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La tragedia que partió a una familia: el accidente fatal en Punta del Este
El brillo del sol sobre la Playa Brava se apagó de golpe este viernes para la familia Rodríguez. Lo que debía ser una jornada laboral más para Néstor Daniel Rodríguez, un guardia de seguridad de 44 años que vivía en el Balneario Buenos Aires, terminó en el asfalto caliente de la parada 33. Este accidente fatal en Punta del Este no es solo una cifra más para la Policía Caminera; es el relato de una vida segada en plena plenitud y el comienzo de un calvario para una esposa que ahora, en palabras de sus allegados, deberá «luchar sola» con el peso de una ausencia imposible de llenar.
Ricardo Sánchez, hermano de la víctima, rompió el silencio con un testimonio que eriza la piel. En diálogo con la prensa, describió a Néstor como una «excelente persona» a la que el destino le tendió una trampa mortal en la rambla Lorenzo Batlle Pacheco. El dolor se transforma en indignación cuando se analiza la mecánica del accidente fatal en Punta del Este, donde la moto Yamaha de Néstor impactó de lleno contra el lateral de una camioneta de alta gama con patente argentina. La violencia del choque fue tal que el cuerpo del trabajador salió despedido, quedando tendido a varios metros ante la mirada atónita de los veraneantes.
«Dejó dos hijitos chiquitos»: el grito de una familia rota
La parte más cruda de este accidente fatal en Punta del Este no está en los restos de plástico y metal sobre la calle, sino en el hogar que quedó vacío. Néstor era padre de dos niños pequeños que hoy no entienden por qué su papá no volvió del trabajo. «Me lo quita la vida», alcanzó a decir Ricardo con la voz quebrada por la angustia. La familia no busca revancha, pero exige con firmeza que la justicia uruguaya actúe con rigor para determinar por qué una camioneta Mercedes Benz se interpuso en el camino de quien circulaba por una vía preferencial.
El hermano de la víctima es tajante al señalar que, aunque se sabe que fue una fatalidad, la responsabilidad parece caer sobre la conductora del vehículo mayor. «Él iba por una preferencial y el auto se la atraviesa», insistió Ricardo en su desgarrador pedido de justicia. El accidente fatal en Punta del Este deja al descubierto una vez más la vulnerabilidad de los motociclistas en una ciudad que, en temporada alta, se vuelve una jungla de asfalto donde el respeto por las normas de tránsito suele brillar por su ausencia, cobrándose vidas de trabajadores locales.

La víctima fue identificada como Néstor Daniel Rodríguez, un guardia de seguridad que vivía en el Balneario Buenos Aires. (Foto: TN)
El video de la tragedia y la situación de la conductora argentina
Las cámaras de videovigilancia de la zona de la Brava ya están en manos de la fiscalía. Las imágenes, que ya circulan con morbo y crudeza en redes sociales, muestran el momento exacto en que la camioneta intenta cruzar la rambla hacia la costa, cortándole la trayectoria a la Yamaha YZF-R3 de Rodríguez. Este accidente fatal en Punta del Este ocurrió cerca de las 14:00 horas, en el pico de mayor movimiento turístico, lo que dificultó las tareas iniciales de las unidades de emergencia que, pese a llegar en minutos, no pudieron hacer nada por reanimar al guardia de seguridad.
La mujer al volante de la camioneta, una ciudadana argentina de 34 años oriunda de Buenos Aires, resultó físicamente ilesa, pero debió ser trasladada a un centro asistencial debido a una crisis nerviosa severa. Fuentes policiales confirmaron que el test de alcoholemia dio negativo, lo que traslada el foco de la investigación a la imprudencia vial y al derecho de preferencia en el cruce. En cada accidente fatal en Punta del Este donde hay extranjeros involucrados, el protocolo judicial se vuelve una carrera contra el tiempo para asegurar que el debido proceso se cumpla antes del retorno de los turistas a sus países de origen.
El Balneario Buenos Aires llora a su guardia de seguridad
Néstor era un hombre querido en su comunidad. El trayecto desde el Balneario Buenos Aires hacia Punta del Este era su rutina diaria, un camino que conocía de memoria y que recorría para llevar el sustento a sus dos hijos. El accidente fatal en Punta del Este ha generado una ola de solidaridad en las redes sociales, donde compañeros de trabajo y vecinos resaltan su rectitud y su calidez humana. Hoy, ese camino que tantas veces transitó es un recordatorio amargo de la fragilidad de la vida frente al descuido ajeno.
La audiencia del lunes será clave para la familia Rodríguez. Allí se conocerán los peritajes finales de la Policía Científica que determinarán si hubo exceso de velocidad o si, como sostiene el hermano del fallecido, la camioneta se «atravesó» de forma temeraria. Mientras tanto, el accidente fatal en Punta del Este queda como una herida abierta en la rambla fernandina. La pregunta queda flotando en el aire de una ciudad que parece preferir el ruido de los motores al silencio del respeto: ¿Cuántas vidas más de trabajadores uruguayos se va a cobrar la imprudencia veraniega antes de que las autoridades tomen medidas que realmente duelan en el bolsillo y en la licencia de conducir?
¿Es posible que la «preferencial» de la rambla sea solo una sugerencia para quienes llegan con vehículos de alta gama, o la justicia demostrará que en Uruguay la vida de un trabajador vale lo mismo que la de cualquier turista?
