El fin del hostigamiento: prisión preventiva para el acosador del Cordón

La tranquilidad parece retornar finalmente a una de las calles más transitadas de Montevideo. La Justicia, tras un pormenorizado pedido de la Fiscalía, decidió formalizar con prisión preventiva al hombre que, durante meses, fue identificado por vecinos y víctimas como el acosador del Cordón. La resolución judicial llega después de una serie de denuncias que daban cuenta de un comportamiento sistemático de hostigamiento, que incluyó desde agresiones verbales hasta el ingreso no autorizado a la propiedad privada, generando un clima de pánico en la zona.

El imputado, cuya conducta había sido registrada en varios videos que circularon en redes sociales, deberá cumplir ahora una medida cautelar de 120 días de reclusión. Los delitos que se le atribuyen al acosador son variados y revisten gravedad: violencia doméstica, hurto y reiterados delitos de desacato. Esta última tipificación responde a la recurrente desobediencia que el individuo mostró ante las medidas restrictivas que se le habían impuesto previamente, demostrando un total desprecio por las órdenes judiciales y la integridad de la víctima.

Un calvario de violencia psicológica y pérdida de libertad

Detrás de la fría letra de la sentencia, existe el relato de una mujer cuya vida se detuvo por completo. El abogado Martín Frustaci, representante de la denunciante, destacó en una rueda de prensa la entereza de su defendida tras haber soportado meses de un acoso asfixiante por parte del ahora denominado acosador del Cordón. Según el profesional, la mujer no solo sufrió violencia psicológica severa, sino que se vio obligada a cambiar de trabajo y a vivir bajo custodia policial permanente para garantizar su supervivencia mínima.

Frustaci fue contundente al describir las acciones del acosador del Cordón. El hombre no se limitaba a seguirla; intentaba forzar las rejas de su domicilio, le profería improperios de forma constante y llegó al extremo de robarle ropa interior de su propia vivienda. Me voy muy conforme porque le estamos dando tranquilidad a mi defendida junto a su familia», expresó el abogado a los medios, subrayando que este fallo es un paso fundamental para reconstruir la paz mental de una persona que fue privada de su libertad ambulatoria por el miedo.

Los antecedentes del acosador del Cordón y la transgresión normativa

La peligrosidad del sujeto no era una novedad para el sistema penitenciario ni judicial uruguayo. El historial del acosador del Cordón incluye antecedentes previos por violencia privada y lesiones personales, lo que evidencia una trayectoria de transgresión y escaso respeto por los límites legales y la convivencia social. Para los investigadores, este perfil de reincidencia fue clave para solicitar la prisión preventiva, entendiendo que las medidas alternativas como las tobilleras electrónicas o las restricciones de acercamiento no habían sido suficientes para frenar su accionar.

Durante las audiencias, se hizo hincapié en que el acosador del Cordón actuaba con un patrón de impunidad que desafiaba directamente a las autoridades de la seccional de la zona. El hecho de haber pasado del hostigamiento callejero al hurto y al intento de ingreso domiciliario marcó una escalada en el nivel de riesgo que la Fiscalía no pudo ignorar. La prisión preventiva por cuatro meses servirá para que la investigación continúe recolectando pruebas, testimonios y peritajes psicológicos que permitan llegar a una condena firme y ejemplarizante.

Impacto social y seguridad ciudadana en el barrio Cordón

El caso del acosador del Cordón ha despertado un fuerte debate sobre la celeridad de las respuestas judiciales en casos de acoso callejero y violencia de género. Vecinos del barrio habían manifestado su preocupación en reiteradas oportunidades, señalando que el hombre era una presencia intimidante constante en las inmediaciones. La resolución de enviarlo a prisión preventiva es vista por la comunidad como un respaldo a las víctimas que se animan a denunciar, a menudo enfrentando la burocracia y el temor a las represalias.

Mientras el imputado permanece tras las rejas, el foco vuelve a ponerse en la reparación de la víctima. El daño causado por el acosador del Cordón trascendió lo físico para instalarse en lo laboral y social, afectando la autonomía de una mujer joven que debió modificar cada hábito de su rutina diaria. Los 120 días de reclusión preventiva son un alivio temporal, pero la discusión de fondo sobre cómo el sistema previene que estos hostigadores escalen en su nivel de violencia sigue estando más vigente que nunca en la agenda de seguridad pública de Montevideo.

mputaron con prisión preventiva al hombre que acosó en varias ocasiones a una mujer en el barrio Cordón. pic.twitter.com/wNesiR3CRd

— Subrayado (@Subrayado) December 23, 2025