Crisis en River Plate antes del Superclásico ante Boca Juniors
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El Superclásico ante Boca Juniors llega en un contexto de máxima tensión para el River Plate de Marcelo Gallardo, que atraviesa una crisis deportiva sin precedentes. Los resultados adversos, la falta de identidad colectiva y la pérdida de confianza en el plantel generaron un clima de incertidumbre que se percibe en cada rincón del Monumental.
El Millonario acumula cuatro derrotas consecutivas como local, algo que no ocurría desde hace casi un siglo. Este panorama elevó la presión sobre el cuerpo técnico y los jugadores, que deberán responder en La Bombonera ante un rival que atraviesa un mejor presente futbolístico.
El Superclásico se transformó en una prueba decisiva: el resultado puede significar la continuidad o el final de varios integrantes del plantel y, en especial, condicionar la figura de Gallardo, cuyo contrato fue renovado hasta 2026.
Una campaña marcada por fracasos y frustraciones
La crisis en River Plate no se explica solo por los resultados recientes, sino por una temporada plagada de decepciones. En el Torneo Apertura, el equipo fue eliminado por penales ante Platense en cuartos de final. En la Copa Argentina, cayó nuevamente por penales ante Independiente Rivadavia, mientras que en la Copa Libertadores fue superado por Palmeiras en cuartos con un global de 5-2.
El golpe final llegó en el Mundial de Clubes, donde River no superó la fase de grupos. En el Torneo Clausura, el conjunto perdió cinco de sus últimos seis encuentros, con apenas 21 puntos y una preocupante sexta posición.
Estos resultados deterioraron la confianza del grupo y de la hinchada, que comenzó a cuestionar la conducción técnica y la falta de jerarquía de algunos refuerzos.

Paulo Díaz, Fabricio Bustos y otros jugadores bajo la lupa
Entre los futbolistas que más críticas reciben se encuentra Paulo Díaz, defensor chileno que perdió continuidad y se encuentra en la cuerda floja. Si River decide usar una línea de cinco en el Superclásico, podría tener una nueva oportunidad. Sin embargo, un mal desempeño podría dejarlo fuera de los planes para la próxima temporada.
Fabricio Bustos atraviesa una situación similar. Con la lesión de Gonzalo Montiel, el lateral derecho podría ser titular, pero su bajo nivel lo ha relegado y su continuidad dependerá del resultado ante Boca.
Otros casos preocupan a la dirigencia. Giuliano Galoppo, uno de los goleadores del torneo, pasó de ser figura a ser cuestionado tras errar un penal clave en Copa Argentina. Su compra definitiva al San Pablo está en duda.
Por su parte, Miguel Borja parece tener las horas contadas en el club. Con contrato hasta diciembre y un alto costo de ficha, su bajo rendimiento y penales errados lo dejan más afuera que adentro.
Refuerzos sin impacto y nombres que podrían marcharse
La crisis en River Plate también expone el bajo rendimiento de algunos refuerzos que no cumplieron las expectativas. El colombiano Kevin Castaño, por quien el club pagó una suma importante, no logró consolidarse. El paraguayo Matías Galarza tampoco convenció y su continuidad está en revisión.
A estos casos se suman varios jugadores con contrato próximo a finalizar, como Federico Gattoni, Milton Casco, Nacho Fernández y Pity Martínez, quienes podrían dejar el club a fin de temporada.
Además, Sebastián Boselli, repescado tras su paso por Estudiantes de La Plata, casi no sumó minutos y podría salir a préstamo. La dirigencia evalúa una reestructuración profunda del plantel, que incluiría bajas significativas y una renovación generacional.
Marcelo Gallardo y un liderazgo puesto a prueba
Durante años, Marcelo Gallardo fue sinónimo de éxito, títulos y jerarquía. Sin embargo, la crisis en River Plate cuestiona su capacidad para reinventarse. La falta de respuestas tácticas, los cambios fallidos y la desmotivación de algunos referentes alimentan la idea de un ciclo agotado.
El entrenador deberá demostrar que puede recuperar la identidad del equipo, sostener la confianza del plantel y reconquistar al público. El Superclásico ante Boca será su examen más duro: una derrota podría detonar una reestructuración total del proyecto deportivo.
Un plantel desgastado y una hinchada impaciente
El desgaste emocional también juega un papel clave. Los silbidos en el Monumental y las críticas en redes sociales reflejan la pérdida de paciencia de los hinchas. El equipo, sin ideas claras y con una defensa endeble, se volvió predecible y vulnerable.
Los jugadores reconocen puertas adentro que el ambiente es tenso y que el encuentro ante Boca representa una oportunidad de redención. En caso contrario, el club enfrentará un cierre de año turbulento, con decisiones drásticas en todos los niveles.
¿El final de una era en River Plate?
La crisis en River Plate plantea una disyuntiva histórica: ¿persistir con Gallardo y apostar a una reconstrucción o iniciar un nuevo ciclo con otra conducción?
El resultado en La Bombonera podría determinar el rumbo institucional y deportivo de los próximos años. Más allá del marcador, el equipo necesita reencontrarse con su esencia, recuperar competitividad y devolverle esperanza a una hinchada que exige volver a los primeros planos del fútbol argentino y continental.
