Derechos LGBT en Estados Unidos: la Corte Suprema reabre un debate histórico
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Los derechos LGBT en Estados Unidos vuelven al centro del debate jurídico y político. La Corte Suprema se reunió este viernes para analizar si acepta revisar un caso que podría poner en riesgo el fallo histórico de 2015 que legalizó el matrimonio igualitario en todo el país.
La apelación fue presentada por Kim Davis, exfuncionaria del registro civil de Kentucky, quien se negó a emitir licencias matrimoniales a parejas del mismo sexo, alegando que su religión le impedía hacerlo. Davis sostiene que sus acciones están protegidas por la Primera Enmienda de la Constitución, que garantiza la libertad de religión y de expresión.
El caso Obergefell y el derecho al matrimonio igualitario
El caso busca cuestionar el precedente de Obergefell contra Hodges, resuelto el 26 de junio de 2015, durante la administración de Barack Obama. En esa decisión, la Corte Suprema declaró que el matrimonio entre personas del mismo sexo está protegido por la Enmienda 14, que garantiza la igualdad ante la ley.
Ese fallo obligó a los trece estados que aún prohibían estas uniones a reconocerlas oficialmente, marcando un avance crucial en los derechos LGBT en Estados Unidos. Sin embargo, en los últimos años, varios estados de mayoría republicana han impulsado leyes y recursos judiciales para revertir esa jurisprudencia.
Iniciativas estatales y el nuevo escenario judicial
Desde 2022, al menos nueve estados controlados por legislaturas conservadoras han promovido proyectos para restringir los derechos LGBT en Estados Unidos. En octubre pasado, el Supremo de Texas respaldó a jueces que decidan no celebrar matrimonios igualitarios por “creencias religiosas sinceras”.
Ese tipo de decisiones generan preocupación entre activistas y organizaciones civiles, que temen que el país retroceda en materia de igualdad. La Asociación Nacional para la Igualdad (HRC) señaló que “la actual composición de la Corte refleja un alineamiento ideológico con sectores conservadores” que buscan limitar derechos previamente reconocidos.

Reacciones de activistas y organizaciones civiles
Diversos grupos de derechos humanos advirtieron que el caso Davis podría convertirse en un vehículo para reabrir el debate sobre los derechos de la comunidad LGBT, similar al retroceso que implicó la revocación del derecho al aborto en 2022.
El colectivo Refuse Fascism calificó la situación como “un intento coordinado para desmantelar conquistas sociales fundamentales”. En un comunicado, la organización expresó:
“La Corte Suprema es completamente ilegítima. Ahora trabaja codo a codo con sectores reaccionarios para pisotear los derechos arduamente conquistados por las minorías”.
La historia detrás del fallo Obergefell
El origen del histórico fallo se remonta a la historia personal de Jim Obergefell y John Arthur, una pareja de Ohio que vivió más de dos décadas juntos. Cuando a Arthur le diagnosticaron esclerosis lateral amiotrófica (ELA), decidieron casarse en Maryland, uno de los pocos estados donde las uniones entre personas del mismo sexo eran legales.
Debido al delicado estado de salud de Arthur, la ceremonia se realizó a bordo de un avión medicalizado en la pista de un aeropuerto. Tras su fallecimiento, el estado de Ohio se negó a reconocer el matrimonio y a registrar a Obergefell como cónyuge, lo que motivó la demanda que terminaría cambiando la historia de la igualdad matrimonial en Estados Unidos.
Posible impacto de una revisión judicial
Si la Corte Suprema acepta revisar el caso Davis, se abriría la posibilidad de limitar o reinterpretar los fundamentos del fallo de 2015. Expertos constitucionalistas advierten que, aunque revertirlo por completo sería poco probable, un dictamen restrictivo podría permitir excepciones religiosas que afecten el acceso igualitario al matrimonio.
“El peligro no es solo simbólico. Podría habilitar que funcionarios públicos se nieguen nuevamente a emitir licencias o celebrar matrimonios igualitarios”, advirtió la abogada Rachel Levine, especialista en derecho civil.
Un nuevo pulso político y cultural
El debate sobre la diversidad y derechos civiles se enmarca en un año de alta polarización política, donde temas como la identidad de género, la educación sexual y la libertad religiosa se utilizan como banderas electorales.
Mientras los sectores progresistas piden proteger la igualdad y el respeto a la diversidad, las facciones conservadoras insisten en que las decisiones sobre el matrimonio deben quedar en manos de cada estado.
A casi una década del fallo Obergefell, sobre la protección de las parejas del mismo sexo enfrentan una nueva prueba. Lo que está en juego no es solo un debate legal, sino la definición misma de igualdad y libertad.
(Con información de EFE)
