Un giro radical: José Antonio Kast presidente de Chile
La política chilena vivió este domingo un sismo con consecuencias regionales. José Antonio Kast, un abogado de 59 años y líder de la ultraderecha, se impuso de forma contundente en el balotaje frente a la candidata izquierdista Jeannette Jara. Los resultados oficiales del Servicio Electoral (Servel) confirmaron el triunfo con un 58% de los votos para Kast, mientras que Jara, quien reconoció su derrota poco antes en redes sociales, obtuvo el 42% tras el conteo de tres cuartas partes de los sufragios.
El triunfo de José Antonio Kast presidente de Chile representa el primer éxito electoral de la ultraderecha desde el fin de la dictadura de Augusto Pinochet en 1990. Miles de personas salieron a las calles de todo el país con banderas chilenas para celebrar el ascenso de un líder que promete restablecer el «orden» y la «seguridad» con un plan que él mismo ha catalogado de «implacable. El abogado, un devoto católico, asume el 11 de marzo en medio de una visible ola conservadora que está marcando el pulso político en América Latina.

Miles de chilenos con banderas en las calles festejando el triunfo de José Antonio Kast presidente de Chile.
El perfil ultraconservador y la agenda moral de Kast
Este fue el tercer intento de José Antonio Kast por alcanzar la presidencia, y finalmente lo consiguió apalancado en un discurso que no deja espacio a grises. El nuevo presidente de Chile es un ultraconservador sin reservas en su agenda social: se opone férreamente al aborto, incluso en casos de violación, y también rechaza la píldora anticonceptiva de emergencia, el matrimonio igualitario, el divorcio y la eutanasia.
Padre de nueve hijos, Kast lleva tres décadas en la política, pero su estilo difiere del de otros referentes de extrema derecha en el continente, como el brasileño Jair Bolsonaro o el argentino Javier Milei. Robert Funk, profesor de ciencia política de la Universidad de Chile, señaló a la agencia AFP que Kast «es mucho más conservador como personaje y no tiene una personalidad muy carismática. Su historial como diputado, sin grandes hitos legislativos, se ha visto eclipsado por la fuerza de su mensaje de mano dura en seguridad.
La seguridad como caballito de batalla del nuevo presidente de Chile
El eje central de la victoria de José Antonio Kast presidente de Chile fue su promesa de atacar de frente el aumento de la criminalidad y la inseguridad. A pesar de que los analistas señalan que la percepción de inseguridad supera la evidencia del crimen en Chile, el repunte de delitos en los últimos años fue un motor clave para su ascenso. Su promesa de deportar a unos 340.000 migrantes irregulares, la mayoría venezolanos, también caló hondo en una parte del electorado.
«Este gobierno generó caos, desorden e inseguridad. Y nosotros vamos a ir a la inversa», sentenció Kast durante la campaña, capitalizando el descontento popular. Su triunfo se da en un momento político global donde figuras como Donald Trump acaban de ser reelectas en Estados Unidos, reforzando la idea de una marea conservadora. Para darle peso a su mensaje de orden, Kast incluso reveló que tenía un revólver con cinco tiros y realizó varios actos de campaña detrás de un vidrio blindado, buscando mostrar una imagen de firmeza.

La candidata izquierdista Jeannette Jara reconociendo su derrota ante José Antonio Kast presidente de Chile en redes sociales.
Un pragmatismo sobrio: el estilo «a la chilena»
A pesar de su ideología radical, Kast mantiene una compostura y una sobriedad que lo distinguen. La periodista Amanda Marton, coautora de un libro sobre el líder, indica que se le ve «muy sobrio, muy pragmático, muy pausado y muy calmado al lado del resto» de los líderes de extrema derecha. Esta imagen le valió el apoyo de votantes como la jubilada María Eugenia Rosas, de 69 años, a quien le atrae que Kast «no se altera, no insulta y no provoca».
No obstante, su pasado político está plagado de polémicas. Kast es un admirador confeso de la dictadura de Augusto Pinochet y, en 2021, investigaciones periodísticas revelaron que su padre fue miembro del partido nazi de Adolf Hitler. Si bien Kast defendió a su padre como un recluta forzado, estas revelaciones añaden capas de complejidad a su figura. El analista político Robert Funk recuerda que, aunque intenta ser sobrio, Kast puede ser autoritario. Lily Zúñiga, excolaboradora, sintetiza su forma de hacer política: «O estás con él, o él está contra ti».
La moderación forzada y el control férreo del Partido Republicano
Durante la campaña, Kast relegó parte de la agenda social conservadora que le había costado votos en 2021. En esta oportunidad, concentró su mensaje en la seguridad y en la migración, a la que llegó a describir como un complot de la «izquierda radical». Según la analista política Claudia Heiss, Kast no ha moderado su discurso, sino que «simplemente ha eludido todo lo que le pueda costar votos». Esta estrategia pragmática fue clave para su victoria en el balotaje.
Kast renunció a la Unión Demócrata Independiente (UDI) en 2016 al sentir que la formación ya no «transmitía las ideas» que él defendía. Tres años después, fundó el Partido Republicano, el cual conduce con una mezcla de «simpatía personal» y un «fuerte control», según Javiera González. Tras el triunfo, Kast se tomó revancha de sus derrotas pasadas. «¿Cuántas veces nos dijeron que era imposible, que no lo íbamos a lograr?», desafió ante sus seguidores.
La victoria de Kast no solo es un revés para la izquierda chilena, sino también un indicador de los vientos de cambio que soplan fuerte en la región.

