Detuvieron a un joven tras un abuso en Facultad de Psicología y se activaron los protocolos de contención

Una estudiante de 21 años fue víctima de un intento de agresión sexual en los baños de la Facultad de Psicología, en el barrio Cordón. El episodio motivó una inmediata respuesta policial y terminó con la detención de un joven de 18 años, ajeno a la institución. El caso generó preocupación entre estudiantes y autoridades, y volvió a poner en discusión las condiciones de seguridad en los centros de estudio. El hecho se investiga como un abuso en Facultad de Psicología, según confirmaron fuentes policiales.

El incidente ocurrió en la mañana de este viernes, mientras la joven —procedente del interior del país— se encontraba en Montevideo para rendir un examen. Según el relato brindado a la Policía, al salir del baño fue sorprendida por un hombre que, mediante fuerza física, intentó encerrarla con fines de abuso. La reacción inmediata de la víctima, que logró pedir ayuda, permitió que el ataque no se concretara y que testigos alertaran al 911 en cuestión de minutos.

Cómo ocurrió el abuso en Facultad de Psicología

De acuerdo con el informe policial, la joven salió del baño pidiendo auxilio y fue vista por una persona que estaba en el pasillo. Esa testigo vio también al agresor intentar huir del lugar. Cuando los efectivos llegaron, lo encontraron escondido dentro de las instalaciones. Se encontraba alcoholizado y fue esposado sin oponer resistencia.

La víctima recibió atención médica y contención inmediata. Pese a la situación vivida, decidió realizar el examen para el que había viajado, según confirmó el decano, Enrico Irrazábal. Una vez finalizada la prueba, efectivos policiales la acompañaron para radicar la denuncia en la unidad correspondiente.

El episodio se investiga bajo la órbita del Departamento de Delitos Sexuales y la Fiscalía de Montevideo, que ya tomó intervención para reconstruir la secuencia completa de los hechos.

La reacción institucional tras el abuso en Facultad de Psicología

El decano Irrazábal afirmó que el hombre detenido no pertenece a la comunidad universitaria y que el ingreso se produjo sin autorización. Señaló además que la institución activó el protocolo interno previsto para episodios de violencia de género, lo que incluye acompañamiento psicológico, asesoramiento jurídico y contacto directo con la familia de la estudiante afectada.

Según explicó, el equipo de referencia de la facultad mantuvo comunicación con la joven para garantizar su resguardo y ofrecer seguimiento en los días posteriores. “La prioridad absoluta es la protección de la estudiante y el cumplimiento de los procedimientos de apoyo”, indicó.

El hecho generó inquietud entre docentes y estudiantes, que manifestaron preocupación por la seguridad en los espacios comunes, especialmente en áreas con menor circulación. Si bien la Facultad de Psicología cuenta con medidas de vigilancia, varios sectores señalaron la necesidad de reforzar controles de acceso, patrullaje interno y mecanismos de respuesta ante emergencias.

El rol policial y el avance de la investigación

La Policía actuó rápidamente ante el llamado al 911 y logró ubicar al agresor dentro del edificio, evitando que abandonara la escena. Desde la Jefatura de Montevideo se informó que el detenido permanece a disposición de Fiscalía, que evaluará su imputación en las próximas horas.

La descripción del ataque, el testimonio de la víctima y el estado de intoxicación del acusado serán elementos claves en el proceso penal. Fuentes policiales confirmaron que el joven habría intentado ocultarse en zonas de acceso restringido, lo que motivó una inspección exhaustiva del edificio.

Fiscalía trabaja para determinar si existen antecedentes del agresor y si su ingreso al establecimiento fue premeditado o circunstancial. El caso continuará bajo reserva para proteger la identidad de la víctima, como ocurre en todas las investigaciones vinculadas a delitos sexuales.

Un episodio que reactiva el debate sobre seguridad universitaria

El abuso en Facultad de Psicología generó múltiples reacciones en redes sociales y en gremiales estudiantiles, que plantearon la necesidad de revisar los protocolos de ingreso y circulación en los centros universitarios. El edificio, ubicado en una zona de alto tránsito, recibe diariamente a cientos de estudiantes, docentes y visitantes durante actividades académicas y administrativas.

Este tipo de episodios reabre discusiones sobre vigilancia humana, cámaras en zonas sensibles y coordinación entre la Universidad de la República y el Ministerio del Interior, especialmente durante períodos de exámenes, cuando aumenta el flujo de personas que no forman parte de la comunidad regular.

Mientras continúa la investigación, la facultad reiteró su compromiso de acompañar a la estudiante y reforzar las medidas preventivas. ¿Hasta qué punto deberán adaptarse los centros educativos para evitar que situaciones como esta vuelvan a repetirse?