duradera, y el reconocimiento del derecho inalienable del pueblo saharaui a la libre determinación, persisten deficiencias que desentonan con las aspiraciones legítimas de dicho pueblo. Resaltó la situación de resistencia que el pueblo saharaui ha vivido durante más de 50 años, evidenciando su deseo de tener voz y voto sobre su propio futuro.
desigualdades en las propuestas y el papel del frente polisario
Asimismo, Attaf manifestó su preocupación por el desequilibrio que la resolución puede crear entre las dos partes en conflicto. Según su opinión, el texto enfatiza exclusivamente la ambición territorial de Marruecos, silencando las aspiraciones del Frente Polisario y, por ende, del pueblo saharaui. La falta de atención a las propuestas de este movimiento independentista ha sido objeto de fuerte crítica, ya que se considera esencial que su perspectiva sea considerada en cualquier proceso de negociación futura.
El ministro subrayó que la ignorancia de las demandas del Frente Polisario contradice el principio fundamental de un diálogo sincero. Esta situación no solo provoca un desacuerdo, sino que puede complicar aún más el camino hacia una resolución pacífica del conflicto. La resistencia de la comunidad saharaui por ver reconocidos sus derechos es un factor que no puede ser marginado en la elaboración de futuras estrategias y soluciones para la región.
Por otra parte, los diferentes actores internacionales involucrados en el conflicto también deberán considerar estas preocupaciones si desean alcanzar un acuerdo que sea perdurable y acepte la legitimidad de ambas partes. La realidad en el Sáhara Occidental es compleja y requiere un enfoque que no solo tome en cuenta las reivindicaciones de una de las partes, sino que abarque una visión consensuada donde todas las voces tengan su lugar.
Las tensiones en la región siguen siendo un tema candente en el ámbito internacional, y cómo se gestione esta situación en los próximos meses será crucial para definir el futuro del Sáhara Occidental y su población. Las acciones y decisiones de los protagonistas de este conflicto tendrán implicaciones significativas que afectarán no solo a las partes directamente involucradas, sino también a la estabilidad política y social de la región en su conjunto.
En este contexto, el diálogo y la búsqueda de un consenso deben ser prioritarios para todos los actores internacionales, ya que la paz en el Sáhara Occidental es fundamental no solo para los saharauis, sino también para el bienestar y la seguridad de toda la región norteafricana. La comunidad internacional tiene un papel esencial que desempeñar en la promoción de un diálogo inclusivo, que no deje de lado las legitimidades y derechos de todos los involucrados.
