Milanesas adulteradas generan indignación tras control bromatológico en una feria argentina
Un control rutinario de higiene alimentaria realizado en una feria del interior argentino derivó en un episodio tan insólito como preocupante: la detección de milanesas adulteradas, elaboradas nada menos que con papel higiénico y cartón en lugar de carne. La inspección, a cargo del área bromatológica local, culminó con la clausura inmediata del puesto de comida y el decomiso total de la mercadería.
El procedimiento se llevó adelante como parte del monitoreo habitual que se realiza en ferias y espacios gastronómicos abiertos. Lo que parecía una jornada más de verificación técnica se convirtió en un caso que llamó la atención regional debido al nivel de adulteración detectado. Según informaron las autoridades locales, el comerciante ofrecía milanesas listas para la venta, pero el producto no contenía ningún tipo de proteína animal.
La confirmación surgió luego de una revisión visual y táctil realizada por técnicos de bromatología, quienes detectaron irregularidades en la textura y en el peso del producto. Al desarmar algunas piezas, constataron que estaban compuestas de capas de papel higiénico compactado y cartón, recubiertas con pan rallado y condimentos para imitar el aspecto de una milanesa convencional.
Clausura y decomiso tras el hallazgo de milanesas adulteradas
El operativo concluyó con la clausura inmediata del carro gastronómico y el decomiso de nueve bultos de productos adulterados. Para las autoridades, el hallazgo de milanesas adulteradas representó un riesgo evidente para la salud pública, motivo por el cual se ordenó no solo la retención de la mercadería, sino también su destrucción total.
El juez de Faltas municipal dispuso el desalojo completo del puesto y dictó una inhabilitación perpetua para operar en ferias de la ciudad. Este tipo de sanciones se aplican cuando la adulteración de alimentos se considera grave, deliberada y potencialmente dañina para los consumidores. En este caso, las condiciones estaban plenamente dadas.
El comercio infractor había montado su puesto durante la feria como un emprendimiento de venta rápida de comidas caseras. Sin embargo, la investigación preliminar sugiere que la preparación de estas milanesas no solo era fraudulenta, sino que además se realizaba sin ningún tipo de habilitación sanitaria formal.
De qué estaban hechas las milanesas adulteradas
La revelación más llamativa del caso tiene que ver con la composición del producto decomisado. Las milanesas adulteradas estaban confeccionadas con materiales completamente ajenos al consumo humano: papel higiénico y cartón. Ambos materiales habían sido prensados de forma artesanal y luego moldeados para asemejar una pieza de carne.
Posteriormente, se aplicaba una capa de pan rallado y especias con la intención de simular el color, el aroma y la textura de una milanesa tradicional. Según los inspectores, el engaño estaba pensado para no levantar sospechas a simple vista, pero la estructura del producto revelaba la adulteración al menor contacto.
Las autoridades bromatológicas señalaron que este tipo de fraudes alimentarios no solo representan un engaño comercial, sino que también pueden derivar en complicaciones sanitarias, desde infecciones gastrointestinales hasta reacciones alérgicas por la presencia de materiales no aptos para el consumo humano.
Denuncia penal por la preparación y venta de milanesas adulteradas
Tras la intervención administrativa, se labró un acta de infracción y se dio paso a una denuncia penal contra el responsable del puesto. La causa podría derivar en imputaciones por delitos vinculados a la salud pública, ya que la elaboración y oferta de milanesas adulteradas constituye una práctica que puede ocasionar daños físicos a quienes las consuman.
Los investigadores procuran determinar si el comerciante actuaba solo o si existía una red de abastecimiento que fabricaba los productos en serie. El hallazgo de múltiples bultos hizo presumir que no se trataba de una producción aislada. Se investigará además si estos artículos habían sido comercializados previamente en la misma feria o en otras localidades.
La legislación argentina contempla penas que incluyen multas, clausuras prolongadas e incluso prisión para quienes elaboran y distribuyen alimentos adulterados. La gravedad del caso radica en la naturaleza de los componentes utilizados, totalmente ajenos a la normativa alimentaria vigente.
Reacciones tras el escándalo de las milanesas adulteradas
El episodio generó estupor entre los feriantes del lugar y preocupación entre los consumidores habituales. La presencia de milanesas adulteradas en un puesto aparentemente regular puso en cuestión los controles implementados y reforzó la necesidad de fiscalizaciones constantes.
Los inspectores bromatológicos remarcaron que la detección se logró gracias a un control de rutina y destacaron la importancia de mantener esquemas de supervisión activos, especialmente en ferias donde la rotación de vendedores es frecuente.
También subrayaron que la manipulación de alimentos en condiciones no autorizadas incrementa significativamente los riesgos sanitarios. En ese sentido, se insistió en promover la compra en puestos habilitados y en verificar la procedencia de los productos.
El episodio, además de su naturaleza insólita, reabre el debate sobre la informalidad en los circuitos gastronómicos ambulantes y la necesidad de mantener mecanismos de control que eviten situaciones similares. ¿Cuántos casos de fraude alimentario podrían detectarse si los controles se intensificaran en todo el país?
